”¿Vienes en metro? Sí. Ok, pues cuando llegues ve a la puerta de producción, la anterior a la puerta 1”. Según el comunicado lanzado por el PCE en agosto, la Fiesta se iba a Rivas-Vaciamadrid tras el bienio vallecano. Motivo: no estar en manos del “trifachito” que dirige el popularmente conocido como “Carapolla”. Tras las cancelaciones de los conciertos de Def con Dos y Luis Pastor y anticipándose a la maraña burocrática que decide si hay o no hay licencia municipal de apertura la dirección del Partido lo tuvo claro: “no vamos a poner en riesgo la Fiesta del PCE”. Lucha de clases. Repliegue.

Cualquiera diría que llevar la Fiesta “tan lejos”, a Rivas iba a suponer un handicap. Pamplinas. Quien no fue a la Fiesta del PCE viviendo en Madrid es por que no quiso -entiéndase: en ausencia de motivos de fuerza mayor como la enfermedad, una boda o el trabajo- ya que como siempre – salvo en la del exilio cordobés- se pudo llegar en metro y también se pudo volver en búho.

Nada más anunciarse el nuevo hogar de la Fiesta acudí a Google Maps para verlo. Una explanada rectangular, cercada y sin sombra alguna, sin más matices que unas líneas pintadas en el suelo. No tenía ni idea de cómo iba a darle uso el equipo que dirige Alma Martínez, y hay que decir que salvo algún desajuste por la distancia a los WC y ciertos problemas qué tendrá que resolver alguien que sepa algo de ingeniería acústica, el nuevo urbanismo de la ciudad PCE fue útil a sus propósitos. ¿Que no saben aún quién es la camarada Alma Martínez? Pues la Directora de la Fiesta, primera mujer en el cargo. Máxima responsable de la exitosa edición de 2018 y de la más exitosa, sí, de 2019. Signo de los tiempos. Del tiempo del PCE con estrella.

“Veni, vidi, @fiestapce”, escribió nuestro Felipe, el bueno. La consigna “venceremos” es, al fin y al cabo un deseo, una promesa. Vinci, vencimos, es un hecho, camaradas, una realidad. Hubo 42 Fiesta del PCE y pese a los grises presagios de según que pajarracos de mal agüero fue un éxito mayor que el de la 41. Como dato objetivo sepan que la Fiesta pasó de ocupar 2 hectáreas a ocupar 2,7 aproximadamente y, como cualquiera pudo ver, estuvo a rebosar la noche del viernes y todo el sábado, por lo que es fácil deducir que hubo más gente que en Villa de Vallecas. Ya dijimos que se quedó pequeño. Lo del domingo sigue avanzando y el lema de la Fiesta es cada año más cierto. La Fiesta terminó de noche.

Otro dato a tener en cuenta es que la promoción de la Fiesta empezó bien tarde – en agosto, un año antes comenzó en abril – sin que haya redundado en la asistencia. Quizás porque la 41 Fiesta sirvió para poner la Fiesta en el calendario, para constituir un público de nuevos y especialmente nuevas “fiestapcers”, en jerga milenial. “Fidelización” en la de la mercadotecnia.

Un simple vistazo al recinto y al programa revelaba las continuidades: la torre que da la bienvenida, ya icónica, photocall de ocasión. El mural de las caras de nuestra cultura – con un hueco incomprensible en medio que alguien tendrá que explicar-. La carpa dedicada a Josefina Samper. Una estrella internacional en el cartel- el año pasado >Ahed Tamimi>, este año, la ex presidenta de Brasil, Dilma Roussef-. La zona infantil. Amplia variedad musical sin candidato firme a cabeza de cartel, si acaso los Boikot por la veteranía – ¿en cuántas han tocado ya?- y más oferta gastronómica.

Una vez pasada la Fiesta, más continuidades. El llenazo de la charla de Alberto Garzón, acompañado de una mujer referente de la batalla cultural que hizo doblete, Arantxa Tirado. El Rincón Cubano como epicentro de la Fiesta a pesar de su periférica denominación. Y algunos fallos de previsión que provocaron que se acabaran la comida y la cerveza en algunos momentos. Benditos dolores de huesos, los habituales en las etapas de crecimiento. Y de nuevo calor, mucho calor. Menos mal que la Fiesta no volvió a su fecha –tercer fin de semana de septiembre- hubiera sido víctima de la DANA.

“En la puerta habrá un control de Seguridad. Pregunta por Prensa para que te acrediten”. Disciplinadamente acudo a acreditarme. Primer aviso del nuevo estado de las cosas: hay que hacerlo obligatoriamente para trabajar en la Fiesta: firmar un papel diciendo que estás aquí de forma voluntaria y ponerse una pulsera identificativa. También te dan una camiseta que debió ser fabricada al menos dos años atrás a tenor del logo desfasado del PCE. Aquel sin estrella.

Seriedad. Organización. El año pasado los equipos de dirección trabajaban hacinados eran una sola habitación situada cual bunker bajo el escenario 13 Rosas. Este año en un edificio de oficinas más que digno, con baños y todo. Me enseñan el “pasillo” de producción: “por ahí llegas directa al escenario central”. Más organización. Le hubiera gustado ver estos pasitos hacia adelante a mi abuela María y su deseo de un PCE ”capaz de organizar, así, como el que no quiere la cosa, la Revolución con sus soviets y todo”.

En el programa aún más deporte que en años anteriores: al básket y al fútbol sala se suma la Carrera Popular –un evento principal de la vecina Festa Avante– gracias a la iniciativa de la Juventud Comunista, auténtico pulmón de la Fiesta. Nuevo homenaje en la carpa de los libros dedicada a María Teresa León – ¿qué diría si pudiera saber que en ella se realizó un taller de yoga? Sí, yoga en la Fiesta del PCE. Aventuro una sonrisa y una reflexión lúcida sobre la necesidad de la tranquilidad. La Fiesta vuelve a tener dos escenarios. El nuevo, bautizado como Tereshkova, sirvió para albergar conciertos de otras músicas como el jazz, el flamenco, la canción de autor y de autora o el pop, si bien algunos quedaron un tanto deslucidos por el ruido atronador del 13 Rosas. Más preguntas para el año que viene.

El plato fuerte del programa era y fue el pack Dilma Roussef – mitin central. Arrancó con algo de retraso el acto por la libertad de Lula, que fue un llamado a la acción y un aviso a navegantes: hay que poner el asunto en la agenda, multiplicando la campaña internacional ya en marcha y si el ex presidente está en prisión, puede estarlo cualquiera implicado en la lucha. #AlertaAntifascista.

A la vez, en el escenario Tereshkova, la Juventud Comunista presentaba su nuevo logo de líneas clásicas, tras 20 años usando el sello redondo. Si aquel era de líneas noventeras, este es de líneas “treinteras” haciendo que case estéticamente con el de la JSU. De ahí partió el ya tradicional desfile de la fuerza en potencia del PCE, con más camaradas y más y mejor organizado. Hasta un dron sobrevoló el desfile.

El mitin comenzó justo después con mayor asistencia de público. “Las matemáticas no aman, pero tampoco fallan”, cantaban Mártires del Compás: el espacio del 13 Rosas duplica el del auditorio de Villa de Vallecas. Tras las intervenciones del secretario de Madrid, Álvaro Aguilera y de la secretaria de Feminismo del PCE, Cristina Simó, fue el turno para Guillermo Úcar, secretario general de la UJCE, de estreno impetuoso en estas lides.

Enrique Santiago, mantuvo la atención de las miles de personas congregadas durante casi 45 minutos, con un tono combativo y contundente para fijar un mensaje claro, una consigna: “mantener la unidad de las fuerzas anti-neoliberales, como antes fuimos los guardianes de la unidad antifascista o los constructores de unidad contra la dictadura”. Unidad para la crisis que parece que viene, unidad para la enésima convocatoria de elecciones generales del 10N.

Será porque hay elecciones en un mes escaso por lo que Pablo Iglesias Turrión volvió a la Fiesta del PCE. Decimos volvió porque nuestro candidato a la Presidencia del Gobierno ha vivido más de una, más de tres y más de diez. Lo hizo para participar junto a Enrique Santiago y a la camarada Julia Hidalgo en la presentación del libro de Josep Fontana. Acto que no aparecía en el programa. ¿Incorporación de última hora? ¿Discreción por aquello de la seguridad? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que el domingo 29 de septiembre de 2019 varios millones de personas, dos, tres, cinco, seis, supieron –o volvieron a saber- del PCE y de su Fiesta. El almuerzo ante el televisor estuvo acompañado de nuestra “salsa llena de estrellas rojas”. Gracias por venir, Pablo, y por ayudar a que el PCE siga volviendo…

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Las fotos de Google Maps son de 2012. Muestra solares donde ya hay bloques y obras en marcha. Grúas en el horizonte de la Fiesta. Un lugar abierto, en desarrollo, en proceso constituyente No engaña su nombre: Rivas Futura. Parece buen sitio para sembrar las Fiesta del PCE de nuestro futuro.