La ola de calor que atraviesa España entra en campaña y lo hace de la mano de Sumar. Así lo ha manifestado Yolanda Díaz, quien ha proclamado que aspira a ser la primera presidenta «verde» de España tras las elecciones generales del 23-J para combatir la «emergencia climática» que amenaza la vida de los ciudadanos y las ciudadanas. «España será una gran potencia de empleo verde, no un desierto», ha enfatizado la candidata de Sumar.

En un acto de precampaña celebrado en el barrio madrileño de Orcasitas, Díaz ha aludido a que en estas fechas se está produciendo una «ola de calor insoportable» y ha prometido que van a luchar contra el cambio climático con «justicia», insistiendo en la medida de prohibir actividades laborales al aire libre, como la construcción, en las franjas del día con altas temperaturas.

A su vez, ha defendido que hay que potenciar la buena climatización en hogares de barrios populares, en centros educativos y en otras dotaciones públicas, o garantizar fuentes de agua pública, para luego preguntarse «qué le pasa a la derecha» con los árboles en su afán de talarlos.

Para ello ha llamado a la movilización progresista y a no tener «miedo a la derecha», ya que, ha dicho, estos comicios no van de «Sánchez o Feijóo», sino del futuro del país para que la sociedad «viva mejor». También ha señalado a una de sus principales propuestas de campaña que es reducir la jornada laboral y proporcionar a la ciudadanía más tiempo para «disfrutar de sus vidas», en referencia a su promesa de fijar en 37,5 horas el horario laboral semanal por ley en 2024 y continuar progresivamente bajándolo hasta las 32 horas, sin ningún tipo de pérdida salarial.

«No hemos llegado a la vida para vivir para trabajar (…) Lo vamos a hacer (bajar la jornada laboral) de manera tranquila, como es Sumar, porque nos asiste la razón», ha desgranado la también vicepresidenta segunda para contrastar que la jornada laboral de 40 horas lleva un siglo de vigencia y que, desde hace 40 años, hay empresarios que están «ganando mucho» con una productividad que se dispara y no reparte sus beneficios a la gente.