(Artículo en 2 partes: Lucha de clases. Guerra)
1º O aceptamos las cosas como nos las impone el gobierno, siguiendo las ordenes de las clases dominantes internacionales y españolas, o trabajamos y organizamos pacientemente una respuesta constante a la crisis producida por el sistema, con una alternativa social anticapitalista. No se puede ir a la defensiva, acomplejados por la fuerza bruta del adversario. La denuncia de lo que ocurre debe acompañarse de propuestas concretas, alternativas pero pegadas al terreno, que produzcan reflexión y cambien el estado de ánimo colectivo. Explicar con claridad y actuar con convicción.
Recordemos los principales elementos de la realidad:
– Reforma laboral: ha aumentado la temporalidad, la flexibilidad y avanza la desaparición de la contratación colectiva. Más precarización e individualismo.
– Pensiones: la «Reforma» retrasa la edad de jubilación, dificulta más el empleo, liquida el contrato de relevo y reduce las futuras pensiones.
– Privatizaciones: es la continuación de la política de insolidaridad social y de fracaso económico; es la mercantilización de la educación pública, el elitismo y la precariedad.
– Sanidad: reducción progresiva de servicios públicos. En Catalunya, drástica.
– Vivienda: un modelo de especuladores fracasado, sin alquileres, casas vacías, sin casa.
Hasta aquí los principales elementos de la realidad económica y social. ¿Qué produce esta realidad? 4 millones y medio de parados, 40% en la juventud, desregulación, trabajo negro, inseguridad, renuncia a derechos. En suma, una clase obrera más débil y desvertebrada como colectivo y un amplio sector de autónomos y pequeños empresarios, que son parte del tejido popular, más dóciles al sistema.
Ante ello, nuestro discurso, del PCE e IU, sólo puede ser: no aceptar el sistema pero trabajar en él; mejorar lo posible las condiciones actuales sin perder de vista el horizonte y dirigirse a la razón y buen sentido común de la gente para que se organicen por los cambios ya que éstos son posibles con convicción, coraje y paciencia.
2º Libia y la guerra. En el marco de las movilizaciones populares, en Libia hay desde el principio un montaje y manipulación constantes. Ya hace días que el New York Times y la Reuters informaban como algo normal que la CIA intervenía en Libia desde hacía mucho y que el mismo Obama autorizaba armar y untar a los «rebeldes». La Resolución 1973 de la ONU es el permiso para iniciar un acto de guerra, no una acción para el diálogo y la paz. De nuevo, la ONU ha sido el instrumento político de los intereses económicos de los belicistas, con la aceptación pasiva de los abstencionistas. La ONU ha aceptado que se violase incluso la propia Resolución aprobada: la protección de la población civil se ha convertido en apoyo a los «rebeldes», en financiación de sus actividades de guerra, en intentar con el terrorismo de los bombardeos cambiar el régimen e instaurar un gobierno de títeres de diverso pelaje, con pasados turbios y con perfiles más turbios todavía, pero a los que se considera más favorables a los intereses de los países de la guerra. De esta política participa plenamente España, por las decisiones de su gobierno y de la mayoría de organizaciones políticas y el visto bueno de las direcciones de UGT y CCOO. Zapatero, Jiménez y Chacón, son directamente cómplices de crímenes de guerra, al mismo nivel que lo fue Aznar en la guerra de Irak. Si mañana ocurre una tragedia como la del 11 M, busquen ustedes responsabilidades. Ahora, paguen, paguemos, los gastos de la guerra. No hay dinero para sanidad o educación pero sí para la guerra.
En esta guerra, como en la de Yugoslavia, ha vuelto a aparecer la consigna «ni OTAN, o imperialismo, ni Gadafi». Es una consigna tramposa, además de errónea.
La OTAN es un instrumento para la guerra y la imposición de las políticas del capitalismo y el imperialismo , y Gadafi es uno más de los gobernantes de este mundo, mejor o peor que otros, con los cuales podemos no estar de acuerdo pero que no pedimos que les bombardeen. En cualquier caso Gadafi desaparecerá, la OTAN no. Desapareció Milosevic y la OTAN, no solo no despareció, sino que elevó al gobierno a los dirigentes del llamado Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), una banda de traficantes de drogas y criminales.
El PCE debe continuar defendiendo una solución pacífica y negociada que corte la sangría, tal como propusieron el Presidente Chávez y Fidel Castro en su momento y acaba de proponer la comisión de La Unión Africana, presidida por el Presidente de Sudáfrica. El gobierno libio ha aceptado. Los «rebeldes», no .La OTAN acaba de decidir la continuación de la guerra y el gobierno español pedir al Congreso dos meses más de intervención bélica. Esta es la situación. Ante ella solo hay un camino: construir y reconstruir lo roto, no actuar a bombazos, forzar el diálogo y el acuerdo. Defendemos los Derechos Humanos, empezando por los referentes a comer, educarse y curarse, algo básicamente garantizado hasta hora en Libia, la libertad y la democracia reales según decida cada pueblo sin ingerencias ni bombas, una economía, al servicio de la justicia social y unas relaciones internacionales no imperialistas en el pleno respeto a la soberanía de los pueblos.