En las próximas elecciones habrá una gran variedad de ofertas, entre todas ellas EB es una buena opción para gobernar Euskadi. EB viene avalada por una práctica de gobierno que me permite decir que sabe gestionar bien las cosas. Lo que no es poco.
Pero es que además EB es la mejor opción para gobernar Euskadi, sobre todo por una razón de coyuntura política de la izquierda. EB ha demostrado tener las cualidades requeridas para defender con uñas y dientes un espacio político de gobierno que nadie, en ningún otro lugar de España, ha sido capaz de lograr con tan escaso equipaje. Porque pese a la debilidad estructural de EB, su acción de gobierno marca un antes y un después, en todos y cada uno de los campos en los que ha podido tomar decisiones.
- ¿Acaso alguien puede negar que tras gestionar la política de vivienda, Euskadi, es decir EB se ha convertido en un referente y un termómetro para otras administraciones públicas, del PSOE, del PP, o del PNV?
- ¿Acaso se puede negar que ha sido EB quien ha demostrado que las corruptelas, inercias e ineficiencias en la gestión de las viviendas públicas y de promoción pública son perfectamente eliminables?
- En políticas sociales, de nuevo, ¿no ha sido acaso EB quien ha situado en la vanguardia de España la orientación de la gestión pública de la dependencia, mostrando con su acción política las debilidades y trampas de la ley de la dependencia promovido en el Estado por el PSOE?
- ¿En donde sino en Euskadi, y por la acción política de EB en el gobierno, los inmigrantes sin papeles son sujetos de derecho y con acceso a la protección social pública, y lo que es más importante, a la participación política?
- ¿No ha habido en las políticas de cooperación un cambio radical en la gestión de los fondos de ayuda, promoviendo la consolidación y mejora de la calidad de la cooperación de las ONGs vascas?
Pero el gobierno de EB es además una opción necesaria. Porque la crisis, provocada por la insaciable rapacidad del capital, está descargando sobre las espaldas de los más débiles el salvamento de los chiringuitos financieros y económicos de los ricos. Y queremos que esto no sea así. Pero precisamente por eso, un gobierno de EB no es una opción suficiente. Porque, sin un movimiento social potente que lo respalde, es imposible aplicar una política general de gobierno, en todos los terrenos, que fortalezca a los débiles y debilite a los poderosos. Y eso es responsabilidad no del candidato, ni de los llamados a gestionar el gobierno vasco, sino de todos. Solo si los militantes y amigos de EB son capaces de salir de su ensimismamiento y del solipsismo que invade a muchos, solo si se vuelcan en el trabajo en los barrios, en las fábricas, en las asociaciones para llevar allí las propuestas de la izquierda, se podrá hacer realidad el proyecto solidario, integrador, democrático y socialista que permita superar la crisis en las que nos han metido los banqueros y sus políticos.
Porque ni el PSOE, ni el PP, ni el PNV, ni los otros grupos identitarios que también se presentan a las elecciones, solamente EB es capaz de gestionar la crisis a favor de los más débiles. Solo EB es capaz de aplicar lo que el músico Billy Bragg dice en su versión de La Internacional:
In our world poisoned by exploitation
Those who have taken, now they must give
En nuestro mundo contaminado por la explotación.
Los que han cogido, ahora tienen que dar.
Joaquín Arriola es Profesor Economía en la Univesidad del País Vasco