El pasado mes de septiembre, dentro del “Aula literaria Poeta Carlos Álvarez”, tuvo lugar en el CAUM, un homenaje al veterano novelista y “joven” poeta Antonio Ferres (Madrid 1925). Ferres, junto con Armando López salinas, Jesús Lopez Pacheco y Alfonso Grosso, entre otros, es uno de los novelistas del realismo crítico y social que constituye sin duda alguna uno de los grupos literarios más sólidos e imprescindibles de nuestra historia literaria, y al tiempo, por su estética de compromiso y militancia política, más cuestionado por el canon académico hoy dominante. Valga recordar entre sus obras, novelas tan memorables como La piqueta o Los vencidos y libros de viajes tan reveladores y acertados como Caminando por las Hurdes (en autoría con López Salinas) o Tierra de olivos. El valor de su narrativa, más allá de los reconocimientos académicos a que ha dado lugar, es absolutamente incuestionable y la reedición continua de sus obras está permitiendo que las nuevas generaciones de lectoras y lectores descubran su alta significación cultural. Pero la calificación de este maestro de la novela de “joven poeta” no es en su caso ninguna ironía. Desde al menos 1997 Antonio Ferres ha ido dando a conocer su vena e inclinación poética. Su encuentro con la poesía ha dado lugar a un conjunto de poemas donde lo personal e íntimo convive con lo civil y lo político. Este poema que hoy les ofrecemos es buena prueba de ello. ¡Larga vida al joven poeta Antonio Ferres!
EN EL SOL AMARILLO
En el sol amarillo
de este otoño
está aún la luz incierta
de aquel noviembre
de la guerra
cuando las tropas enemigas
llegaron a las barriadas del Sur
y yo tenía sólo doce años
y era joven para matar
y para morir.
En el sol amarillo
de este otoño
está aún la luz incierta
de aquel noviembre
de la guerra.