Las trabajadoras viven unos tiempos difíciles fruto de la subida generalizada de bienes y servicios de primera necesidad. El próximo recibo que nuestra clase verá aumentar en el Área Metropolitana de Sevilla será el del agua, fruto de la subida de tarifas aprobada por EMASESA, la empresa municipal encargada del suministro de agua. Fruto del acuerdo entre los alcaldes de los mayores ayuntamientos de la zona, Sevilla (PP) y Dos Hermanas (PSOE), se ha aprobado una subida de un 28 % de media.

La subida se incluye en el plan de gestión aprobado por el consejo de administración de la empresa pública. Los representantes comunistas en ambos ayuntamientos, Fran García Parejo e Ismael Sánchez, han criticado duramente la propuesta, que no incluye medidas contra la sequía que sufre la zona ni para mejorar las infraestructuras. De hecho, el objetivo que contempla es revertir el déficit que experimenta la empresa (tras múltiples años continuados de beneficios).

Se trata, por tanto, de una medida de clase, que pretende que las trabajadoras paguen el encarecimiento de la depuración en tiempos de sequía y la mala gestión de la empresa, que ha preferido repartir beneficios entre los ayuntamientos a invertir en infraestructuras.

Es previsible que la crisis ecológica en que estamos inmersas aumente la probabilidad de sequías y otros fenómenos que afecten al suministro de agua, y esta subida deja ver la solución que proponen los representantes de la burguesía en las instituciones: dejar que el barco se hunda, seguir aumentando sus beneficios a costa de los recursos naturales y cargar las consecuencias sobre la clase obrera.

Esta subida conecta con otras prácticas, como el expolio de Doñana, que, en contextos de escasez, sólo buscan aumentar las ganancias a corto plazo, sin importar las consecuencias para el resto de la población. De hecho, históricamente, éste ha sido el marco de la gestión hídrica en Andalucía, donde los intereses de la élite agropecuaria, la industria y el sector de los servicios han ido por delante de cualquier otra consideración social o ecológica.

Fruto de estas dinámicas, Andalucía está sumida en una crisis en la explotación de recursos hídricos, expresada en circunstancias como la disminución de las precipitaciones, el aumento de fenómenos extremos de calor, la desertificación de gran parte del territorio y la creciente contaminación del agua. Estos factores, exacerbados por el cambio climático, han llevado a una reducción significativa de la cantidad de agua apta, incluso, para el consumo humano.

Esta situación, que ya está generando problemas en la distribución, amenaza con profundizar y convertirse en un conflicto de clase cada vez más importante en Andalucía al que las comunistas no van a ser ajenas. Para muestra, las subidas en las tasas de este recurso básico o el corte de suministro en municipios del norte de Córdoba.

La inflación y la escasez no caen del cielo, sino que tienen responsables: los capitalistas y sus representantes, que son incapaces de resolver sus propias contradicciones. A la luz de los hechos está que no es posible confiar en que quienes se benefician del problema lo solucionen. Frenar la subida del coste de la vida y la crisis ecológica sólo será posible mediante la organización popular.

El Partido Comunista en Dos Hermanas rechaza tajantemente esta subida en las tasas del agua y llama a trabajadoras, asociaciones y organizaciones a luchar por una política hídrica que planifique y ponga en primer lugar las necesidades de nuestra clase y la lucha contra la crisis ecológica. Esto es: que asegure un suministro accesible para todas, que ponga el peso de las soluciones sobre aquellos que generan el problema (rentas altas, grandes explotaciones agrarias, industriales y de ocio) y que luche activamente contra la sobreexplotación y contaminación de nuestros recursos.

¡NO AL TASAZO! ¡NO A LA SEQUÍA Y LA ESCASEZ!

(*) Comité Local del PCA en Dos Hermanas