Todos los datos económicos nos están indicando que se impone la desigualdad social no por mera circunstancia, sino por decisión de los financieros, los inversores y las grandes fortunas, los que constituyen el sistema capitalista. La desigualdad no es una situación, sino un proyecto social que están imponiendo en toda Europa, sobre todo en los países del sur, entre ellos, está claro que el nuestro. Esta desigualdad también se traduce entre países dentro de nuestro continente, los países del Norte capitaneados por Alemania son los ricos y los países del sur somos los pobres por una decisión política. Alemania que ha perdido dos guerras mundiales en su intento de dominar Europa y lo ha conseguido a través de la economía.
La desigualdad social significa que hay dos polos y que la distancia es abismal. Los datos lo avalan, porque el polo de los enriquecidos viene dado porque han aumentado las exportaciones, porque han bajado los sueldos. Un trabajador echa muchas más horas y además hace el trabajo de otro, con lo cual se bajan los precios de los productos y venden más –modelo chino-. Ha aumentado las inversiones porque los fondos de inversión extranjeros están comprando viviendas de familias desahuciadas y deuda de los españoles y españolas, además de invertir porque la mano de obra es barata, fácil de despedir. Esto hay que unirlo a que el Estado ha pagado la deuda entre banqueros. Por tanto, el polo de la riqueza, que representa los datos macroecómicos, ha aumentado y se expresa en que cada vez hay más ricos y con más riqueza. La bolsa sube y los sueldos de los ejecutivos aumentan considerablemente gracias al dinero público regalado al sistema financiero, es decir, a los banqueros e inversores.
El polo de los pobres viene representado por los datos microeconómicos. Esta pobreza se expresa en que hay dos millones trescientos mil niños en el umbral de la pobreza, en Murcia han aumentado un 34,3% las ejecuciones hipotecarias hasta marzo, se ha incrementado el trabajo precario, es decir, el trabajo de miseria, de hambre y de indefensión ante la avaricia de los empresarios. En este sentido hay que decir que el 90% de los contratos son eventuales a tiempo parcial. Han aumentado los suicidios, muchos estudiantes dejan de estudiar porque no pueden costearse los estudios, añadiendo que más de 200.000 jóvenes han abandonado nuestro país buscando un trabajo. Muchos enfermos han dejado de comprar medicinas por imposibilidad económica, hay miles de familias a las que les han cortado la luz y el agua. Muchos padres no puede comprar los libros escolares a sus hijos y hay personas mayores que han fallecido antes por falta de una atención de calidad. Así podríamos seguir enumerando estas situaciones en el polo de la pobreza.
Estos datos son la expresión de la desigualdad. Los capitalistas causan la pobreza y los gobernantes tienen la misión encomendada de ocultarla. Esto lo hemos visto con la cuestión de la finalización del periodo escolar que supone la terminación de los comedores escolares, dejando a muchos niños sin la posibilidad de que puedan acceder a una alimentación adecuada y decente. Es triste oír al presidente Navarro Pedro Sanz que no va a abrir los comedores escolares en verano porque eso da mala imagen. Actitud que se repite en nuestra Comunidad Autónoma, donde el consejero de Educación Pedro Sánchez mantiene la misma postura. Prefieren que los niños pasen hambre en sus casas, que no se vean. No sé si ellos tendrán hijos, pero lo que no tienen es conciencia y cada vez me pregunto con más insistencia cómo pueden existir tantos políticos miserables.
Hay que afirmar con convicción de que la desigualdad no es algo que se esté produciendo por casualidad, como algo inesperado, sino que tiene su causalidad, es algo esperado por aquellos que lo han planificado, por aquellos que provocaron esta estafa financiera, no crisis económica. Sigo insistiendo que el capitalismo es el sistema mejor planificado, no se deja nada al azar, ni siquiera el comprar al Estado o mejor dicho, el comprar a los políticos. Han hecho de su instrumento, que no es otro que el dinero, el motor y el alma de nuestra sociedad. Por eso, destruyen la vida y su dignidad y la naturaleza.
Hay una alternativa que defendemos la igualdad social basada en que cada persona y familia tenga el derecho al trabajo, al pan, al techo y a la dignidad. La desigualdad es la expresión del darwinismo social, de aquellos que se consideran los dueños de la vida y la muerte. La igualdad es la expresión de una tierra donde cada persona tenga el derecho a vivir en condiciones decentes y con un trabajo que le permita vivir, realizarse y contribuir a mejorar nuestro entorno cercano y lejano.
Una sociedad desigual es una sociedad inhumana, abocada al fracaso, la tristeza y la angustia. Una sociedad igual es una sociedad humanizada, que garantiza los Derechos Humanos y lo que es más importante, garantiza una vida que crea las condiciones de ser feliz. Y, esto no es una quimera.