La vivienda digna, y el derecho fundamental de acceso a la misma, ha sufrido las consecuencias del neoliberalismo y la especulación financiera. Y en nuestro país lo ha hecho con las consecuencias derivadas de las políticas y corrupciones del ladrillo y de la burbuja inmobiliaria, provocadas a su vez por políticas al servicio de una economía de pelotazos urbanísticos, negocio bancario y especulación financiera. Todo esto se sembraba en un campo ya abonado de una cultura de la propiedad -convertida en cultura de la propiedad hipotecada-, frente al alquiler, que viene potenciada por los altos precios del alquiler y la raquítica bolsa de vivienda pública y social.
Engels, en Contribución al problema de la Vivienda (escrito entre mayo de 1872 y enero de 1873 y publicados por primera vez en Der Volkstaat), muestra la imposibilidad de resolver dicho problema bajo el capitalismo. Somos conscientes de que es así; sin la superación del capitalismo y sus formas de Estado no se podrá resolver la raíz de éste y otros problemas intrínsecos al sistema capitalista. Pero no es menos cierto, que en la lucha por este derecho, y en la organización de frentes amplios, se educarán las masas elevando su conciencia.
Para entender el problema es preciso tener en cuenta algunos datos:
1) Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España existen más de tres millones de viviendas vacías. Más del 85% de ellas son propiedad de entidades bancarias, inmobiliarias vinculadas a ellas o fondos de inversión (fondos buitres).
2) Según los datos del Censo de población, casi un millón de núcleos familiares han perdido su vivienda habitual desde 2008. Según estadísticas ofrecidas por el CGPJ y el INE: el primer semestre de 2021 ha sido el peor (y en plena crisis pandémica) desde hace cuatro años en cuanto a ejecuciones hipotecarias.
3) En España, hasta la crisis económica de 2008, el régimen de tenencia mayoritario sobre la vivienda era el de propiedad. Para ser exactos, habría que decir: propiedad hipotecada. El motivo: la cuota mensual hipotecaria solía ser inferior a la renta mensual de alquiler en el mercado libre. Esto era una auténtica apuesta del sistema financiero.
LA VIVIENDA COMO MERCANCÍA
A partir de la crisis económica de 2008, la clase obrera, sectores populares e incluso la pequeña y mediana burguesía pierden sus trabajos y/o ingresos y se ven imposibilitados de hacer frente a las hipotecas. Ante el impago, las entidades bancarias, las mismas rescatadas con dinero público, instarían procedimientos de ejecución hipotecaria por los que se apropian de la titularidad de las viviendas, creando un inmenso parque de viviendas vacías y que unen al que acumulaban sus inmobiliarias vinculadas, que no pudieron sacar al mercado por imposibilidad de concederse créditos hipotecarios.
Por otra parte, la vivienda como mercancía introduce una particularidad en las reglas de determinación de valor y precio de las que integran la economía política marxista. El precio de una vivienda en España alcanza el máximo de la cuantía que las entidades bancarias están dispuestas a conceder como préstamo hipotecario. Eso es lo que permitió que en menos de una década el precio de la vivienda se centuplicara, repercutiendo en él además del precio del suelo, los sobrecostes derivados de la corrupción urbanística.
La estructura del mercado inmobiliario hace que el número de viviendas destinado al alquiler sea pequeño, lo que acarrea un alto precio de las rentas de alquiler. Eso hacía que quienes perdían sus casas hipotecadas, no podían acudir al mercado de alquiler por sus elevados precios. Pero, además, en la última década nos hemos encontrado en todas las grandes ciudades con la conversión de inmuebles que eran viviendas familiares en alojamientos turísticos. El centro de las ciudades se convierte en parques de atracciones de día y barrios fantasmas en las épocas de bajada, incrementando las rentas de alquiler.
EL DERECHO A LA VIVIENDA SE CONQUISTARÁ LUCHANDO
Con los elementos apuntados más arriba, abordamos en el marco de la Fiesta del Centenario del PCE una mesa de debate con representantes de la Plataforma Estatal por el Derecho a la Vivienda, que aúna el empuje, la capacidad y la experiencia de diferentes movimientos sociales; el ejemplo de la PAH, en este caso de Vallecas, distrito emblemático de Madrid de resistencia y organización frente a las más descarnadas políticas neoliberales y derecha ideológica que representa la Comunidad de Madrid; y por último, las experiencias desde el municipalismo, de la izquierda transformadora, con el ejemplo de Alcorcón y su concejalía de Vivienda.
Se abordaron las distintas facetas de un problema complejo, conscientes de la importancia de las luchas y las políticas a revertir en esta materia, más aún con los aprendizajes y evidencias que la pandemia y sus consecuencias han arrojado para muchas más capas de la sociedad, que pudiera sentirse ajena a este problema. El confinamiento inicial y las consecuencias económicas y sociales, sitúan en el imaginario colectivo la importancia de este bien de primera necesidad y la falta absoluta de escrúpulos de bancos, grandes tenedores y fondos buitre. La conclusión del debate fue clara: el derecho a la vivienda se conquistará luchando.
LEY ESTATAL: DERECHOS FRENTE A LA SELVA DE LA ESPECULACIÓN
Y fruto de la lucha y de la necesidad de convertir la vivienda en derecho se abre paso y empieza a articularse el pasado 5 de octubre, en la primera Ley de Vivienda de rango estatal… Frente a quienes, defendiendo al oligopolio, la califican como “una distorsión brutal del derecho a la propiedad” o un “ataque sin precedentes a la propiedad privada”, para el PCE es un paso más en el camino de lucha, resistencia, persistencia y conexión entre la organización social y quienes han llegado a las instituciones para defender los derechos de la mayoría social. El acuerdo supone un primer paso en la necesaria e inexistente legislación estatal de un derecho fundamental, que ha sido negado y pisoteado en el pasado por quienes debían defenderlo, y que se sigue negando y haciendo aspavientos a cualquier medida que ponga freno a los carroñeros.
Hoy el centro del debate, no es si este paso es suficiente (que desde luego, como todo camino por recorrer, no es la meta), sino cómo seguimos resistiendo y empujando para que el oligopolio y sus aliados no pretendan que asumamos que los derechos de la mayoría son mero papel y que el único derecho a proteger es el de la propiedad privada de los grandes tenedores de vivienda, de los bancos, de los fondos buitre y de los “negociantes” con los derechos humanos.
El acuerdo en el seno del Gobierno en materia de vivienda llega en un momento crucial porque tienden a concluir las medidas de urgencia coyuntural que han protegido a miles de familias en esta pandemia, y que deben seguir siendo protegidas en el futuro que queremos para todas, que no es volver a la “normalidad” de los desahucios, de la exclusión social.
La propuesta sobre Ley de Vivienda se ha conocido casi al mimos tiempo que la Sentencia del Tribunal Constitucional (STC RI 1960-2017) sobre Cláusulas Suelo en préstamos hipotecarios, y que ha dado la razón al Grupo Parlamentario de Unidas Podemos en el recurso de inconstitucionalidad que interpuso contra las medidas dictadas en 2017 por el gobierno de M. Rajoy. Porque en este país se ha arrebatado el hogar y se ha condenado a deudas perpetuas con cláusulas ilegales y abusos bancarios, declarados así por el TEDH años después, sin restitución alguna, y evidenciando que España tiene un procedimiento de ejecución hipotecaria vulnerador de los derechos del consumidor, esto es, de la mayoría social.
Terminamos conminando a seguir peleando, concienciando, sumando fuerzas, siendo conscientes de que cada avance, se va a encontrar de frente con los grandes poderes económicos y mediáticos que han sostenido años de desahucios, de deudas impagables, de exclusión social. A ellos les sobra la gente para acaparar beneficios y privilegios, porque … ¡LA VIVIENDA ES UN DERECHO, NO UN NEGOCIO!
(*) Son responsables de la Secretaría de Vivienda C.C. PCE y de la Secretaría de Área Externa C.C. PCE respectivamente
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CLAVES DE LA LEY DE LA VIVIENDA
Por su importancia, queremos resumir las principales medidas que se recogen en la propuesta de la Ley:
1. Regulación y bajada de los precios del alquiler. Aspectos principales:
– Grandes propietarios: obligación por ley de bajar los alquileres en base al índice de referencia para todos los contratos en las zonas de mercado tensionado. Retirada de privilegios fiscales.
– Pequeños propietarios: congelación de precios e incentivos fiscales para bajarlos.
2. Suspensión de los desahucios para personas en situación de vulnerabilidad sin alternativa habitacional: será necesario pedir un informe previo a los servicios sociales. Dicha alternativa deberá ser una vivienda digna y asequible.
3. Impuesto a la vivienda vacía: recargo del IBI de hasta un 150% sobre la vivienda vacía, que podrán aplicar los ayuntamientos sobre aquellos inmuebles que lleven 2 años vacíos sin causa justificada.
4. Movilización del parque público de alquiler: reserva del 30% de todas las promociones para vivienda protegida (no solo nuevas promociones sino también grandes reformas). De este 30%, la mitad deberá destinarse a alquiler social. En caso de ausencia de este porcentaje cualquier persona podrá reclamarlo judicialmente.
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