El mensaje generalizado es que en Cuba no hay libertad de expresión, su prensa está bajo férreo control del gobierno y no hay en ella lugar para la crítica y la discrepancia. Para continuar con esa idea era necesario no divulgar el aniversario de la sección anual «Cartas a la dirección» del periódico cubano Granma. Esta sección destinada a las quejas ciudadanas fue inaugurada el 14 de marzo de 2008, coincidiendo con el día de la prensa en Cuba y sólo dos semanas después de que Raúl Castro asumiera formalmente la Presidencia de la isla.
En ese período, según el balance publicado por el diario el pasado 13 de marzo, en las 52 entregas de la sección semanal de cada viernes, se publicaron «277 cartas, 34 respuestas de organismos y entidades aludidos en ellas, 4 comentarios sobre asuntos de los que más perjudican a la población (trámites, maltratos) y algunas notas informativas de la dirección».
Tampoco parece que los cubanos tengan miedo de enviar sus reclamaciones al periódico, en este período anual la sección recibió 3.072 cartas por vía postal y 3 292 mensajes electrónicos -otra cifra curiosa para un país acusado de que prohibir Internet-, a todo ello hay que añadir algunos miles de llamadas telefónicas.
Las cartas trataron de asuntos espinosos relacionados con cuestiones económicas delicadas como el control interno, los bajos salarios, la contabilidad, el derroche de recursos, la indisciplina laboral y social, el robo, la contaminación ambiental o críticas al igualitarismo. También se abordó la burocracia y el «reunionismo», en alusión a las frecuentes reuniones que celebra la sociedad cubana en sus ámbitos vecinales, laborales o políticos. El diario destacaba que “aspectos de la ética y la moral socialista” también fueron «tratados y reiterados» por los lectores.
Cuando la prensa internacional anunció hace un año la aparición de esta sección ya lo hizo de forma capciosa. Reuters afirmaba en El País el 21 de marzo de 2008 que «la publicación de estas cartas son una novedad en un país donde la prensa es rigurosamente controlada por el Estado unipartidista, que no permite la participación de la prensa independiente y se conoce por suprimir las voces disidentes». Eso era falso.
El otro diario de ámbito nacional, Juventud Rebelde, llevaba diez años publicando cartas de los lectores en su sección «Acuse de recibo», muy críticas por cierto. Incluso el responsable fue Premio Nacional de Periodismo en 2007, precisamente por esa sección. Es normal por tanto que ahora no se informe tampoco del contenido crítico de las cartas de Granma para poder seguir manteniendo el patrón de que no existe la crítica en Cuba.
El pasado 27 de marzo P.Serrano ha presentado en Bilbao su libro “Conjura contra Cuba”