La corrupción es cosa de dos partes, una que corrompe y otra que se deja corromper. Es intrínseca al capitalismo, pues engrasa este sistema decadente que permite que la oligarquía parasite los recursos de las administraciones. Está tan extendida que forma parte del panorama informativo conocer un caso de corrupción a la semana, normalizando esa lacra para mayor éxito de este régimen.

Lo habitual es conocer la imputación o condena de la persona corrompida mientras pasa de puntillas la empresa o persona que ha intentado corromper. Pero estos días ha pasado justo lo contrario. La fiscalía pacense ha pedido cinco años de prisión para un empresario que intentó sobornar a Nadia Ruiz, alcaldesa de Acedera por Izquierda Unida.

INTENTO DE COMPRA

Según el escrito de la fiscalía de Badajoz que ha trascendido, el acusado aprovechó su condición de empresario de una sociedad constructora para dirigirse en octubre de 2015 en diversas ocasiones a la alcaldesa de IU para que se le transfiriese “por cualquier medio o procedimiento” una finca de titularidad del ayuntamiento para llevar a cabo un negocio propio.

El procesado “con un claro propósito de obtener facilidades en la adquisición” le ofreció un regalo consistente en “un kilo”, al tiempo que le indicaba “haz la gestión como puedas, haz lo que sea, y ya si nos entendemos en el precio antes de hacerlo yo te doy lo que tengo hablado”.

No fue lo único que pretendió. Al tiempo, el empresario se personó en el despacho de la alcaldesa para negociar un trato de favor para abrir un negocio. “Esa idea es la que tengo de montar ahí pero que yo no puedo hacer eso ni comentárselo a nadie, yo eso te lo compro, ya te he dicho que te regalo un kilo y cuando estén firmadas las escrituras nos vamos, comemos, lo celebramos y te lo doy, te lo regalo».

IU SIEMPRE CONTRA LA CORRUPCIÓN

Lo que el empresario no sabía es que había dado con un hueso duro de roer. Los cargos de Izquierda Unida llevan en su ADN la lucha contra la corrupción. Durante la conversación -que se grabó y es prueba para el juicio-, la alcaldesa de Acedera le dijo que «yo no estoy en venta, ni voy a aceptar regalos de nadie, ni una sola botella de vino». Ante esto, el empresario insistió de manera persistente y reiterada en su intención de darle un sobre con dinero si recibía el trato de favor.

Pese a los insistentes ofrecimientos, la alcaldesa no aceptó cantidad alguna, ni inició ni ejecutó el trámite administrativo en el sentido indicado por el empresario. Además de negarse a ser corrompida, de manera valiente, denunció ante la justicia lo que le había sucedido. Hechos que serán juzgados el próximo lunes en la Audiencia Provincial de Mérida.