Rafi, el apestoso, comandante de operaciones especiales en el Mossad (la CIA de Israel), fue contratado por el presidente de Colombia Virgilio Barco (1986/1990) sin que nunca se supiera para qué. Ahora, el abogado, investigador y escritor Alberto Donadio ha revelado por primera vez una historia de la que nada quisieron saber los medios de comunicación colombianos durante treinta años.

Donadio dice que tiene pruebas sobre lo que el Washington Post denominaba una misión de seguridad nacional (*).

En 1987, con Rafi Eitan en Bogotá junto al presidente Virgilio Barco, comenzó la matanza de la Unión Patriótica y se multiplicaron los asesinatos de defensores de los derechos humanos.

Virgilio Barco conoció a Rafi Eitan en Washington cuando fue Director del Banco Mundial (1968/1974) y embajador de Colombia (1977/1980). Al llegar a la presidencia, contrató a Rafi, el apestoso (así le llamaban sus colegas de los servicios secretos) como asesor de seguridad nacional, según la terminología utilizada por la prensa estadounidense.

“Si los matan de uno en uno, no van a terminar nunca”

El contacto operativo del agente israelí con los militares colombianos pudo ser el general Rafael Samudio, ministro de Defensa entre 1986 y 1988. Eitan y Samudio sintonizaban. Consideraban tan terroristas a las FARC como a la Unión Patriótica. “Son su brazo político”, decían.

Eitan declaró a la prensa de su país que “en una guerra contra el terrorismo se combate sin principios” y a la de Estados Unidos que “toda operación de inteligencia es una alianza con el delito”.

Del general colombiano, alumno del terrorismo de Estado en la estadounidense Escuela de las Américas, se cuenta una terrible respuesta a un consejero presidencial:

– General, no sé qué vamos a hacer. Todos los días matan a un miembro de la Unión Patriótica.
– A ese paso no van a acabar nunca.

La Unión Patriótica fue una operación electoral en tregua con la guerrilla de las FARC que, por su buen resultado en las urnas, alarmó al poder económico, político y militar de Colombia. Fueron asesinados tres mil candidatos, militantes y simpatizantes en una matanza organizada y ejecutada por oficiales de las Fuerzas Armadas, paramilitares, narcotraficantes, terratenientes y políticos tradicionales con la complicidad de las agencias de seguridad de Estados Unidos.

Jorge Humberto Botero, que era secretario jurídico del presidente Virgilio Barco cuando contrataron a Rafi Eitan, reapareció en 2002 para trabajar en la campaña electoral y en el gobierno de Álvaro Uribe, acusado también de complicidad con los narcoparamilitares en alianza con oficiales del ejército.

La eliminación de Ben Barka

Rafi Eitan participó también en el asesinato de Mehdi Ben Barka en París cuando era el jefe de operaciones del Mossad en Europa. El servicio secreto israelí colaboró con el de Marruecos para eliminar al opositor Ben Barka en 1965 por orden del rey Hassan II.

Lo ha confirmado el periódico progresista israelí Haaretz al revelar que las relaciones diplomáticas de Marruecos con Israel, a cambio del reconocimiento por Trump de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, es el resultado de la alianza clandestina durante sesenta años de los servicios secretos de los dos países bajo la tutela de la CIA.

Israel también puso a disposición de Marruecos el armamento y la asesoría militar y de sus servicios secretos para la guerra contra el Frente Polisario.

(*) Virgilio Barco y el exterminio de la UP. LOS DANIELES / REBELIÓN