La juventud española obligada a emigrar, es tratada en Europa como mano de obra semi-esclava, sin derechos y lo que es peor sin que las autoridades españolas hagan algo por ayudarles.

Hace algunos días en una cadena de televisión privada, la cuatro, se emitió un reportaje sobre jóvenes españoles, que dadas las limitadas posibilidades de encontrar trabajo en España, se han marchado a trabajar a Holanda; se puede creer que Holanda es un país moderno, democrático, avanzado, etc., pero los españoles que aparecen en el documental pueden acreditar que en ese país como en otros muchos -después de este reportaje se emitió otro del Reino Unido que trataba el caso de los aupair– hay una sociedad hecha para ellos, los nativos, y otra para los demás.

Estos jóvenes atraídos por la necesidad y por la imagen que de este país tienen, se trasladan allí contratados por una ETT que conoce todos los huecos legales que allí existen para que esta juventud bien formada y al mismo tiempo desesperada, sea tratada como muchos de los subsaharianos y magrebíes que trabajan en España.

Los jóvenes viven en un camping -algo mejor que las chozas residenciales en las que viven aquí los trabajadores agrícolas de la fresa o de los invernaderos- compartiendo habitaciones mínimas sin calefacción con grados bajo cero en el exterior teniendo que mantener además las puertas abiertas de las mismas y por las que pagan 500 euros a la ETT que los contrata cuando su coste real no alcanza los 800 y además la subarriendan a cuatro trabajadores; gracias a esta artimaña de vivir en el camping no se les considera trabajadores desplazados, sino turistas por lo que no tienen ningún tipo de derechos. Por si esto no fuera suficiente se les ha contratado con una modalidad de contrato especial por el que no se les garantiza una jornada laboral concreta encontrándose a total disposición de la empresa sin que se les garantice unos ingresos mínimos, dándose la circunstancia que algunos trabajadores tenían nominas negativas.

El reportaje fue muy instructivo: nos mostró como el sistema construye sus tretas legales para explotar a las clases trabajadoras incluso en los lugares en los que las almas cándidas no se podían imaginar que esto era posible; nos mostró cómo las empresas de trabajo temporal inventadas para dar mayores posibilidades a los empresarios sin escrúpulos de aprovecharse de los trabajadores y para que las ETT puedan enriquecerse a costa de los mismos trabajadores haciendo el trabajo sucio, aunque legal, para el que fueron creadas; nos mostró también cómo los gobiernos, tanto el holandés como el español no tienen ningún interés en intervenir para solucionar el problema ya que ninguno de ellos se va a enfrentar al sistema que ellos mismos han contribuido a crear y por último algo que debería hacernos pensar en cómo tratamos a los inmigrantes aquí sin olvidar una frase que hace algunos años le dijo mi hijo a un compañero que creía que era mejor que los inmigrantes: “No te olvides que en cuanto pases la frontera el turco eres tú”.

Emigrante retornado y padre de dos hijos emigrados