La reforma de la Ley General de la Comunicación Audiovisual deja a RTVE al borde del abismo (sin plan estratégico ni presupuesto), bloquea las iniciativas sociales y entrega a los negocios con absoluta impunidad el 75% del escenario audiovisual. Es el resultado de los cuarenta años de descomposición política, económica y cultural de la comunicación audiovisual bajo el bipartidismo que comenzó con el felipismo, continuó durante la aznaridad, se transformó con Zapatero, empeoró con Rajoy, se enquistó con la administradora única de Sánchez y ahora desemboca en su consolidación con la hegemonía legislativa del sector neoliberal del PSOE en el gobierno de coalición.

La UCD y el PSOE acordaron en 1980, con la Ley de la Radio y la Televisión, que el partido que gobernara controlaría a RTVE. Con su mayoría absoluta de 1982, González impuso la gubernamentalización de RTVE pagada con deuda pública. En vez de utilizar los Presupuestos Generales del Estado, como establecía la ley, obligó a RTVE a hipotecarse con la deuda garantizada por el Reino de España. No era una deuda de RTVE, como decían sus enemigos, sino una deuda del Estado con RTVE. Aznar prolongó el mismo procedimiento hasta que se acumuló un endeudamiento de siete mil millones de euros. Zapatero aplicó entonces su plan de estabilización que entre 2006 y 2010 asumió la gigantesca deuda del Estado con RTVE, redujo la plantilla en un 40%, le regaló a Antena 3 y Tele 5 los seiscientos millones de euros anuales de la publicidad de TVE y dejó a RTVE con un sistema de financiación insuficiente e inestable. Rajoy lo empeoró todo, congelando el mandato marco parlamentario e impidiendo la negociación del obligatorio contrato programa que debería haberle asegurado a RTVE un imprescindible plan estratégico y la garantía de su financiación. Sánchez consiguió mediante una trampa parlamentaria el aplazamiento durante casi tres años de la necesaria democratización de RTVE con su autoritaria administradora única. Y ahora las sucesivas reformas de la Ley General de la Comunicación Audiovisual, de la Ley de Financiación de RTVE y del mandato marco parlamentario, conducidas las tres por los neoliberales del PSOE, mantienen a RTVE al borde del abismo, sin un plan estratégico y sin la financiación necesaria, con la incertidumbre del arrogante presidencialismo de José Manuel Pérez Tornero pactado por el PSOE con el PP.