La situación actual de la juventud es dramática, se nos niega la posibilidad de tener un futuro en nuestra tierra, con tasas de paro superiores al 56%, condiciones laborales que no nos garantizan la supervivencia y la imposibilidad de seguir estudiando ante el aumento de las tasas. La única salida que se nos ofrece es la de la emigración para ser la mano de obra barata del capital europeo como lo fueron nuestros abuelos en los años 60.

Así, la juventud está llamada a conquistar el futuro y tomar las riendas porque se nos va la vida en ello.

En los próximos meses nos jugamos si la propuesta de resolución a la actual crisis que vivimos se dará apostando por una restauración del régimen o con una apuesta clara de ruptura desde las fuerzas sociales y políticas de la izquierda alternativa.

Unidad y Poder Popular

En este sentido, la juventud comunista en coherencia con nuestro partido, apostamos de manera clara por la necesidad de tensionar la calle y ser protagonistas activos del conflicto social, en el momento histórico que vivimos. Unidad y Poder Popular para tumbar al Régimen y abrir el camino hacia el socialismo.

Es imprescindible trabajar por la unidad como la mayor fortaleza que puede tener la clase obrera porque la capacidad de acabar con el régimen y de abrir una perspectiva constituyente favorable a los intereses de nuestra clase, vendrá determinada por la capacidad que tengamos para unir las distintas fuerzas sociales y políticas que trabajan en esta perspectiva, a la vez que impulsamos la tensión y el conflicto social y obrero en las calles. Ambas luchas deben ir unidas y la movilización adquiere una importancia fundamental.

A la estrategia de creación de poder popular es imprescindible añadirle la unidad popular, entendida como un paso adelante en la coordinación y consolidación de los espacios del poder popular que hoy día existen junto con otras organizaciones y colectivos, ante la necesidad de disputar el poder político a la clase dominante y generar espacios de empoderamiento y contra poder que contribuyan a satisfacer las necesidades concretas de los problemas de la clase trabajadora.

Esto implica una apuesta clara por los espacios de “Ganemos” y las “marchas de la dignidad”. Así como el impulso de los frentes en los que venimos trabajando y donde se crea y consolida el poder popular (redes de apoyo mutuo, PAH, sindicato, asociaciones de estudiantes, etc).

Es preciso tener muy claro, la necesidad de no abandonar, bajo ninguna premisa, nuestro trabajo de calle y en el conflicto, y ser capaces de incorporar a todos estos espacios una perspectiva juvenil, feminista y de clase.