Los caminos para recuperar la memoria histórica de nuestros pueblos han coincidido y se han enriquecido con el compromiso de gentes de un lado y otro del océano. Y tengo la convicción de que siempre se han tratado de sentir como propias las injusticias cometidas en cualquier lugar del mundo, lo que nos construye en la familia guevarista que enunciara el Che.

Los implicados en los juicios que contra el genocidio argentino se abrieron en la Audiencia Nacional en 1997 festejamos conjuntamente las victorias judiciales contra los militares argentinos y contra Pinochet.

Cuando se abrió la posibilidad de la memoria histórica en España, retomamos en estas tierras el abrazo postergado a todxs cuantxs esperaban desde hace más de cuarenta años recuperar a sus familiares desaparecidos. Como ahora se plasma en la plataforma argentina contra los crímenes del franquismo que impulsara Carlos Slepoy.

Son muchos los obstáculos que los poderosos y los gobiernos han puesto para que el cansancio nos paralice. Pero demostrado queda que no han podido, de uno y otro lado del océano.

Y aun cuando nos falta mucho por andar, nos aprestamos a seguir caminando. Así es que en Argentina se ha lanzado la campaña por la APERTURA DE LA TOTALIDAD DE LOS ARCHIVOS, del 74, 75 y hasta el final de la dictadura genocida.

Una campaña promovida por diversos organismos de derechos humanos y también por personalidades implicadas en estos temas.

Han pasado muchos años y muchos gobiernos que no han tenido la voluntad y la valentía política para que esos archivos estuvieran a disposición pública, que sus familiares puedan saber qué pasó con cada unx de los 30-000 detenidxs desaparecidxs, los responsables, los ejecutores y cómplices, y dónde están los restos de sus seres queridos. Y también el destino de los 300 menores nacidos en cautiverio o secuestrados con su madre y padre, y que siguen viviendo en una mentira aberrante. Aún hay abuelas que esperan abrazar a lxs nietxs que buscan desde hace décadas.

La apertura de todos los archivos permitirá que haya justicia pero también que se termine con la impunidad en la que se esconden represores de ayer y que se ha extendido al día de hoy por lo que el gatillo fácil es considerado una práctica normal de las fuerzas represivas contra los jóvenes, como asimismo se ha normalizado la desaparición forzada de personas seguidas de asesinatos, como fuera el caso de Santiago Maldonado y recientemente Facundo Castro.

Hay leyes que se han escrito con el sufrimiento de los pueblos. Esas leyes nos permiten hoy, tanto a nivel nacional como internacional, fundamentar jurídicamente la exigencia de la apertura en Argentina de los archivos de la represión, como le pedimos al presidente Alberto Fernández.

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Necesitamos miles de firmas para que se abran los caminos de la justicia y contra la impunidad.

Solicitamos a todxs cuantxs lean estas líneas que nos envíen su apellido, nombre, DNI, profesión y/u organización al email: casapueblos@nodo50.org y/o info@encuentromilitantecachitofukman.org