Decía Julio Anguita en su artículo «Ladran pero no cabalgamos» que la próxima asamblea de IU debe ser el comienzo de dos cuestiones fundamentales, la refundación de la herramienta transformadora que ha de ser IU y la construcción de una amplia alianza alternativa.
Negros nubarrones se ciernen sobre el proceso asambleario y su credibilidad-viabilidad para servir como motor de la Refundación de IU. La asamblea se ha transformado, fruto del nefasto proceso de debate, en un simple recuento de las fuerzas de cada una de las partes de IU. E incluso el simple recuento parece amenazado por determinadas maniobras que buscan aplazar la asamblea o modificar la fotografía que va surgiendo después del magro debate que está habiendo entre las bases. Son indecibles las dificultades que surgen para poder poner en marcha un verdadero proceso de refundación y renovación de IU. Sin embargo seguiremos haciendo todo lo posible por conseguir poner en marcha ese proceso mediante el cual la izquierda alternativa en España pueda volver a ponerse en marcha con todas sus potencialidades para contribuir decisivamente a la transformación del planeta hacia otro mundo posible y necesario.
Falta menos de un mes para la celebración de la IX Asamblea y todavía son muchos los interrogantes que hay en el horizonte. El único consuelo es saber que en pocas semanas buena parte de los mismos se habrán disipado, o al menos eso es lo que más cabe desear.
Tres son las estrategias principales que se estructuran para abordar esta asamblea. A mi entender la más clara de todas es la que viene llevando a cabo la denominada Nacional II o Tercera vía. Una estrategia que denominaré «de río revuelto», porque ya se sabe que en ella quienes ganan son los «pescadores», tipología que abunda en dicho sector (salvo honrosas excepciones).
La segunda estrategia, del sector llamazarista, es la que ellos mismos denominan «abrir IU».
Esta apertura que defienden me parece a mi aquella que supondría la de todas las puertas y ventanas de IU a los cuatro vientos, es decir, abrir la casa no para ventilarla sino para… otras cosas. Una de sus estrategias más importantes, antes y para el futuro, es el pacto electoral sistemático, un mecanismo que no es negativo per se, sino dependiendo de cómo, cuándo y con quién. En el País Valenciano hemos aprendido mucho de estos temas. No hemos temido realizar acuerdos electorales, pero hemos experimentado, de forma muy sangrante, el alto precio que a veces hay que pagar por confiar en quienes no se lo merecen.
Este sector llamazarista aparece además últimamente dividido en dos subsectores: los incendiarios y los contemporizadores. Los primeros están haciendo lo que defendía Bush: quemar el monte para evitar que los árboles ardan en verano; son los de las impugnaciones. Compañeros cuya peligrosa actividad hace más que recomendable aislarlos lo antes posible. El sector contemporizador del llamazarismo está a la expectativa de forma muy queda; ni «apagan» la estrategia de los incendiarios, ni contribuyen al nacimiento de una nueva corriente heredera del llamazarismo que sea capaz de convivir con normalidad en el seno de IU. Deseo que esta parte de la organización encuentre pronto un norte que le guíe en esa senda de la convivencia interna.
La tercera estrategia para abordar la asamblea, que es en la que me alineo claramente, es la plataforma «otra IU es posible». Esta se ha sustanciado partiendo de los diversos análisis realizados tras las últimas elecciones (el más conocido de ellos el de Julio Anguita), en los cuales quedaba patente la necesidad de ir a un proceso que hemos denominado de «refundación de IU». No voy a entrar ahora a comentar los análisis que llevan a esta necesaria consecuencia (para ello se han redactado ya numerosos documentos y aportaciones). Solamente quisiera reafirmar lo absolutamente vital que para la supervivencia de la izquierda alternativa en España es que las personas que compartimos estos análisis, cada cual desde su respectivo origen político o vertiente ideológica, lleguemos al más amplio acuerdo posible entre nosotros, para poder llevar a cabo la primera de las dos cuestiones fundamentales que planteaba Anguita en el artículo que se mencionaba al principio: la refundación de IU.
Si entre todas las personas que compartimos esta visión de las cosas no somos capaces de, haciendo pequeñas renuncias parciales, conseguir la mayoritaria de las (al menos) tres candidaturas que con toda probabilidad se presentarán a la IX Asamblea, habremos perdido, si no la última, si una oportunidad de oro para, en medio de esta crisis profunda del sistema capitalista, afilar la herramienta transformadora poniéndola en manos de quienes mejor puedan empuñarla.
Es nuestra obligación contribuir a construir una candidatura lo más potente posible para, desde ella y tras la asamblea, poder poner en marcha un verdadero proceso de refundación de IU que necesariamente ha de pasar por la democratización interna, la apertura a la sociedad, la unidad y cohesión interna sobre las políticas democráticamente acordadas, y el más escrupuloso respeto a los estatutos y normas con que nos dotemos. Pero para llegar ahí es necesario clarificar, contar y debatir: ¡vayamos entonces a ello sin temor!
* Miembro del Consejo Político Federal y de la Presidencia Federal de IU