Que el cine educa sin pretenderlo, es un hecho ya por nadie discutido. Parte de lo que aprendemos y de nuestra visión acerca del mundo proviene de las imágenes, de lo que vemos durante nuestro aprendizaje principalmente. A veces, tener una perspectiva adecuada requiere desaprender viejos estereotipos, deconstruirnos, liberarnos y sensibilizarnos hacia cosas que antes nos pasaban desapercibidas por ser socialmente aceptadas. Es el caso de la perspectiva de género.
La palabra “perspectiva” hace referencia a una forma de comprender y representar algo con respecto al ojo de quien observa. Es decir, una “perspectiva” es una forma de mirar o de considerar cualquier fenómeno; o dicho de otro modo, es asumir un punto vista. Así pues, una “perspectiva de género” es el acto de aproximarse a una realidad, poniendo atención a la construcción de la categoría de “género” y sus relaciones de poder.
Durante décadas, la voz de las mujeres en el cine ha estado doblemente silenciada; por un lado, el acceso de las mujeres a puestos de realización, de guion, etc. ha sido anecdótico, de modo que las historias femeninas eran sistemáticamente contadas por hombres, desde su perspectiva masculina, sobre hechos que no les habían sucedido o (de hacerlo) raramente podían concebir la experiencia, desde una experiencia vital desprovista del significado de lo que es ser mujer en una sociedad patriarcal.
Por otro lado, y de manera íntimamente relacionada, los personajes femeninos estaban empapados de esa visión patriarcal de la mujer y eran reflejo de un sexismo y estereotipos de género constante. Sólo hay que mirar hacia atrás unas décadas y observar lo anecdótico de los papeles femeninos; relegados en el mejor de los casos a consortes de los masculinos y/o a causa de fricción o como meros trofeos en las disputas de los hombres, auténticos y únicos protagonistas de las historias.
EL TEST DE BECHDEL O EL DESPERTAR DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
Es en la década de los 80 cuando se empieza a denunciar la desigualdad de género en las creaciones audiovisuales en general y el cine en particular. Alison Bechdel, historietista de Pensilvania, conocida por su activismo feminista y LGTBI, crea una historieta donde dos mujeres acuerdan entre ellas que no irán a ver películas que no cumplan tres requisitos:
1. Que, al menos, aparecieran dos mujeres con nombre propio.
2. Que hablaran entre ellas.
3. Que no lo hicieran solo de hombres y amor.
Así es como hasta día de hoy se sigue usando el test que lleva su nombre, para comprobar si una película es no sexista. Resulta asombroso cómo a día de hoy, muchas no pasan el filtro.
TEST DE LA LÁMPARA SEXY
Yendo un paso más allá, se sitúa este test propuesto por ONU Mujeres. ONU Mujeres es la organización de las Naciones Unidas dedicada a la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Defensora mundial a favor de las mujeres y las niñas, se creó para fomentar el progreso que permita cubrir sus necesidades en todo el mundo y luchar contra esta desigualdad; http://www.unwomen.org/es.
Mediante su análisis e investigación, llega a la conclusión de que solo un 31% de los papeles con diálogo son ostentados por las mujeres. Si unimos cosificación y papeles con diálogos, nos encontramos el Test de la lámpara sexy, que contempla un único requisito: si al sustituir al personaje femenino por una lámpara con un post-it, la trama no cambia es que ese film es sexista porque considera a las mujeres como meros objetos. De nuevo es sangrante la cantidad de películas que no pasan este test.
EI ROL DE LAS MUJERES Y OTROS ELEMENTOS DE SEXISMO INDIRECTO
Siguen existiendo diferencias no tan sutiles, por ejemplo, en la edad de las mujeres y de los hombres en pantalla. Durante el periodo comprendido entre 2007 y 2019, la presencia de mujeres por encima de los 40 años en Hollywood no presentó grandes cambios, registrando en 2014 su porcentaje más bajo. En 2019, los personajes femeninos representaban el 25,4% del total de papeles dentro de dicha franja de edad, lo que supuso un incremento de aproximadamente medio punto con respecto al año anterior. Va a ser cierto eso de lo que tanto se quejan las actrices, de que llegadas a cierta edad parecen perder todo su talento para ser relegadas al olvido, en contraposición con los actores que no ven significativamente mermadas sus ofertas para desarrollar papeles principales.
¿Y en cuanto a la sexualización de la mujer? Si nos atenemos a estadísticas de la meca del cine, (el ansiado Hollywood) espejo para muchos del cine que se produce en el resto del mundo, esta estadística presenta el porcentaje de personajes femeninos en Hollywood con ropa sexualmente reveladora entre 2007 y 2018. En 2018, aproximadamente el 29% de las mujeres con intervenciones habladas en los filmes de la meca del cine usaron en algún momento del largometraje ropa considerada sexualmente reveladora.
Seguimos suspendiendo en perspectiva de género…
COMO DATO ESPERANZADOR, ALGO SE MUEVE EN EL CINE ACTUAL
La industria del cine se quiere redimir y lo está haciendo en gran parte a partir de sus festivales. Si el pasado 2021 el Festival de Cine Fantástico de Sitges apostó por dar visibilidad a las mujeres realizadoras con su WomeninFan, también en Cannes hubo una presencia significativa de películas a concurso y de (merecidos) premios a mujeres que se alzaron con algunos de los principales.
En el Festival de San Sebastián, la presencia de autoras femeninas ha pasado del 26% en 2018 a cerca de un 40% en 2021. Aunque aún se está lejos de la paridad, se va avanzando conscientemente.
EJEMPLOS DE PELÍCULAS CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
Una de las películas triunfadoras de los últimos años es Una Mujer Prometedora. Esta película es un puñetazo en el estómago del machismo más arraigado. Dirigida por una debutante Emerald Fennel en 2020, no ha dejado de cosechar premios y nominaciones (BAFTA, Goyas, Oscar). Un guion brillante, con un trabajo actoral de Carey Mulligan (Drive, 2011) como protagonista, nos introduce de manera pausada y a modo de comedia romántica de toda la vida, en un desgarrador grito contra la cultura de la violación. Un alegato feminista incontestable, donde los hombres se tapan los unos a los otros sus vergüenzas y los aliados de las mujeres lo son hasta que empiezan a arriesgar su comodidad. Imposible no recordar Las Reglas del Juego, 2002 dirigida por Roger Avary, donde una fiesta universitaria hundía no solo las ganas de vivir de una mujer violada en una fiesta, sino su imagen social.
She Will (2021) otra ópera prima dirigida por la directora Charlotte Colbert es otro ejemplo de alegato a la sororidad, donde la fuerza de las mujeres no sale de la venganza hacia un patriarcado que las olvida cuando dejan de ser jóvenes y bellas; sino de una comprensión colectiva de la realidad femenina. Todo ello magistralmente unido con el asesinato de mujeres en el siglo XVII consideradas brujas por un patriarcado aún más feroz.
Violation, (2020) es otra película con muchos argumentos para reventar los convencionalismos hombre/mujer. Con cierto recado moral hacia la insensibilidad masculina y, de nuevo, la cultura de la violación. Dirigida a dos manos por un hombre Dusty Mancinelli y una mujer Madeleine Sims-Fewer, es una excelente confirmación de que la perspectiva no es solo cosa de mujeres, afortunadamente.
FALSOS ALIADOS
Existe actualmente una confusión extendida en según qué grupos sociales (unos más que otros) entre cine protagonizado por mujeres y cine con perspectiva de género. No deja de extrañarme que películas como Wonder Woman 1984, que muestra heroínas cuyo mayor mérito no deja de ser el estético y que lo dejan todo por un antiguo amor. ¿En serio? ¿Feminista?
También se ha hablado mucho de cierta serie española de Netflix que muestra una prostitución donde las protagonistas son supuestamente mujeres empoderadas, porque usan armas, consumen drogas y protagonizan escenas de acción. Nunca la prostitución se mostró tan del gusto de ciertos hombres. Fantasías machistas disfrazadas de feminismo. Ensalzamiento del amor romántico. Prostitutas que se enamoran de quien las maltrata y las esclaviza sexualmente. Está claro que algunos directores no tienen perspectiva de género como para hablar por boca de las mujeres. Todavía hay tanto que deconstruir…
Crítica cinematográfica