¿Quién marca ahora la verdadera agenda política en el seno de este maremágnum de noticias y presencias personales, donde hasta ahora lo importante ha sido quién hace las cosas, no qué cosas y por qué y cuándo?
A mi juicio, es la iniciativa popular, la movilización, la presión de la gente sobre un programa, el de investidura, que, a pesar de ser moderado, muy moderado, es difícil de implementar en el marco de un neoliberalismo riguroso y de un neocentralismo creciente, espoleado por el tema catalán.
Hay dos temas claves, dos nudos que es preciso desenvolver de cara a la ejecución real de los acuerdos de investidura. De un lado, el tema económico y presupuestario, en un momento de enfriamiento en que Europa no cede y marca la necesidad de recortar gastos hasta adecuarlos a una ley de estabilidad que para España ha sido una consigna necesaria, no se sabe muy bien por qué, y que señala el desfiladero de un estrechísimo margen de manobra, con la consigna por bandera de que solo es posible una política económica. A esta luz, es preciso reconocer que no habrá dinero para casi nada, incluso el gobierno puede verse abocado a recortes no pequeños. No hay dinero y solo se ve una solución: una reforma fiscal valiente, progresiva.
De otro lado, los acuerdos con ERC, nucleados en torno a una mesa intergubernamental, deben responder al auténtico tirón catalán, no el que marcan los líderes políticos, sino el que marcan más de dos millones de personas que configuran el inicio de un proceso constituyente de corte republicano, y que ya ha sido represaliado hasta el hecho de aparecer el espectro de los presos políticos. En gran parte, a otro nivel, la posibilidad de unos presupuestos que sustituyan a los de Rajoy-Montoro puede depender directamente de este escenario; y, consecuentemente, la propia duración del gobierno recién estrenado.
Y la tercera pista de esta situación es la fagocitación facha de la oposición de derechas, solo con respecto a la cual, y a la necesidad de que no pase, ya se justifica en gran parte el necesario apoyo al gobierno con comunistas en su interior con cuotas al corriente de pago.