También ha dado mayor publicidad a la sinuosa actuación de algunos diplomáticos españoles en momentos determinados: el frustrado golpe contra Chávez -el embajador español fue el único, junto al de EE-.UU, en la toma de posesión del breve presidente-pelele Pedro Carmona impuesto por los golpistas- y la campaña interna desarrollada en Nicaragua y dirigida por el Departamento de Estado para intentar evitar, sin éxito, la elección del candidato del Frente Sandinista y, finalmente vencedor, Daniel Ortega.
«Señor Juan Carlos, si yo me callara gritarían las piedras de los pueblos de América Latina, que están dispuestos a ser libres de todo colonialismo después de 500 años’. Como se ve, Chávez no está dispuesto a dar marcha atrás.
Estas fueron sus palabras nada más llegar al aeropuerto Internacional Simón Bolívar tras su participación en la XVII Cumbre Iberoamericana.
El Presidente venezolano calificó como una ‘explosión’, la actitud asumida por Juan Carlos de Borbón: «cuando el Rey explota ante las expresiones de un indio, están explotando 500 años de prepotencia imperial, 500 años de realismo, de atropello, 500 años de un sentimiento de superioridad’, añadió Chávez.
Resaltó que en la Cumbre de Mar de Plata, celebrada en Argentina en 2005, donde en su opinión se derrotó el ALCA, «los pueblos no se enteraron de lo sucedido» y mostró su alegría de que en la Cumbre de Chile haya sucedido todo lo contrario.
Hugo Chávez indicó que el incidente fue producto del debate que se había dado a altas horas de la noche del viernes, ‘y la noche no bastó para apagar la pasión de la historia que está presente’, agregó. Chávez relató que dos puntos exactos lo llevan a pedir la palabra después de la intervención del Presidente Zapatero, pues este expresó ‘que nosotros no podemos seguir señalando culpables de nuestras miserias y pobrezas, que los culpables somos nosotros pues’.
En este sentido, intervino durante su turno de palabra que había pedido con anterioridad, y manifestó no estar de acuerdo con minimizar los factores externos, ‘uno siente los siglos sobre los hombros, ¿cómo desconocer 500 años?’, se preguntó Chávez.
Posteriormente, Zapatero vuelve a pedir la palabra después que Chávez llamara al expresidente José María Aznar, ‘fascista, pues apoyó el golpe de Estado en Venezuela, en 2002; y fue cuando se presentó el incidente con el Rey Juan Carlos’, sigue el relato de Chávez. Y resaltó la importancia de estar acompañado en la actualidad, por presidentes como Evo Morales, Daniel Ortega, Rafael Correa, Lula Da Silva y Tabaré Vázquez.
Eurodiputados critican
la reacción de Juan Carlos
El eurodiputado de Izquierda Unida (IU), Willy Meyer, criticó la reacción del rey Juan Carlos de Borbón y afirmó que si el monarca en España ‘no puede mandar callar a un presidente, tampoco puede hacerlo fuera’. A su juicio, la Constitución española impide que el rey ‘mande callar al presidente del Gobierno, a un presidente autonómico o a un alcalde’. Siendo así, Meyer agrega: ‘lo que no puede hacer aquí, tampoco debe hacerlo en ningún foro internacional con presidentes elegidos democráticamente’. Sugiere que deberían decirle al rey que ya no existen ‘vasallos de la Corona del Reino de España’ en América Latina. En su opinión, la actitud «avasalladora» del rey durante el cierre de la Cumbre Iberoamericana «echa por tierra el trabajo sistemático que se ha intentado llevar adelante para hacer ver que Europa no quiere jugar ese rol imperial».