En poco más de 5 años, Unidas Podemos se ha constituido como una herramienta política fundamental para convertir en políticas públicas las transformaciones que nuestro país necesita y en una fuerza de gobierno capaz de impulsar cambios que durante décadas parecían imposibles.
Para recorrer este camino Unidas Podemos es mucho mas que un simple espacio electoral. Es a la vez un espacio político de trabajo conjunto de diferentes organizaciones y trayectorias militantes, un proyecto de unidad de fuerzas politicas, personas y colectivos sociales a nivel estatal, autonómico y municipal, y una herramienta militante para la construcción de poder popular.
Unidas Podemos es también desde su inicio, por la agenda de Gobierno y el proyecto de país que defendemos -feminista, verde, plurinacional, con justicia social- el blanco de una brutal ofensiva por parte de los poderes económicos, mediáticos y del Estado profundo. Una ofensiva que tiene como objetivo paralizar nuestra agenda política y que emplea para ello todos los mecanismos a su alcance, legales e ilegales, traspasando sin pudor las fronteras de la crítica política para desplegar agresivas campañas de destrucción personal de los dirigentes políticos que ocupan la primera línea de representación de nuestro espacio político.
En este contexto, Unidas Podemos necesita afrontar un fortalecimiento del espacio político a nivel estatal y en cada territorio. Nuestra fortaleza organizativa y política es la condición de posibilidad para seguir impulsando las transformaciones que este país necesita, desde las instituciones y desde la sociedad civil organizada. Avanzar en la vertebración de nuestro espacio político nos hará ser más fuertes ante los intensos ataques que seguiremos recibiendo, y servirá también para ser cada día más efectivos en la defensa y consecución de la agenda política que defendemos. Además, estamos comprometidos con reforzar la hoja de ruta común que debe fortalecernos ante el próximo ciclo electoral municipal y autonómico, hoja de ruta que debe surgir desde nuestros espacios de base, multiplicando los mecanismos de coordinación y participación conjunta en cada territorio.
A nivel estatal esto se traducirá en el fortalecimiento de la Mesa Confederal como espacio de coordinación política y definición de nuestra agenda de trabajo como espacio político, en coherencia con una dinámica que se ha ido asentando en los últimos meses.
A nivel autonómico y municipal es fundamental reproducir esa dinámica de trabajo conjunto, estableciendo Mesas Territoriales, autonómicas y municipales, que se reúnan periódicamente (semanalmente o cada quince días) para coordinar el trabajo político del espacio a nivel social e institucional. Las Mesas Territoriales deben servir además para poner en común iniciativas y para la solución de conflictos. Las Mesas Territoriales deben también servir de impulso para que las fuerzas políticas del espacio de Unidas Podemos refuercen su trabajo conjunto (campañas, iniciativas sociales y junto a la sociedad civil, iniciativas institucionales) y para abrir el espacio a otras personas sin filiación política que quieran vincularse. Las Mesas Territoriales tomarán sus decisiones por consenso, tal y como ocurre en la Mesa Confederal. La portavocía de las Mesas Territoriales será colegiada. Siempre que sea posible, las Mesas Territoriales definirán un plan de trabajo semestral o anual para planificar el trabajo político en ese espacio temporal, tanto a nivel institucional como social, y adaptado a la realidad de cada territorio.
Por su parte, la Mesa Confederal incorporará también a sus tareas el seguimiento del trabajo conjunto de Unidas Podemos en cada territorio, transmitirá a las Mesas Territoriales los acuerdos alcanzados e impulsará debates e iniciativas a ser consideradas por las Mesas Territoriales. La Mesa Confederal será también, en su caso, un apoyo a la resolución de conflictos en los territorios.