Primera observación. El engendro insufrible que un ‘comité de expertos’ envió a Eurovisión este año se desvaneció en su propia inconsistencia.

Hemos de felicitarnos por que esta broma de mal gusto no haya sido incorporada a las rutilantes orquestas que recorren los pueblos de nuestra geografía. Ya hubiera sido demasiado.

Segunda observación. El 27 de mayo de 2008 salió a la venta el nuevo trabajo, el quinto a lo largo de su carrera, del dúo zaragozano Amaral bajo el título ‘Gato negro. Dragón rojo’. Su entrada a la lista de los más vendidos fue inmediata y ahí sigue instalado. Es una muy buena noticia, porque hoy en día no hay en España un grupo de pop con tanta calidad como el formado por Eva Amaral y Juan Aguirre. Su trayectoria arranca a mediados de los años noventa y su bautizo tiene la fecha del 18 de mayo de 1998, es decir, diez años para cinco discos, a cual más exitoso y afortunado.

Les invito a analizar algunos aspectos en torno a Amaral. Publican un disco cada dos años y medio, lo que quiere decir que se toman su tiempo, que no aprovechan el tirón de un nuevo lanzamiento para grabar una secuela, que saben resistir las presiones de la discográfica. En ese tiempo, colaboran con otras bandas o artistas (Pereza, Moby, Ariel Rot, etc.), tocan solos o compartiendo cartel con prestigiosas bandas de pop y rock (Los Secretos, Largartija Nick, Simple Minds, Queen + Paul Rodgers, Sugarbabes, etc,).

Las canciones de Amaral tienen la altura de míticas bandas como Los Secretos, Radio Futura, El Último de la Fila, Mecano o Nacha Pop. Son canciones bien estructuradas y armonizadas, en absoluto pretenciosas, con letras plenas de sentido, tarareables y a su vez nada empalagosas. Conectan con públicos que pasan la adolescencia. Van de gira y llenan. La salida de su quinto álbum fue acogida con el entusiasmo sólo atribuible a nombres consolidados.

El compendio de títulos conforma una pléyade lo suficientemente atractiva como para ser presentada en las verbenas populares en un popurrí de cinco o seis piezas, en donde no falta «Sin ti no soy nada», «Te necesito», «Toda la noche en la calle», «Marta, Sebas, Guille y los demás», «Resurrección»… Y si han de tocar en directo sólo ellos dos, a saber, Eva Amaral a la voz y haciendo sonar una pandereta junto a Juan Aguirre a la guitarra, el resultado es igual de atractivo que si se rodean de una banda para un directo electrificado. Datos todos ellos más que suficientes como para afirmar con rotundidad que Amaral es la mejor banda de pop de los últimos años.

Neil Diamond
‘Home before dark’ (Sony/BMG)
Pues sí, es el mismo Neil Diamond que escribía canciones en los años sesenta. Un hombre dotado de una prodigiosa capacidad para componer y cantar con el simple acompañamiento de una guitarra. Llevamos años y años sin saber nada de él y, ¡zas! justo antes de verano publica un nuevo trabajo. Sorpresa inicial y satisfacción posterior porque las 14 canciones son fieles a un estilo poco usual en los tiempos que corren. Melodía trazada con pulcritud, mínimos arreglos y siempre en un segundo plano frente a la voz, pequeños toques y detalles aquí y allá añadidos en el proceso de producción, piezas a medio tiempo semiacústicas. Neil Diamond está espléndido, con una gran solidez vocal mientras exterioriza reflexiones acumuladas a lo largo de décadas. Espléndido reencuentro. Merecería mucho más de lo que en verdad alcanzará en nuestro mercado.

Duffy
‘Rockferry (Polydor)
Ya he hablado de esta chica galesa en anteriores ocasiones. Ahora os comento el disco, de sobra conocido por su canción ‘Mercy’, cuyo estribillo es uno de los tonos más bajados en los móviles de este país. La canción es espléndida y ya les aventuro que tanto la canción en sí como el disco en general recibirán premios y premios en el próximo año, como ha sucedido en el presente con Amy Winehouse. El álbum destila soul y pop con los posos de los sesenta; quiero decir, la canciones dejan ver formas sinuosas sobre temas hasta la hartura repetidos, si bien en voces cándidas como la de Duffy siempre adquieren un encanto especial. No tiene la mala uva que se escucha en ‘Back to Black’ de Amy Winehouse (mejor disco que ‘Rockferry’, sin duda), aunque el resultado global no está nada mal, quizá un poco ñoña en algunos cortes. Ya veremos qué nos trae en un futuro tras un arranque tan exitoso.

Buika
‘Niña de fuego’ (Casa Limón)
Al grano con este disco. Parece que es de copla, por las versiones de ‘La falsa moneda’ o ‘Niña de fuego’, y no lo es. Parece que se arranca por flamenco, gracias a los arreglos y la guitarra flamenca que aporta Javier Limón, y tampoco es así. Parece un jazz aterciopelado en títulos en donde la voz de Buika casi se arrastra, y no llega a tal. Entonces, ¿cómo describir un trabajo así? Tan fácil como una inteligente y bella manera de mezclar jugos para finalmente destilar un estilo marca de la casa, marca de Javier Limón. Buika canta de maravilla, las versiones se salen de la mera copia y las composiciones de Javier Limón en letra y música son dignas de mención. No me gustan los demás títulos, tres canciones firmadas por la propia Buika y David Trueba, que afean un trabajo escueto en el número de canciones: sólo 11.