Jordan Peele se postula como nuevo maestro del género fantástico, con la particularidad de incluir un mensaje reivindicativo en cada película: el problema racial en EE. UU., su país natal.

Resulta muy difícil no comparar a Peele con Spike Lee, que a lo largo de su exitosa carrera ha explorado siempre los temas raciales, la pobreza, el crimen en la comunidad negra, entre otros temas políticos. Tal como en su día hiciera este consagrado director, Jordan Peele presenta personajes de color como protagonistas que sufren la hipocresía de quienes no se consideran racistas pero en la práctica y de manera recurrente demuestran serlo. Jordan, tras años siendo conocido por su trabajo como actor en diferentes series y largometrajes, inició una aún corta pero muy exitosa carrera como director y guionista de largometrajes.

Su ópera prima fue multipremiada

Su primera película Déjame Salir (2017) fue una sorpresa en el género fantástico, siempre ávido por encontrar directores de culto. Esta ópera prima resultó una combinación brillante de terror, comedia, sátira y denuncia política que llegó en la era Trump con unos EE. UU. sufriendo un retroceso y una creciente división interracial. Aunque la idea de Déjame Salir se concibió años atrás para refutar la idea de la era de Obama de un Estados Unidos post-racial, llegó en un momento francamente oportuno. Con un bajo presupuesto de 4,5 millones de dólares y sin actores de renombre logró no solamente un éxito en su estreno en salas – recaudó 176 millones de dólares- rompiendo con el caduco mito de que las películas protagonizadas por actores afroamericanos tienen un corto recorrido en salas; además fue un éxito de crítica a nivel general. De hecho, obtuvo más de 14 premios y nominaciones en los festivales de mayor reconocimiento a nivel mundial. Se alzó con el Óscar a mejor Guion Original, Premios Independent Spirit: Mejor película y director, Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor ópera prima, Asociación de Críticos de Los Ángeles: Mejor guion, Asociación de Críticos de Boston: Mejor actor (Kaluuya) y mejor director novel, entre otros.

En esta alegórica película, una pareja formada por una mujer blanca (Alison Williams) y un hombre afroamericano (Daniel Kaluuya) se disponen a pasar un fin de semana con los padres de ella. El protagonista, preocupado por la reacción que puedan tener ellos al descubrir que no es blanco, se verá envuelto en una trama que da un giro total al guion. Brillante es la crítica social que se desprende de unos padres que tratan forzadamente bien a Daniel y se jactan de ser progresistas, mientras se puede ver al servicio que casualmente es afroamericano en su totalidad y visten como esclavos. Buen retrato de las falsas buenas intenciones de los EE. UU. de superar unos prejuicios que, sin embargo, siguen tan enraizados aún hoy en día en este país.

Grandes expectativas para su segundo lanzamiento

Con su segundo largometraje, Nosotros (2019), demostró que su éxito anterior no se debió al azar. Con un filme más ambicioso, mejor dirigido sin duda, (aunque con ciertas trampas de guion para hacer encajar los giros), tuvo su segundo gran resultado en taquilla. Nunca dejando a un lado la crítica social como vertebradora, de nuevo hizo gala de su dominio del humor para relajar tensión en determinados momentos. La trama gira en torno a una familia de raza negra acomodada que se ve aterrorizada por sus “dobles” que parecen en su casa para ocupar su lugar y coger su trozo del “sueño americano” que les ha sido arrebatado durante toda su vida. Se introduce aquí el conflicto de clases además del racial, poniendo de relieve la doble discriminación que normalmente sufre a comunidad negra.

De nuevo gran éxito de crítica, con el premio a mejor actriz para Lupita Nyong´o por parte del Círculo de Críticos de Nueva York y de San Francisco, nominaciones a mejor película de terror en los Critics Choice Awards, entre otros.

Con su tercera película ha demostrado su maestría

Su nueva y esperadísima película ¡NOP! (2022) se estrenó en los EE. UU. en julio, superando de nuevo los 100 millones de dólares en taquilla estadounidense. Este hecho convierte a Jordan Peele en el único director que ha logrado superar los 100 millones en sus tres primeras películas, siendo estos guiones originales y de no animación. En España se puede ver en cines desde el 18 de agosto.

Su proyecto más ambicioso (y esta vez de gran presupuesto) es una experiencia, como poco, sorprendente. El resultado de su osadía de mezclar el western, con la ciencia ficción, el humor negro y (cómo no) la crítica social, es seguramente su mejor película hasta la fecha. Supera sus anteriores problemas de “trucos “en el guion para hacer encajar las piezas, con una historia mucho más elaborada. Repite papel protagonista Daniel Aluuya.

Peele nos hace reflexionar y sacar nuestras conclusiones sobre la relación de la sociedad con el entretenimiento que consumimos. Un público gradualmente más atraído e insensibilizado hacia el espectáculo morboso a cualquier precio. Imposible no ver cierto parecido con el cine de Shyamalan, si bien se agradece que Peele no intente explicarlo todo y deje al espectador pensar y sacar sus conclusiones. Los espectadores más sagaces e imaginativos sin duda lo agradecerán.

Para ello utiliza el metacine, mostrándonos la industria del entretenimiento desde sus propios cimientos. El argumento trata sobre dos hermanos que siguen la senda de su difunto padre, con un rancho dedicado al entrenamiento de caballos para películas. En su día a día, irrumpe lo que parece ser un OVNI y toda su obsesión será grabarlo para poder venderlo a la televisión y salir de una vida que roza la miseria.

Aunque en esta ocasión el contenido político no está tan presente en el metraje, el director a través de ciertas escenas aborda el modo en el que los personajes afroamericanos se han ninguneado en la historia del cine, no teniendo el reconocimiento que merecían. Jordan Peele, según sus propias palabras, se siente en la obligación de hacer justicia con los olvidados: “Si uno mira la historia, la real, hubo vaqueros de todas las razas, pero el cine sólo se ocupó de los blancos. Y eso que, del mismo modo, había espectadores de todas las razas también en el cine. Es importante para mí crear una especie de linaje de los olvidos”.

Reseñable la banda sonora de Michael Abels, que por tercera vez acompaña a Peele con una magnífica música que ayuda a que en ningún momento baje el ritmo del filme; cosa más meritoria aún si tenemos en cuenta la nada desdeñable duración de 130 minutos de esta película.

En definitiva, el trabajo más maduro, mejor dirigido y más ambicioso de un director que ya está entre los grandes por mérito propio. El mejor cine es el que revuelve conciencias, también en el fantástico, sin duda.

Trailer: Universal Pictures España