El embajador de Venezuela, Mario Isea, recibió a Mundo Obrero en la sede diplomática para explicarnos la situación en la que se encuentra su país. Nos habló de la intervención de Estados Unidos para tener un gobierno títere en el país, de las ansias por tener acceso al petróleo, de sus intenciones de acabar con los logros sociales y económicos de Venezuela y que éste sea un referente para la región y de la escenificación de la farsa de la ayuda humanitaria mientras le ponen la bota al cuello con el bloqueo económico y financiero. Este es una avance de la entrevista que se publicará en el próximo número de Mundo Obrero.

¿Qué opina de la posición del gobierno español de Pedro Sánchez y de otros gobiernos europeos sobre la auto proclamación de Guaido como presidente de facto en Venezuela?
Hemos hecho llamadas de reflexión a los líderes europeos, y en particular al gobierno español porque pensamos que equivocaron el camino. España venía promoviendo en el seno de la Unión Europea la conformación de grupos de contacto y era una adalid en la búsqueda de salidas dialogadas. Esa propuesta empieza a ser exitosa, México se desmarca del Grupo de Lima y surge la propuesta del Mecanismo de Montevideo con México, Uruguay los países del CARICOM que reclaman a Almagro, el secretario general de la OEA, que no debe usurpar la potestad de los Estados que forman la OEA, que no puede hablar en nombre de los presidentes de Estado, de los jefes de gobierno y de los cancilleres, que no se extralimite en sus funciones. También el Secretario General de Naciones Unidas y como el Papa Francisco se pronuncia a favor de las salidas pacíficas o dialogadas. Y entonces España, sorprendentemente, pasa a una fase de reconocimiento a este señor autoproclamado, Guaidó, en consonancia con lo que hicieron los Estados Unidos, reeditando el comportamiento de Aznar en 2002 cuando los Estados Unidos reconocieron al autoproclamado Carmona Estenga.

El ultimátum de reconocimiento a un presidente que no es legítimo no conduce a ninguna parte. Debería prevalecer la sensatez y las soluciones pacíficas y dialogadas

Ha pasado ya más de un mes y medio de la auto-proclamación de Guaidó, y el rápido reconocimiento otorgado por algunos países que secundaron a Estados Unidos, sin que haber logrado respaldo militar ni civil para acabar con la Venezuela bolivariana de Nicolás Maduro, ¿Hay espacio para que los gobiernos europeos, incluido el español, modifiquen su postura?
Los hechos están demostrando que el ultimátum de reconocimiento a un presidente que no es legítimo no conduce a ninguna parte y que lo que debería prevalecer es el llamado a la sensatez y a las soluciones pacíficas y dialogadas. Creo que están a tiempo de una rectificación puesto que la otra cara de la moneda es la guerra, es una intervención militar que generaría en la región terribles consecuencias que perjudicarían a venezolanos y a extranjeros residentes, en su mayoría españoles, que a lo largo de las últimas décadas han hecho familia y fortuna, y que además a partir de esta Constitución pudieron tener doble nacionalidad. Con la Constitución anterior no existía ese privilegio del que algunos hacen mal uso, asumiendo la ciudadanía venezolana para lanzar cócteles molotov e incendiar instituciones públicas, y la ciudadanía española para invocar la protección del Estado español.

Aquí a los autoproclamados presidentes de la República los detenemos y lo metemos en cárceles ¿Qué ha pasado con Guaido y su vuelta a Venezuela?
Se creó una gran expectativa mediática sobre que el gobierno del régimen, que tanto han desacreditado, y “el tirano”, como llaman Maduro, diciendo que iban a encarcelar a Guaidó, a torturarle… y que le podrían matar. Y los Estados Unidos amenazaron diciendo que si sufría cualquier lesión actuarían sobre Venezuela. El gobierno venezolano no cayó en la provocación de convertir a este señor en un icono, cuando es un señor sin ninguna legitimidad ni ningún basamento constitucional, al que han convertido en un líder exprés.

Cuando Guaidó volvió a Venezuela no entró con honores presidenciales, tuvo que presentar su tarjeta de inmigración como cualquier ciudadano. Más allá de la foto, no tiene liderazgo real. Lo que sí tiene es una financiación externa muy grande. El gobierno de hecho, en todos los órdenes, lo sigue ejerciendo el presidente constitucional Nicolás Maduro. Y yo soy un embajador designado según la Convención de Viena cumpliendo rigurosamente todos los pasos establecidos allí. Por eso sigo en el ejercicio de mis funciones, en una relación normal de tramitación con las limitaciones que imponen el contexto político que han determinado algunos países de la Unión Europea y España.

¿Cómo se puede responsabilizar al gobierno de una crisis humanitaria a la vez que se le sanciona económicamente y se bloquean sus activos?
El tema de la crisis humanitaria es una excusa para la intervención. La ayuda humanitaria está regulada por las Naciones Unidas desde el año 1991 para tres casos. Uno, que ocurra una catástrofe. Dos, que haya un conflicto bélico. Y tres, que haya una dinámica compleja que exceda la capacidad del Estado para atenderla.

En Venezuela no hay un conflicto bélico. Tampoco ha ocurrido una catástrofe natural, ni un terremoto ni una epidemia que esté matando a toda la población. Entonces se trata de forzar por la vía del bloqueo financiero, secuestrar nuestros activos en el exterior, confiscar una industria como Citgo que tiene miles de estaciones de servicio y que incluso en invierno abastece de combustible para la calefacción de los pobres del Bronx. Secuestran los fondos que estaban destinados al pago de alimentos y de medicinas. Secuestran las reservas en oro en el Reino Unido con más de 30.000 billones de dólares.

Cada vez que el gobierno venezolano diseña un mecanismo para paliar los efectos de las medidas coercitivas unilaterales, mal llamadas sanciones, se producen nuevas sanciones. Así, cuando planteamos los comités locales de abastecimiento y producción de alimentos con la sociedad organizada, con la sociedad civil, con las asociaciones de vecinos, se recrudecen las sanciones para tratar que el Estado sea superado por la dinámica compleja que están creando con el bloqueo.

Lo que se quiere es forzar una intervención para imponer un gobierno títere en Venezuela

Y además del secuestro de nuestros recursos convocaron un concierto millonario para concentrar allí una masa que supuestamente serían centenares de miles de voluntarios. Pero terminó el concierto, se fueron los artistas, los voluntarios desaparecieron y solo quedaron activistas y comandos pagados para la violencia Y todo el mundo vio el show a pesar de que los medios trataran de contrarrestarlo.

Y allí quedó, del lado colombiano, el presidente Duque animando a los terroristas con un comportamiento inverosímil. Pero no logro pasar ningún tipo de ayuda porque no había ningún interés en darle ayuda a un pueblo, una ayuda que representa el 0,01% de lo que el Estado venezolano distribuye en alimentos en un día. Nadie puede creer que es ayuda. En los vídeos se puede ver cómo manipulan las cajas que no pesan, que estaban vacías. Algunas portaban material de sabotaje como hilos de acero, artefactos de metal para pinchar las llantas de los vehículos y máscaras antigás, que no es ayuda humanitaria. De manera que se trató de escenificar una farsa. Para eso necesitaban un presidente auto-proclamado para decir que una autoridad legítima pedía la ayuda humanitaria, y que existía una causa que sería una dinámica compleja que rebasaría al Estado venezolano.

Deberían permitirnos surtir a nuestro pueblo y que entre los venezolanos discutamos lo que tengamos que discutir

Si de verdad se quiere ayudar al pueblo venezolano lo que se debe hacer es levantar el bloqueo, devolvernos los fondos que han sido congelados, los activos en oro, devolvernos los activos petroleros, la empresa Citgo. Deberían permitirnos surtir a nuestro pueblo y que entre los venezolanos discutamos lo que tengamos que discutir. El mecanismo de Montevideo, México Uruguay, Bolivia, CARICOM y otros países que se quieran sumar podrían ayudar a concertar condiciones de diálogo para resolver nuestro problema, pero repito: no se quiere una salida pacífica y dialogada. Lo que se quiere es forzar una intervención para imponer un gobierno títere en Venezuela.

¿Permitirían los Estados Unidos una salida dialogada?
Lo que pasa es que a los Estados Unidos no le interesa que haya elecciones. Le interesa un gobierno de facto que sea transitorio. Una transitoriedad lo más larga posible, al estilo de Temer en Brasil, para desmontar esta Constitución, desmontar los programas sociales de Chávez, de Maduro y del gobierno bolivariano, reentregar las reservas petroleras de Venezuela a las trasnacionales, las reservas de oro, de diamantes, de coltán. Desmontar todos los programas sociales que hemos construido. Yo estuve en la génesis de la Gran Misión Vivienda Venezuela con Chávez y en la Asamblea Nacional formando parte de los legisladores que aprobaron leyes para dar soporte a los programas sociales de educación, sanidad, Seguridad Social… eso es lo que quieren desmontar.

A los Estados Unidos no le interesa que haya elecciones

Quieren un gobierno interino, que es soportado descaradamente por los Estados Unidos. Este señor autoproclamado tuvo la desfachatez de auto-aprobar un Estatuto de Transición que dice que para convocar elecciones tiene que ser reemplazado todo el funcionariado público del presidente Maduro, y luego, sin fijar plazo, se podrían convocar elecciones en un mes. Y añade, en otro artículo, que si hubiere impedimentos técnicos este plazo podrá prorrogarse por un año, a partir del cual se podrían convocar elecciones.

Hay dos cosas más que evidentes. Primero: quién está dirigiendo todo este golpe de Estado a través de un auto-proclamado son los Estados Unidos. Y segundo: no hay ningún interés en unas elecciones democráticas ni nada por el estilo; lo que hay interés es en ponerle la mano a los recursos naturales y retrotraernos a un estado anterior al de Chávez con unos indicadores socio-económicos terribles y una enorme pobreza que comenzamos a superar. No quieren que se consoliden todos lo avances logrados porque quieren eliminar el referente para los pueblos del mundo; el referente de poder utilizar los recursos para crear riqueza y redistribuirlo para todos, de que es posible otro modelo de integración que permita debilitar esa tendencia unipolar hegemónica de los Estados Unidos que nos está metiendo en la tercera guerra mundial de manera silenciosa.

EEUU son los mayores vendedores de armas. Y, como decía Chávez, los vendedores de armas son los fabricantes de guerras. No permiten que las guerras terminen y cuando se termina una guerra están obligados, por razones de mercado qué es lo que les importa, a fabricar otra guerra porque tienen que vender armas ya que su economía, sus ganancias y su acumulación se basan en la venta de armas. Por lo tanto su gran negocio es la guerra.

Entonces, ¿quién amenaza a quién? Venezuela no amenaza a nadie. No es amenaza ni para la seguridad interna de los Estados Unidos ni para nadie. Quien quiere llenar de bases todo el planeta son los Estados Unidos. Quién le pide a los países de Europa que aumenten su gasto en seguridad y defensa son los Estados Unidos. Y cada vez que aumentan ese gasto disminuye la inversión social en educación en sanidad en Seguridad Social en vivienda. ¿O es mentira que aquí todavía existe la barbarie del desahucio mientras que en Venezuela ya lo eliminamos hace muchos años con la Gran Misión Vivienda Venezuela?

Director Mundo Obrero