Basta mirar las distancias. A 300 metros está la potabilizadora de agua, a 1 kilómetro el Residencial Universidad y en un radio de menos de 2 kilómetros la Residencia Asistida con 320 plazas, el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón que es un referente europeo, el Nuevo Hospital de Cáceres que dará atención a más de 100.000 personas, el Campus Universitario con miles de estudiantes y la Ciudad Deportiva.
Como colofón la Plaza Mayor, que da acceso al casco histórico, declarada por el Consejo de Europa como el Tercer Conjunto Monumental de Europa en 1968 (después de Praga y Tallin) y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986, quedaría a 2,5 kilómetros. El lugar del que distan es la Sierra de la Mosca en Cáceres, lugar en el que pretenden instalar una mina a cielo abierto.
Las dimensiones del proyecto son de vértigo. La mina tendría hasta 1.100 metros de diámetro y 550 de profundidad. Se removerán entre 170 y 210 millones de toneladas de material del cual el 99% del mineral extraído será inservible y se apilará formando una montaña de escombros. Una chimenea estaría 24 horas emitiendo humos, además de maquinaria pesada y explosiones que enviarían gases tóxicos a la atmósfera de manera constante.
Además el lugar donde pretenden realizar la prospección minera es un paraje de gran valor ecológico, refugio de fauna autóctona y reducto de flora típica mediterránea, que hace de pulmón verde de la ciudad.
OPOSICIÓN
Desde el momento en que se anunció el proyecto fue unánime la oposición. Se formó la Plataforma Salvemos la Montaña de Cáceres como expresión del movimiento popular que se opone a este proyecto y que tiene como argumentación que poner en marcha esta mina empeoraría las condiciones de vida de los cacereños y las cacereñas.
Y es que carece de lógica una mina a cielo abierto a pocos kilómetros de una ciudad Patrimonio de la Humanidad, con un casco histórico como muy pocos en el mundo. Esta iniciativa sólo responde a intereses económicos privados y pone en riesgo el bienestar de toda la población y la continuidad de Cáceres como un atractivo destino turístico. Es así de sencillo.
El Plan General Municipal no contempla este tipo de instalaciones a menos de dos kilómetros del casco urbano, como tampoco en este tipo de suelo catalogado como rústico no urbanizable y la mayoría del pleno durante dos legislaturas se ha negado a realizar cambios que puedan permitir que se instale esta aberración. En la exposición pública del plan de restauración y al proyecto de investigación se han presentado más de 35.000 alegaciones contra la mina de litio de Cáceres, entre ellas las del ayuntamiento.
La cuestión ha llegado hasta el Parlamento Europeo y para conocer el terreno se desplazó hasta Cáceres la eurodiputada de Izquierda Unida dentro del Grupo de Unidas Podemos Sira Rego, quien denunció que los tratados de libre comercio están permitiendo que grandes multinacionales, «algunas canadienses, otras estadounidenses y, en el caso de Cáceres, una australiana», se estén repartiendo el botín de los recursos del planeta. Advirtió de “la enorme contradicción que supone que la Unión Europea esté impulsando proyectos como el de la mina de litio en Cáceres para garantizar los recursos a costa de esquilmar los territorios». Sira Rego mostró su oposición a que la Unión Europea esté fomentando este tipo de proyectos de las multinacionales «que generan un gran impacto y un muy bajo retorno social y económico en el terreno».
COMPRAR VOLUNTADES
Todo apuntaba a que el proyecto estaba en vía muerta hasta que saltaba la última noticia. Infinity Lithium, la multinacional que promueve la mina de Cáceres, ha contratado al ex líder regional de Ciudadanos, Cayetano Polo, para que asesore a la firma australiana y trabaje ante las instituciones con el objetivo de sacar adelante dicho proyecto minero.
Cayetano Polo era hasta hace poco más de un mes diputado en la Asamblea de Extremadura y antes fue concejal y portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Cáceres, donde en el ejercicio de sus funciones votó asuntos relacionados con este proyecto durante la pasada legislatura y aprovechó para maniobrar e intentar mejorar la imagen de la multinacional que intenta rapiñar los recursos de la región sin importarle el impacto social.
Un escándalo mayúsculo de puertas giratorias en Extremadura en el que otra vez un político neoliberal abandona su actividad pública para pasarse a la empresa privada y aprovecharse así de su anterior ocupación, cuyo resultando recuerda -de una manera bastante cutre- a los tiempos coloniales en donde la empresa extranjera que llegaba a saquear los recursos de un territorio ponía a sueldo a los políticos locales.
En apenas cuarenta días esta vergonzosa puerta giratoria ha convertido al líder de un partido político regional en responsable de relaciones institucionales de una empresa minera que necesitaba a una persona que estuviera en venta y tuviera un amplio bagaje político y relaciones, con una nutrida agenda, para que le cojan el teléfono los que mandan y, en definitiva, abrir las puertas en la administración o las instituciones a los que pretenden ocasionar un daño irreparable al pueblo extremeño.