Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario para España, ha expresado su profundos agradecimientos y felicitaciones por la exitosa organización del programa «Vacaciones en Paz 2023». En un mensaje, Arabi ha reconocido el esfuerzo sobresaliente que se ha llevado a cabo en la gestión de este programa solidario, ha permitido que miles de niñas y niños saharauis disfrutaran de un verano en paz en todo el territorio del Estado español.

El representante saharaui ha destacado la importancia de «Vacaciones en Paz» como un programa clave en la lucha por la causa saharaui y enfatizó las implicaciones significativas de proporcionar a menores saharauis la oportunidad de pasar un verano en un entorno pacífico. Arabi ha elogiado la dedicación y el trabajo incansable de las personas involucradas en el proyecto y subrayado la capacidad de superar desafíos, tanto antiguos como nuevos, para asegurar que la iniciativa solidaria siga siendo una realidad.

El delegado ha expresado su orgullo por el éxito de la edición de 2023 y prometido una revisión detallada del desarrollo del programa para evitar errores futuros y así realizar las mejoras necesarias. Además, ha agradecido a todas las personas involucradas en el programa por su compromiso con la causa saharaui, especialmente en el anterior período marcado por la pandemia de COVID-19 y acontecimientos políticos y mediáticos significativos.

Abdulah Arabi concluyó reiterando su deseo de contar con el apoyo y la colaboración de la amplia plataforma de solidaridad con el pueblo saharaui y destacó la disposición de la Representación del Frente Polisario en España para trabajar en iniciativas favorables al pueblo saharaui. Finalmente, subrayó la determinación del Frente Polisario de continuar luchando por la autodeterminación e independencia del Sahara Occidental.

Una iniciativa del PCE

Poca gente lo sabe, pero el origen de este proyecto por el que han pasado unos 100 000 niños y niñas saharauis, es el Partido Comunista de España. Fue un 2 de septiembre de 1979, en el Aeropuerto de Barajas cuando llegaron los primeros 100 menores saharauis, acompañados por varios monitores jóvenes, se bajaron del avión y los esperaba, entre otros, el expreso político Marcos Ana, por aquel entonces secretario de relaciones internacionales del Partido, legalizado dos años antes.

Este dirigente comunista, al salir de la cárcel franquista se exilió en Francia, donde empezó a llevar a niños de represaliados políticos españoles de veraneo. Cuando pudo volver a España y tras viajar a los campamentos del Tindouf, se comprometió a empezar a traer niños saharauis, para enseñar y concienciar a los hijos de aquellos represaliados del franquismo.

La crónica de Mundo Obrero recogió las palabras del poeta: «Esta iniciativa no es meramente humanitaria, sino que nosotros la valoramos en su aspecto político. No se trata solo de que estos cien niños conozcan nuestros paisajes y descansen con nuestros hijos. Se trata de que sean un testimonio vivo, emocional, de la lucha que un pueblo mantiene por su libertad. Son algo más que unos invitados. Son un símbolo político».

“Multitudinario recibimiento a los niños saharauis”, tituló el periódico. “Tras cuatro meses de preparativos, la idea de invitar a un grupo de niños saharauis a pasar unas vacaciones en España, planteada en la reunión del Comité Central en Córdoba, se ha hecho realidad (…) Banderas comunistas, saharauis y españolas, claveles y gritos de Polisario vencerá recibieron a los pequeños huéspedes, que sorprendidos y emocionados contestaron con gritos en su idioma natal”, añadía en los destacados.

Cabe destacar que los niños y niñas eran hijos de combatientes del Frente Polisario. Ahmed Bujari, delegado en España por aquel entonces, destacó que “sobre las espaldas de esos niños se levantará el futuro del pueblo saharaui y son un símbolo que representa los deseos de entendimiento y de buena voluntad entre nuestros pueblos”.

Los huéspedes, según relató el periódico del PCE, fueron 29 niñas y 70 niños, con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años pasaron unos días por Madrid, los saharauis fueron repartidos en varias comunidades como Valencia, Cataluña o Andalucía. “Mientras sus padres combaten en el frente, ellos estudian hasta la edad en la que habrían de incorporarse a la escuela militar, a partir de los 15 años”, señala la crónica. “Nos gusta la vida revolucionaria”, indicaron los entrevistados a la cabecera de prensa comunista.

El proyecto se recibió con entusiasmo en el seno del movimiento comunista. Dolores Ibárruri, ‘La Pasionaria’, escribió de su puño y letra para un pasquín informativo que publicaría el PSUC en Cataluña: «Me parece maravillosa la iniciativa de invitar a niños saharauis a pasar las vacaciones en España. Me imagino la alegría de estos niños del desierto al conocer las playas y sierras de nuestro país, rodeados de la admiración y el afecto de nuestros hijos. En estos niños, que son el futuro del Sáhara, rendimos el mejor homenaje a sus padres, que luchan por su derecho a tener una patria libre e independiente. Abrid vuestros brazos a esta bella idea. Estoy convencida de que entre todos contribuiremos generosamente en convertir este sueño en una bonita realidad».

Con el tiempo el proyecto evolucionó y desembocaría en lo que terminó por conocerse como ‘Vacaciones en Paz’. Una imagen que se repite cada año con una línea similar a ese “símbolo político” del que habló Marcos Ana en 1979.