No era la primera vez que estas personas se reunían. De hecho ya hubo un primer encuentro promovido por la red Transform! en París el pasado mes de mayo. Allí brotó un vivaz cruce de discursos políticos en el seno de un animado contraste de análisis y estrategias. Se produjo una eficaz experiencia de «contaminación» mutua en la que se pudieron registrar y medir diferencias pero también objetivos de investigación comunes. Direcciones en las que hace ya tiempo está empeñada Refundación: el reconocimiento de la novedad profunda, de la «ruptura» – como en aquella ocasión insistió Bertinotti – provocada por la revolución capitalista; la crisis del sistema político del siglo XX y de la propia democracia representativa; el juicio sobre la deriva neoliberal de la socialdemocracia; la pinza mortal que atenaza a la izquierda transformadora, el doble riesgo de la marginación o la subalternidad.

El encuentro concluyó con el compromiso de celebrar un siguiente. El objeto del mismo sería continuar la investigación común en torno al problema asumido como central: el núcleo de la «refundación de la política». La cual debería producirse a lo largo de dos ejes; la superación de la dimensión nacional y la centralidad de los movimientos. Paralelamente se decidió comenzar a adoptar iniciativas comunes – una de las cuales apareció en Julio en forma de una declaración conjunta sobre los sistemas públicos de pensiones – y promover la creación de un «léxico» común a través de la recopilación en un mismo fondo de los documentos más relevantes elaborados por los respectivos partidos.

Antecedentes

Estos son los antecedentes inmediatos. Pero por detrás hay una labor de mucho antes. De una parte un fatigoso trabajo para dar vida a un partido político europeo, en el que llevan empeñadas las «diplomacias» partidarias hace ya un largo tiempo y que en los últimos meses ha dado lugar a dos importantes encuentros, uno en Atenas y otro en Madrid. De otra, la exigencia irreversible de dotarse ya de un espacio de intervención política europeo: un tema «clásico» en la investigación política de Refundación, madurado progresivamente gracias al empuje de los movimientos y al proceso del Foro Social Europeo. Una exigencia advertida ya hace tiempo y que está en la raíz de la creación en Porto Alegre 2002 de la red europea Transform!, por iniciativa de las estructuras de investigación de los propios partidos presentes en París.

Un terreno preparado, por tanto. Pero nadie esperaba la repentina aceleración experimentada por los acontecimientos en el seminario. La discusión es introducida por Patrice Cohen Seat – presidente de Espace Marx, componente francés de Transform! – y gira en torno a la creación de un nuevo espacio político europeo, abierto a los movimientos, capaz de abrir un proceso regenerador de la política. La sensación, es que de mayo a septiembre, la «contaminación» de los discursos ha progresado.

Al término del primer turno de intervenciones, una sensación de «impaciencia» política se constata por parte de todos los presentes: «somos lentos, inadecuados» (Bertinotti); hay que «avanzar con determinación» (Constantopoulos); se necesita «audacia, rapidez» (Buffet); «es necesario acelerar hasta llegar al ritmo del movimiento» (Llamazares). La sensación difusa, en suma, de encontrarnos frente a una oportunidad y un riesgo. La oportunidad abierta por los movimientos; el riesgo de perder el momento, de padecer una regresión por falta de capacidad de hacer frente a los grandes acontecimientos políticos. El riesgo de no estar a punto ante los grandes cambios en presencia, ante una situación nueva, planetariamente representada en Cancún, que puede preceder a múltiples movimientos en direcciones diversas.

Así las cosas, el tiempo para un café, reordenar las ideas y Cohen Seat retoma la reunión, reorientando con ductilidad la agenda.

«Momento mágico»

Es la voluntad común de no perder la ocasión, de aprovechar el «momento mágico». Los partidos ya han asumido una orientación clara a partir de las reuniones de Atenas y Madrid. Y así, con siete secretarios y diversos responsables de «internacional» presentes, se decide unánimemente decidir. Y con una aceleración que sorprende un poco a todos, se decide. Una declaración común abrirá el proceso fundacional de un nuevo sujeto político europeo. Antes del Foro Social. En un proceso constituyente que deberá ser «largo, participativo y público» (Baier). Se trata de dar vida a un sujeto que «sin tener la pretensión de absorber la riqueza de los movimientos, sin embargo reconoce como elemento fundante propio al proceso del FSE y la relación con el movimiento» (Bertinotti).

El proceso fundacional deberá desarrollarse a la vez a «dos niveles» (Llamazares). El primero, la aceleración del proceso de constitución de un partido europeo de la izquierda. Un proceso abierto a la incorporación de otros sujetos políticos, «incluyendo al Este de Europa» (Frutos). En todo caso representará «la apertura de un proceso, no la clausura», pero deberá encontrar también una primera concreción a través de una Asamblea Constituyente, «antes de las elecciones europeas» (Bisky). Paralelamente se anunciará la apertura de un nuevo espacio político. . Un espacio que, como ha definido Gennaro Migliore (responsable de política internacional de Refundación – N. del T.), esté «abierto a todas las fuerzas que se reconozcan ante dos grandes discriminantes, la oposición al neoliberalismo y a la guerra, aunque de momento mantengan opciones diferentes sobre temas como Europa o la construcción de un sujeto político europeo».

En una serie de intervenciones concisas, se construye una convergencia unánime que sorprende a todos los asistentes. La reunión concluye antes de lo previsto. Con la sensación común de que en pocas horas se ha producido algo importante.