Con este número de Mundo Obrero, el 171, se abre una nueva etapa en esta publicación mensual del PCE. Nuestra cabecera, nuestra maquetación y organización interior han cambiado con el objetivo de mejorar. Desde Mundo Obrero queremos hacernos eco de la línea de la dirección del Partido, ser más visibles, más claros y a la vez más organizados. Inauguramos esta nueva etapa, con este número, para que tome impulso en el próximo año 2006.
Un nuevo impulso y una nueva etapa reales -pues éstas han sido palabras y términos muy utilizados y manidos- que sirva para el impulso del Partido Comunista de España. También que sea de relanzamiento de Izquierda Unida, nuestro proyecto, el movimiento político y social por el que apostamos como marco de encuentro y acción de la izquierda transformadora y alternativa; subrayamos ambos términos en toda su profundidad y extensión, dando su significado real, en estos momentos en los que las palabras son tan manidas y donde los significados se entrecruzan con interpretaciones interesadas. Aquí sirve ser radical en el uso de las palabras: transformadora, alternativa e izquierda.
Pudiera parecer que estas obviedades son innecesarias, pero no, hoy en día con la prostitución de las palabras y de los hechos, lo obvio es revolucionario. Por cierto, palabra que la izquierda más consecuente ha dejado de usar. Como otros tantos términos de nuestra historia, cultura y lenguaje, que han sido «adoptados» por la derecha y en muchos casos obligándonos a buscar otras donde hoy no nos sentimos cómodos.
Hoy, términos como país, nación, solidaridad, igualdad, libertad, justicia, cuando son empleados desde esta derecha conservadora y cavernaria suenan a insulto y dañan la inteligencia. Es necesario reivindicar nuestra historia, cultura y lenguaje como izquierda, como comunistas. Es cuestión de retornar a las raíces en un nuevo cuadro histórico, políticamente hablando, pero asentando firmemente los pies, analizando la realidad y actualizando o adecuando nuestras propuestas. Avanzar hacia el socialismo.
Somos conscientes de lo que nos jugamos como «izquierda consecuente» con los principios y programas en esta parte del margen del camino .Esa conciencia nos tiene que llevar a poner en valor, ideas, proyecto y programa es decir, Izquierda Unida. Sí IU, no otra u otras cosas. Ese valor nos los requieren los votantes y nos lo exigen las organizaciones. Unidad tanto en las posiciones políticas como en las actuaciones. Es verdad que estamos en una situación política, nacional, europea e internacional compleja, pero también es cierto que siempre conjugando imaginación y realismo hemos ido superando etapas difíciles. Poner en valor IU significa querer, quererte y cuidarte como organización política, en que las decisiones adoptadas afectan a ciudadanos y ciudadanas: trabajadores/as, vecinos/as, consumidores/as, hombre, mujer; joven, mayor, etc…, ya que en la medida que influyen condicionan su calidad de vida. Es por ello que poner en valor IU, es querer a las mujeres y hombres a los que representamos, nos votan y están en nuestra organización. Entramos en 2006 y estamos a 18 meses de otra prueba para Izquierda Unida, las elecciones municipales y autonómicas del 143, donde la fuerza de IU tiene que ser mayor y más visible partiendo de la recuperación y el relanzamiento.
Por tanto como comunistas, como gentes de izquierda organizados en IU, debemos poner especial empeño en ello. Desde los cargos públicos hay que ser consecuentes con el programa y sensibles a las preocupaciones de quienes nos votan y nos votarán. Desde nuestras actitudes y nuestro trabajo hay ampliar la simpatía de los ciudadanos a nuestras propuestas. Esto es lo que esperan de nosotros, de IU. Desde esa base de confianza, debemos -y aquí los comunistas tienen un especial interés- realizar la elaboración del programa, contrato parte con los electores, de modo abierto, participativo y amplio.
Abierto, invitando a muchos y muchas a debatir y acordar con nosotros, a crear complicidades con los más comprometidos de la sociedad. Y participativo en la medida en que signifique una movilización, en primer lugar interna y posteriormente externa, para construir una propuesta amplia desde la gente y desde la organización para que no quede nadie, a la izquierda del PSOE y con voluntad de transformar la realidad, que no cuente con nosotros. Falta el aspecto que es consustancial con la izquierda, que sea democrático, es decir que sea en método asambleario, de compromiso, que sea decidido y aprobado, una vez que el proceso, temático y territorial ha dado su fruto.
Un trabajo difícil, complejo e interesante, un reto en definitiva con el que debemos comprometernos desde el Partido, potenciado la organización del PCE como base sólida de la construcción con otros los espacios de debate y acción necesarios, participando en los ámbitos orgánicos (asambleas y áreas), desde donde se elabore este proceso.
El Partido, debe reforzarse como garantía de desarrollo de IU, la IU que caracterizamos en el XII Congreso, un proceso paralelo: organizar partido- relanzar IU, en una tarea que debemos asumir como comunistas, porque muchos son los acontecimientos en los que debemos participar el próximo año como Partido y como IU: 75 Aniversario de la II República; 85 aniversario del PCE; 20 aniversario de IU, y otros muchos temas de especial trascendencia para nuestro Partido y nuestra historia, y nuestra la MEMORIA HISTÓRICA.