Casi inmediatamente después de la firma del Segundo Acuerdo Parcial entre el Gobierno y la oposición venezolana, el Gobierno de Estados Unidos emitió una licencia ampliada que permite a Chevron Corp importar petróleo o productos petrolíferos de sus empresas en Venezuela.
Según una copia que circuló en redes de la licencia que el Departamento del Tesoro de EEUU, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac por sus siglas en inglés), para que la transnacional estadounidense vuelva a operar en Venezuela, esa oficina emitió «autorización de ciertas transacciones relacionadas con los negocios conjuntos de Chevron Corporation en Venezuela» para «todas las transacciones normalmente incidentales y necesarias para la operación y administración por parte de Chevron Corporation o sus subsidiarias («Chevron») de las empresas conjuntas de Chevron en Venezuela (colectivamente, las «JV de Chevron») que involucran a Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) o cualquier entidad en la que Pdvsa posee, directa o indirectamente, una participación del 50 por ciento o más» que fueron «prohibidas por la Orden Ejecutiva (E.O.) 13850» y sus posteriores modificaciones por las E.O. 13857 o 13884, que configuran parte de las medidas coercitivas unilaterales que bloquean a Venezuela.
La licencia 41 permitiría la «producción y extracción de petróleo o productos derivados del petróleo producidos por las JV de Chevron, y cualquier mantenimiento, reparación o servicio relacionado de las JV de Chevron», se lee en el texto.
Además permite la «venta, exportación o importación a EEUU de petróleo o productos derivados del petróleo producidos por las empresas conjuntas de Chevron, siempre que el petróleo y los productos derivados del petróleo producidos por las empresas conjuntas de Chevron se vendan primero a Chevron» y la «compra e importación a Venezuela de bienes o insumos relacionados con las actividades» propias del negocio petrolero de Chevron «incluyendo diluyentes, condensados, petróleo o productos de gas natural».
Esta reacción inmediata desde Washington deja clara la subordinación del sector más violento de las oposiciones en Venezuela a las órdenes de la Casa Blanca, como ha sido denunciado por el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y el resto del Estado venezolano desde el inicio del golpe de Estado continuado que tanto daño ha causado a la nación bolivariana.
La licencia prohíbe «La venta de petróleo o productos derivados del petróleo producidos por o a través de las JV de Chevron para la exportación a cualquier jurisdicción que no sea Estados Unidos», lo cual parece lógico ante la necesidad imperiosa de EEUU de recibir petróleo venezolano para hacer frente a la crisis energética que le obligó a echar mano de miles de millones de barriles de sus reservas estratégicas, eso con el objetivo de frenar el alza desmesurada de los precios de los combustibles en EEUU que impulsan la ya inédita espiral inflacionaria que tocó recientemente registros no vistos en medio siglo.
Tras esta acción, vale preguntarse cuánto tiempo pasará para que el resto de transnacionales petroleras con intereses en Venezuela y que no han podido operar en la principal reserva mundial de petróleo, exijan tener los derechos renovados por la Ofac para Chevron, ya que la única razón que tuvieron para abandonar la totalidad de sus operaciones fue la implementación de las ilegales medidas coercitivas unilaterales desde Washington para procurar un colapso en el país y promover un golpe de Estado, planes que se perciben como fracasados ahora que el sector más violento de las oposiciones de Venezuela están sentadas en la mesa de negociación.

(*) Fuente: Últimas Noticias