Por qué era tan importante el juicio de La Manada y el fallo favorable del Supremo a favor de la víctima?
En este país estamos poco acostumbrados a que la ley sea justa, quizá sea porque llevamos arrastrando el lastre de una Justicia partidista y casposa desde la propia fundación de la democracia y el Régimen del 78. Como cada vez más personas hemos podido comprobar -independentistas, feministas, trabajadores…- a la justicia española se le ven las costuras, y ya son demasiadas.
El caso de La Manada, una violación grupal durante Los San Fermines de 2016, ha sido la gota que ha colmado el vaso en muchos aspectos. Por una parte, la víctima ha tenido que hacer una tarea titánica de heroína a título individual recibiendo la acusación de esa España vetusta y nacionalcatólica, juzgándola porque no simulaba sentir un supuesto dolor y pena por haber sido violada (pero que al mismo tiempo decían que aquello que le había pasado no era una violación) y luego la denigración por parte del sistema judicial de nuestro país. En resumen: un despropósito. Y podríamos reírnos incluso de este absurdo que nos gobierna a todos y todas – más bien nos tiraniza a todas-, pero nos atañe a nuestras vidas, a las vidas de inocentes y su dignidad. Y es intolerable la vejación a la que las mujeres hemos estado sometidas por este sistema judicial, y cualquier persona que piense diferente en este país. ¿Lo recordáis compañeros? Son los cientos de miles de españoles enterrados en cunetas y de los que el Gobierno prefiere no acordarse…
Por no hablar de la actitud de VOX –otro de los partidos que dice tanto que le gusta la democracia que al final se la zampará entera– que ha puesto en duda la sentencia del Supremo, diciendo que uno de los magistrados que cuestionaba que la víctima fuese en efecto una víctima, porque según él se apreciaba “jolgorio y regocijo” mientras estaba siendo violada… El partido que dice defender a las mujeres tampoco se ha cortado en buscar a los verdaderos culpables (repito: ¿no se suponía que no habían violado a la chica?). Para VOX las manadas de violadores, lejos de estar formadas por gente corriente, entre ellos guardias civiles que han trabajado en casos de violencia de género, son los inmigrantes y los menores no acompañados. Supongo que los españoles no formamos parte de la humanidad y no hay malos entre nosotros… También han tenido “buenas palabras” para los medios, diciendo que han cometido actos de una irresponsabilidad enorme al mancillar el honor de los violadores y mostrar sus caras en televisión. Lo de hablar del día a día de la víctima y contar todos los pormenores de su vida, eso ya queda para otro mundo, donde la justicia sea justa, ¿no?
Ya sabemos que no llueve al gusto de todos (menos mal). Para responder la pregunta con la que empezaba la columna, os diré que esta sentencia era importante porque las violaciones no se pueden quedar impunes, ni la persecución mediática, ni tener que sufrir el ostracismo para tener que ser una víctima. También es importante para sentar jurisprudencia y que todos los casos de violación múltiple de ahora en adelante puedan ser juzgados a partir de este caso junto con la ley correspondiente. De existir abuso, ha sido el de una justicia que nunca fue del todo reformada ni actualizada para vivir en un sistema democrático, decimonónica y propia en muchos casos de las crónicas de Leopoldo Alas Clarín. Abuso hacia una persona inocente, que tan solo había sufrido una brutal violación colectiva y de la que todos parecían dudar (y cuantificar cuánto placer se podía tener si a una la violaban). Al menos dentro de esta España distópica por una vez las nubes parecen haberse disipado. Recordad: no era abuso, es violación.