Recuerdo que el primer libro que me recomendaron al comenzar mi militancia comunista fue una edición facsímil de El único camino de Dolores Ibárruri, Pasionaria, en una colección de la editorial Ebro. Creo que fue y que sigue siendo hoy la mejor opción para comenzar la formación política de quien quiera vincularse con el proyecto comunista. Por muchas razones. No se encontrará en las memorias de Pasionaria el menor atisbo de vana pretensión teórica o el prurito de quien pretende reescribir la historia, una tentación, tan común en libros de este estilo con la intención de ajustar cuentas con los viejos fantasmas que atraviesan todas las vidas, con la impunidad que ofrece una publicación que se sabe quedará para la posteridad. El único camino es puro testimonio, rezuma la misma autenticidad que su personaje. Esperar objetividad en un relato de toda una vida escrito en primera persona es un sinsentido; conseguir transmitir la emoción de un compromiso, de una militancia que atraviesa los momentos más dramáticos de la historia de España en el siglo XX, es lo que convierte a esta obra en un documento imprescindible.

Con la importancia que cobra día a día el movimiento feminista en nuestro país, cada vez más presente e influyente, esta obra ofrece una perspectiva imprescindible para recordar de donde venimos, incluso en los momentos del relato donde Pasionaria nos recuerda las limitaciones de una mentalidad y del momento histórico que le tocó vivir. En este sentido, no podemos dejar de saludar el acierto que el Instituto de la Mujer —organismo encuadrado en el Ministerio de Igualdad y que ha dirigido en la anterior legislatura nuestra camarada Toni Morillas— al apoyar la nueva aparición para el público de este testimonio de una mujer que es fundamental para las nuevas generaciones de feministas.

Mucho más que El único camino

La presente reedición es mucho más que una reproducción del texto que apareció por primera vez en la Cuba revolucionaria de 1962, seguido al poco tiempo de su publicación en Francia e Italia, ya que contiene las memorias inéditas de su hija, Amaya Ruiz Ibárruri, conservadas, como el grueso del que fuera el archivo personal de la presidenta del Partido Comunista de España, por su nieta, Dolores Ruiz-Ibárruri Sergueyeva, que lo introduce con una breve nota. Hija y nieta, aunque en diferente grado ya que el relato de Dolores es una sencilla presentación de las memorias de su madre, aportan mucho. Podría decirse que acercan el mito a la realidad cotidiana de la vida en familia; en sus respectivos textos nos hacen comprender perspectivas de su vida que permiten desentrañar algunos pasajes de El único camino y empatizar con lo que supone tener de madre y abuela a un personaje del calibre de Pasionaria.

EL ÚNICO CAMINO. Seguido de las memorias inéditas de Amaya Ruiz Ibárruri
DOLORES IBÁRRURI / AMAYA RUIZ IBÁRRURI.
Editor Mario Amorós
Editorial Akal, 2023

Además, la presente edición se completa con una selección de artículos e intervenciones públicas de gran valor, que permiten contextualizar algunos de los hechos relatados en la memorias y, sobre todo, acercarse al torrente arrollador de fuerza que era capaz de transmitir Pasionaria. Emocionan. Como señalaba al principio de esta reseña, poco importan las señales que el paso del tiempo dejan en estas intervenciones, algo que, desde luego, no podría ser de otra forma, lo que destaca es la capacidad de trasladarnos al tiempo en el que se expresaron y los sentimientos, los temores, las angustias, las esperanzas, que lo atraviesan. Hay pocas piezas de retórica política que tengan tanta fuerza, que utilizadas hace casi un siglo sigan manteniendo su actualidad como ese “No pasarán” o el “Preferimos morir de pie que vivir de rodillas”. No es retórica en el vacío y se nota.

Una edición al cuidado de Mario Amorós

Hay pocas piezas de retórica política que tengan tanta fuerza, que utilizadas hace casi un siglo sigan manteniendo su actualidad, como ese “No pasarán”

La edición y el estudio introductorio corre a cargo de Mario Amorós, responsable en gran medida de que estemos ante algo más que una nueva puesta a disposición del público de El único camino. Amorós publicó en 2021 su biografía en la misma editorial que presenta esta obra, Akal, en el marco de las celebraciones del centenario del PCE, por lo que el estudio introductorio es un excelente resumen bien documentado de la vida de Pasionaria y del recorrido que tuvo la edición del libro, en el contexto de uno de los momentos más peligrosos de la Guerra Fría. Su doble formación de historiador y periodista se nota en el amplio número de fuentes consultadas, su tratamiento riguroso y la capacidad de ofrecer un relato apasionante, la novela de una vida que sabemos que no es producto de la invención.

Mario Amorós culmina con esta obra un año prolijo en sus dos especialidades, la historia de la España contemporánea y la de Chile, con una nueva edición revisada de su biografía de Salvador Allende y otra sobre la figura universal del cantautor asesinado Víctor Jara, que han tenido una amplia difusión en las celebraciones del cincuenta aniversario del golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet (otro personaje biografiado por el escritor alicantino) y la descarada inducción del gobierno de los Estados Unidos. En la edición de este año de la fiesta del PCE presentó las tres obras en actos públicos.

Testimonio imprescindible

El único camino finaliza con el desenlace de la Guerra Civil española. Quizás el único reproche que se podría hacer a la obra que estamos presentando es la falta de una continuación del objetivo propuesto y de esta forma completar la exposición con la segunda parte de las memorias de Pasionaria, Me faltaba España, que son imprescindibles para conocer el personaje en toda su trayectoria. Esperamos que Mario Amorós, la editorial Akal y, por qué no, las nuevas responsables del Ministerio de Igualdad acojan esta tarea que es fundamental para la memoria democrática de nuestro país.

El estilo de Pasionaria es directo, incluso desgarrado en las consideraciones de las personas que se cruzaron en su vida. Con una dureza que sorprende en ocasiones. Los tiempos que vivió no eran para medias tintas. El castellano de la que fuera la primera mujer que dirigió una formación política en nuestro país, es llano y comprensible, con muchos recursos del lenguaje popular, con ciertos toques de humorismo, al tiempo que se aprecia la influencia de una formación religiosa que marca muchas expresiones e imágenes coloquiales.

Estas memorias de Dolores Ibárruri transmiten la emoción de un compromiso, de una militancia que atraviesa los momentos más dramáticos de la historia de España en el siglo XX

En los tiempos que corren, cuando el adanismo pretende inventar la rueda y simplificar fenómenos sociales de enorme complejidad, leer el recorrido personal de Pasionaria en la Segunda Repúblicacon sus continuos encarcelamientos, es un buen motivo de reflexión, máxime para una persona conocida mundialmente por sus llamamientos a la resistencia popular en defensa de ese régimen que tan mal la trató. Frente al dogmatismo cerril, su evolución es un muestra palmaria de la capacidad de modulación de una política revolucionaria. La política abunda en esas paradojas pero, la lectura de los capítulos de estas memorias dedicados a esos años, permite comprender perfectamente la adaptación progresiva, los cambios en la línea del PCE hasta convertirse en un actor decisivo y el aporte que ofrecen a la experiencia del movimiento comunista en nuestro país.

La memoria es un arma cargada de futuro

La guerra civil, la guerra nacional revolucionaria como se caracterizó en ese momento, es un acontecimiento crucial que ocupa la tercera parte de la obra. Por momentos el relato cobra un especial intensidad. Sabemos de la implicación directa de Dolores Ibárruri en la investigación y la difusión del papel que desempeño el PCE, ya desde su responsabilidad como presidenta de la formación en los años sesenta del siglo XX. Una de las intervenciones que se recogen en el anexo documental de la presente edición, la realizada durante la conferencia del PCE de Madrid el 11 de febrero de 1939, poco antes del golpe encabezado por el coronel Segismundo Casado, es a mi juicio una de las más dramáticas y significativas. Es un discurso apasionado, centrado en la necesidad de resistir a cualquier precio. Palmiro Togliatti, en uno de sus informes de recapitulación de lo sucedido para la Internacional Comunista, escrito después de la derrota, lo criticó por su falta de comprensión del aislamiento en el que se encontraba el PCE en la etapa final de la contienda. Pero insisto, lo verdaderamente crucial de este testimonio que es la vida de Pasionaria, no es lo acertado o desacertado de las decisiones tomadas a lo largo de su dilatada militancia, sino el ejemplo de un compromiso sin ambigüedades, del enorme valor de la resistencia a la injusticia, de la capacidad de comprender qué es lo fundamental en cada momento.

Es bien conocido que el pueblo de la cuenca minera cercana a Bilbao donde nació Dolores Ibárruri desapareció por el abuso de la extracción de materiales que atesoraba su subsuelo. Durante los años del desarrollismo franquista se cometió esa atrocidad y se levantó una nueva población en los alrededores. El agujero de Gallarta no es menor que el que dejó la dictadura, la transición y las políticas del bipartidismo en nuestro país. La España por la que luchamos, sin explotación capitalista ni patriarcado, plurinacional, solidaria, respetuosa con el medio ambiente y el futuro, no será posible sin aportaciones como las que reflejan estas memorias, todo un arma para trabajar la memoria pública y de las nuevas generaciones que se incorporan a la lucha.

(*) Responsable del Área Ideológica del PCE