El gobierno de coalición entre los conservadores y la socialdemocracia (CDU y SPD) ha acusado la repercusión de este acontecimiento político. Es significativo que coincidiendo en las mismas fechas la celebración de otro congreso, el de los liberales alemanes, la creación de Die Linke lo ha eclipsado. Incluso llegó a decir el líder de los liberales, Guido Westerwelle, que con Die Linke surge el «peligro de un giro a la izquierda en Alemania.
En el último número de Mundo Obrero ya se hacía referencia al proceso de convergencia entre las dos formaciones, el PDS.Die Linke y la plataforma WASG (Alternativa Electoral por el Trabajo y la Justicia Social). El proceso de convergencia entre las dos formaciones, una surgida en 1990 con la caída del muro de Berlín y con implantación en la parte oriental (ex RDA) y la otra fraguada a partir de la salida de Oskar Lafontaine del gobierno del SPD de Schröder en 1999 por incompatibilidad con sus postulados neoliberales y consolidada en 2005 como tal WASG, con implantación en la parte occidental y entre los sindicatos, ha desembocado en la celebración de sendos congresos preparatorios de las dos formaciones por separado, el día 15 de junio, viernes, y con el congreso de fundación, conjunto, por Länder (regiones o estados federados), al día siguiente, el sábado 16 de junio.
A pesar de que la militancia del PDS.Die Linke era superior (60.000) a la de la plataforma WASG (12.000), la aportación de delegados al congreso ha sido paritaria, unos 350 cada uno. El ambiente entre los delegados ha sido de euforia y de reafirmación política. Las tres características que han dominado el Congreso han sido: la convicción de la alternativa claramente de izquierdas al modelo neoliberal capitalista; la asunción de la convivencia entre las dos tradiciones de la izquierda alemana, la comunista y la socialdemócrata de izquierdas; y la paridad en la composición de todos los órganos y en el funcionamiento del nuevo partido. Tres datos simbólicos confirman esto.
En primer lugar, el discurso más vibrante y aplaudido en el sentido de crítica acerba a la deriva neoliberal y de reivindicación de los valores radicales de la izquierda fue el de Oskar Lafontaine. En segundo lugar, la máxima dirección del nuevo partido, de sólo 44 miembros (una especie de Comité Central) tendrá dos presidentes, Lothar Bisky y Oskar Lafontaine, y a la vez hay igual número de miembros en este nuevo órgano por ambas formaciones, 22 y 22. Y en tercer lugar, la composición de este nuevo comité de dirección es estrictamente paritaria, mitad mujeres y mitad hombres.
En el congreso del PDS.Die Linke del viernes hubo a su vez tres hechos significativos: el homenaje a Hans Modrow, como persona que desde la máxima responsabilidad del anterior régimen en la Alemania Oriental supo favorecer la transición pacífica hacia la democracia; la valoración en las intervenciones de Gregor Gysi y Lothar Bisky de la trayectoria responsable y coherente del PDS a lo largo de todos estos años; y la asunción de la radicalidad de izquierdas a la vez que se hacía una crítica al estalinismo. La elección de los 22 candidatos para el nuevo Comité Central conjunto es hecha persona a persona y tras un corto debate sobre los pros y contras de cada candidato, saliendo una lista paritaria y claramente de izquierdas.
El cantar La Internacional al final del congreso del PDS-Die Linke fue verdaderamente emotivo.
Ya en el propio Congreso de Die Linke, el sábado, el ambiente era casi de fiesta, de celebración, de hecho se inicia con una presentación tipo ballet-cabaret, tan tradicional en la izquierda alemana, con las letras de Die Linke, y se intercalaron a lo largo de la sesión dos actuaciones artísticas, una del famoso cantante alemán Konstantin Wecker y otra del humorista austríaco Werner Schneyder ironizando sobre la política neoliberal y las finanzas del gobierno CDU-SPD.
Gregor Gysi inauguró el Congreso Fundacional dando la bienvenida a las 73 delegaciones procedentes de 50 países, y saludando la presencia de Francis Wurtz como Presidente del Grupo Parlamentario Europeo de la Izquierda (GUE-NGL) y de Fausto Bertinotti como Presidente del Partido de la Izquierda Europea. Así mismo destacó la presencia de los embajadores de Cuba, Venezuela, Ecuador, y Bolivia y los representantes de las embajadas de Estados Unidos y de Francia, así como la de figuras destacadas como, entre otras, la de los sindicatos alemanes, Dietmar Hexel (de la IG-Metal), Bertin Eichler (de Transnet) y Norbert Hansen. Hay que señalar la presencia de Willy Meyer como invitado por IU y la de Pedro Marset por el PCE.
En su discurso inaugural Gregor Gysi señaló que con la fundación de Die Linke Alemania se unía, no merced al capitalismo sino alrededor de las ideas del socialismo y de los valores de la genuina tradición de izquierdas alemana, una Alemania de Socialismo, Libertad y Democracia.
Hizo mención con su aguda dialéctica a los principales temas, desde el modelo de acumulación de riqueza que da lugar a que sólo se beneficien los ricos a costa de la inmensa mayoría de la sociedad alemana tal como se ve con la llamada Agenda 2010 que impulsan todos los partidos alemanes excepto Die Linke, a la tradición de lucha por la paz que posee el PDS y Die Linke, a la crítica no sólo verbal sino también con hechos como se ha demostrado en la protesta del G8 en Heiligendamm con más de 10.000 personas entre las que se podían ver las banderas de Die Linke con profusión, a las esperanzas procedentes de América Latina con sus conquistas sociales a favor del socialismo, con crítica a los recortes del Estado del Bienestar con rebajas en pensiones y en servicios públicos, y dijo al terminar que ahora somos todos un partido, no dos, y que hay que pasar de dedicar un 80% del tiempo a la política de la sociedad y un 20% a los asuntos internos, a dedicar un 90% a los temas que interesan a la población y sólo un 10% del tiempo de Die Linke a los temas internos.
A continuación intervino Lothar Biky con un discurso en el que destacó cómo con Die Linke se ofrece una alternativa a la sociedad plenamente de izquierdas, tanto para jóvenes como para mayores, una alternativa abierta al futuro en la que se combina la pluralidad de los protagonistas con la negación del capitalismo como solución para la humanidad. No en vano la pretensión de Die Linke es consolidar una fluida y fructífera relación con los movimientos sociales, con los sindicatos. Se reclamó de la tradición de Rosa Luxemburgo así como de la de Willy Brandt. Es el partido no solamente contra la presencia de tropas alemanas en Afganistán y por la paz, sino además por la mejora de las pensiones y por la lucha contra la pobreza. En definitiva con Die Linke aparece en la historia reciente de Alemania la izquierda que la sociedad demanda. Añadiendo que se completa esta iniciativa con la consolidación de la Izquierda Europea que celebrará en noviembre su segundo Congreso en Praga.
Sin duda la intervención de Oskar Lafontaine fue la más aplaudida y la de mayor brillantez oratoria. De entrada afirmó que mientras un socialista puede no ser cristiano un cristiano no puede dejar de ser socialista. Die Linke conecta con el movimiento y la tradición obrera alemana. Las tres figuras de referencia son: Rosa Luxemburgo al defender siempre la libertad como meta; Karl Liebknecht, al situar como postura de clase estar contra la guerra; y Willy Brandt, al afirmar que nunca más debería empezar una guerra desde suelo alemán. Tras criticar el deterioro democrático existente en Alemania señaló que precisamente Die Linke se presenta como el partido de la renovación democrática.
Puso como ejemplo que si Pericles ejerció la democracia como gobierno de y para la mayoría, en estos momentos en Alemania se gobierna contra la voluntad de la mayoría y contra sus intereses, tanto en relación con las pensiones, como por la situación de limitaciones al derecho a la salud, la estructura de los impuestos que favorece a los más poderosos, unos pocos, la involucración en la guerra de Afganistán, la reforma del mercado de trabajo, etc. Hay que reforzar la democracia, tanto con mecanismos de participación democrática directa, como con mejores controles sobre el poder y sobre las reglas del funcionamiento de la economía. No es verdad lo de la libertad de mercado. Como referencia obrera y pacifista de Die Linke puso a Jean Jaurés cuando afirmaba que el capitalismo acarrea la guerra como las nubes la lluvia.
Apeló al derecho internacional para oponerse a las guerras como negocio del capital financiero internacional. Pero además Die Linke es el partido de la renovación ecológica, saludando la incorporación de Rüdiger Sagel, hasta ese momento dirigente de los Verdes. El control de la energía es cuestión estratégica y de servicio público, por eso saludó la iniciativa de Evo Morales. «Hace falta una globalización de la solidaridad, ponerle al proceso mundial unos controles democráticos llevados por las organizaciones de progreso». La libertad viene a
través del socialismo, no por el capitalismo. También saludó la incorporación de Edelbert Richter hasta ese momento en el SPD. Terminó su alocución recitando la frase de Mayakovsky sobre la Revolución de Octubre, Tendremos credibilidad cuando cantemos convencidos, al unísono, nuestra canción.
A continuación tuvieron lugar los discursos de Francis Wurtz como presidente del Grupo parlamentario del Parlamento Europeo de la Izquierda Unitaria/Izquierda Verde Nórdica y el de Fausto Bertinotti como presidente del Partido de la Izquierda Europea. Ambos fueron muy aplaudidos y se convirtieron en la muestra de la vocación europea de Die Linke. Francis Wurtz señaló que el congreso era un acontecimiento histórico no sólo para Alemania sino para toda Europa porque en la práctica toda Europa está gobernada por una «Grosse Koalition» entre los conservadores y la socialdemocracia, entre Barroso y Verheugen, que convierte en más necesario que nunca tal izquierda europea consecuente. No somos solo consumidores sino sobre todo ciudadanos y seres humanos con derechos, y además hay que ser solidarios con los inmigrantes y con los continentes de los que proceden, desde Africa hasta Asia. Porque en definitiva la izquierda o es europea o no será.
El discurso de Fausto Bertinotti fue no sólo de saludo y énfasis en la naturaleza histórica del Congreso de fundación de Die Linke sino que añadió las consideraciones sobre la situación especial por la que atraviesa Europa, los intentos de la nueva Constitución europea defraudando los referendos de Francia y Holanda, y la necesidad de tener una fuerza alternativa de ámbito europeo. Precisamente el Congreso del Partido de la Izquierda Europea del mes de noviembre en Praga tiene como objetivo no sólo consolidar el partido sino preparar la estrategia de cara a las elecciones del año 2009 de gran trascendencia. La crisis de la democracia, la separación entre la política y la sociedad, la americanización de la política europea exigen urgentes medidas. La lucha ideológica es de primera necesidad de ahí las tesis que se proponen al Congreso.
La elección de los dos presidentes, Lothar Bisky y de Oskar Lafontaine, mostró el respaldo inmenso, con algo más para Oskar Lafontaine, un 87.9%, mientras que Lothar Bisky obtuvo un 83.6%. El resto de las responsabilidades se fue eligiendo persona a persona con un amplio apoyo, mitad para cada una de las anteriores formaciones.
Justo en la hora que siguió a la noticia de la fundación del nuevo partido se afiliaron al mismo 150 nuevos miembros por Internet. Esa es la repercusión que tiene en la opinión pública alemana. De ahí el porcentaje del 24% de intención de voto que dio el primer sondeo hecho tras la noticia. Se puede decir que ya tenemos una izquierda de referencia clara en Alemania así como un proceso de unidad que se puede extender a otros países. No en vano me decía una camarada alemana que, con retraso, es cierto, se está aplicando el modelo inicial de Izquierda Unida de España de 1986 como necesidad para una verdadera izquierda, por la democracia, por el socialismo, anticapitalista, ecológica, feminista, de la paz, por la solidaridad. Es igualmente significativo que el canto de La Internacional clausuró el Congreso.
*Responsable Europa del PCE