Como ya adelantábamos en Mundo Obrero en nuestra edición digital del pasado 30 de agosto, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España anunciaba que cedía a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la patente de su prototipo para fabricar, a precios asequibles en países en desarrollo, la vacuna contra la covid-19. Se trataba de que con esta cesión, la OMS facilitara que esta tecnología llegara a los países más necesitados.
El Partido Comunista de España, en la emisión de un comunicado al respecto, celebra la cesión pues valora que “sin la exención de patentes en vacunas y tratamientos, no puede existir una salud global ni justicia social”.
El PCE se complace que la cesión por parte del CSIC a través de la organización de salud pública Medicines Patent Pool (MPP), respaldada por las Naciones Unidas (ONU) y bajo supervisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), facilitará la llegada de la vacuna a los países más necesitados, un ejemplo de cómo la investigación pública revierte en la sociedad y cómo la inversión pública tiene un impacto positivo.
El PCE pone de manifiesto como “a pesar de la importancia de esta investigación básica, en nuestro país son pocos los trabajadores que la llevan a cabo, enfrentando dificultades para obtener fondos y garantizar la continuidad de proyectos e ideas”. “El gobierno de coalición —señalan— apostó por el desarrollo de vacunas desde los centros de investigación públicos con un refuerzo importante de la financiación y con algunas medidas de estabilización obtenidas gracias a la reforma laboral del Ministerio de Trabajo, aunque aún queda camino que recorrer”.
La industria farmacéutica también desempeña un papel en los ensayos clínicos, pero a menudo se les atribuye en exclusiva el mérito. El PCE denuncia el hecho de que el uso de una herramienta de lucha contra la pandemia dependa de ser un negocio lucrativo para una empresa privada, favorece la falta de equidad global, beneficiando a los países ricos que pueden pagar los precios fijados por estas empresas.
Por eso, concluye el comunicado del PCE, “celebramos que, aunque tarde, se haya dado este paso para producir vacunas con esta tecnología donde se necesite, actualizándolas según las variantes circulantes, pero sobre todo para cambiar la mentalidad en el sistema científico”.
Fuente: pce.es