Al carácter unitario que ha tenido la Asamblea de IU-CM no han aportado más esfuerzo aquellos camaradas y no camaradas que han llegado a ella tras un acuerdo previo con la mayoría saliente, que quienes hemos apostado por la unidad tras el necesario debate.
Las únicas aportaciones político-organizativas que no ha sido recogidas son las elaboradas a partir del informe aprobado en el Comité Ejecutivo del PCM y las sugerencias que como miembro de la comisión redactora de la resolución final he aportado en relación a las propuestas del Comité Federal del PCE.
El Informe de Gestión, totalmente ausente de autocrítica, ha sido aprobado por algo más de la mitad de los y las delegadas y la mencionada Resolución Final -de cuyo debate no ha habido resumen en el que se recogiera propuesta alguna de las formuladas por las distintas sensibilidades que componemos la pluralidad crítica-. A pesar de ello, ha sido muy mayoritariamente apoyada. Por otra parte, en contra de lo previamente acordado, la Mesa ha decidido no presentar a la Asamblea el informe elaborado por la Comisión Regional de Garantías.
Propuestas tan importantes para la pluralidad minoritaria de la que formamos parte, como las referidas al mantenimiento de la estructura de Madrid Ciudad y las elecciones primarias o la limitación de los mandatos, entre otras, han sido rechazadas. La propuesta defendida por algunos sobre la necesidad de un protocolo entre IU-CM y el PCM -extremo por el que hace años venimos luchando sin éxito pero que no hemos querido mezclar con el debate político en la esperanza de que las nuevas condiciones lo propicien- también ha sido rechazada. En suma, se ha producido una alarmante involución organizativa y estatutaria, una nueva vuelta de tuerca en la peculiar manera de entender ambos aspectos la histórica y hoy consolidada mayoría madrileña.
Teníamos la orientación de nuestro Comité Central ampliado de presentar una lista alternativa, para la que hemos tenido los avales necesarios, si no se producían cambios en la propia Asamblea. La estrategia diseñada para aislarnos, la decisión adoptada en el seno de la pluralidad y , sobre todo, la valoración de la necesidad de una imagen de unidad ante la ciudadanía de una federación tan importante como la madrileña, nos ha llevado, sin renunciar a elementos sustanciales por los que vamos a seguir luchando, a no presentar lista alternativa.
Ha sido intenso el esfuerzo que hemos tenido que realizar en el seno de la pluralidad para que, finalmente, casi todos y todas las camaradas -mayoritariamente jóvenes que nunca han formado parte de la dirección regional de IU- propuestos por nuestro Comité Central, estén en el nuevo Consejo Regional. Hemos tenido que pugnar, no sólo con las familias no comunistas sino, lamentablemente, con camaradas jóvenes y veteranos, previamente concertados para el reforzamiento de la mayoría saliente y entrante, que han optado por romper la línea de continuidad entre la cohesión en el Partido y la libertad de voto en el proyecto estratégico. Ni es una sorpresa en esta federación, aunque si lo sea la precocidad de algunos «jóvenes» en la aplicación de dicha táctica, ni damos por saldado el tema en el debate que vamos a afrontar en nuestra Conferencia Regional de Organización, Finanzas y Estatutos a la luz de lo aprobado por el Comité Federal del PCE, pero constatamos, una vez más, que gran parte de las dificultades para hacer avanzar nuestras posiciones y voluntad refundadora, provienen de nosotros mismos.
Confiando, en relación a todo lo anterior, en el trabajo de los y las camaradas que decidamos estén en la Comisión Ejecutiva y la Presidencia Regional, la mayor preocupación surge de la indefinición política de lo aprobado en la Asamblea en relación al carácter anticapitalista, federal y republicano y de movimiento político y social refundado para la convergencia crítica y alternativa; de una resolución final que enfatiza la maldad del PP y el gobierno de Esperanza Aguirre (no hay referencia alguna a Ruiz Gallardón), que se limita a reconvenir la tibieza de las medidas adoptadas hasta ahora por Zapatero frente a la crisis y a denunciar ciertas connivencias de la Federación Socialista Madrileña con el PP regional, y a plantear la batalla exclusivamente en términos de la derrota de la derecha madrileña y no como lucha frontal contra esa manifestación extrema de conservadurismo neoliberal y, al mismo tiempo, contra el neoliberalismo del gobierno de la nación. Sigue siendo, en las gravísimas y favorables condiciones objetivas actuales, una declaración política sin perfil claramente alternativo al modelo de Zapatero agravado aquí por la ferocidad y coherencia del PP madrileño.
El nervio que ha faltado en la Asamblea Regional de IU y sus carencias políticas y propositivas para afrontar la batalla política y social de la que ya no puede IU-CM hurtarse por más tiempo, lo ha corregido nuestro Coordinador General Cayo Lara en la clausura asamblearía con un discurso y unas propuestas, paradójicamente derrotadas en esta Asamblea, con las que se han identificado todos y todas las delegadas y que deberían constituir el mensaje de IU-CM para su imprescindible y urgente acción política y social. Debemos esperar que el entusiasmo generado por esa intervención y el trabajo de nuestros y nuestras camaradas en la nueva dirección regional sirvan para iluminar las sombras de esta Asamblea, para que cambien realmente las cosas en IU-CM en el sentido de lo aprobado en la Asamblea Federal y para ser útiles a la clase trabajadora frente a la crisis y para la reconstrucción de un potente movimiento obrero. Debemos reivindicar la iniciativa de una movilización general en Madrid, paro cívico y huelga general.
Sin acuerdos previos y defendiendo constructiva y cohesionadamente nuestras propuestas en línea con las del PCE, sin numantinismo y con total lealtad al proyecto, la mayoría de los militantes comunistas madrileños nos reconocemos en el esfuerzo que, más que nadie, hemos hecho por la unidad.
* Secretario General del PCM