A veces el olvido nos rescata de las utilizaciones interesadas y nos redime de celebraciones que sólo rentabilizan los cazadores de recompesas o de los oportunismos políticamente correctos. Esta reflexión viene al hilo de que el día 1 de Julio de 1904 muere en el balneario alemán de Badenweiler el escritor ruso Antón Chéjov, donde reposaba para mejorar su salud afectada por la tuberculosis en compañía de su esposa la actriz, Olga Knippper. Por lo tanto, este año se cumple el centenario de su muerte y, todavía, que nosotros sepamos no han surgido, como en otras ocasiones, las voces del rito.

Sin embargo, su vida, no nos ha dejado ningún enigma pero sí su muerte. Antón Chejov murió diciendo “Ich sterbe,” me muero en alemán. Esta frase sigue siendo una interrogación hasta el día de hoy a pesar de los muchos intentos por descifrarla. Pero de su vida y obra poseemos puntual noticia.

Su nacimiento se produce en Tanganrog (Rusia) el 29 de enero de 1860. Su infancia transcurre en medio de la pobreza y de la tristeza. Él confiesa: “En mi infancia, yo no tuve infancia.” Sus estudios en el liceo de su ciudad tiene que compartirlos ayudando a un padre autoritario y violento dueño de una pequeña tienda. En medio de esta atmósfera asfixiante, descubre el teatro siendo todavía un adolescente. A partir de este momento encuentra su gran pasión que le acompañará siempre.

Después de una serie de vicisitudes, inicia sus estudios de medicina y su carrera literaria siempre influida por la vida y por una profesión que no le va permitir apartar su vista del sufrimiento. Por esto, su visión de la literatura y el arte tendrá sus raíces en la observación doliente de la realidad. Para él, médico y escritor, los grandes discursos y las declaraciones retóricas sólo son muros para impedir que se vea la realidad. Así, no cesará de trabajar para crear bibliotecas, dispensarios en las regiones hambrientas o describir la atrocidad de la condición humana. Si el escritor, pensaba él, tenía que ser como un reportero, no duda en traspasar los límites de la ficción para viajar a la isla de Sajalin en la costa oriental de Siberia y dar testimonio de lo que ocurría allí: presidiarios y presos políticos, prostitución infantil, niños hambrientos sin escuela, tortura. Con todos estos materiales, cuando vuelve a Moscú, escribe el libro La isla de Sajalin que produjo un gran impacto.

Pero Antón Chejov ocupa un primer lugar en la literatura universal por sus cuentos y sus piezas de teatro. Escribió más de quinientas narraciones breves en las que su mirada crítica sobre la sociedad de su tiempo se reviste de un realismo entreverado de melancolía y una especie de humor que atenúa una visión desgarrada de la existencia, aunque siempre va acompañada de una cierta piedad por las gentes desvalidas, actitud que no implica un altruismo frío ni una filantropía ajena de una profunda voluntad de cambiar el mundo. Pero es en sus obras teatrales donde su talento alcanza cimas desde donde se puede vislumbrar ese mundo de la pequeña burguesía que muere y ese otro que anuncia las luchas de la clase obrera.

Su teatro contiene títulos que se han representado en todos los lugares desde que fueron escritas. No hay un gran director de escena que no se haya acercado a Antón Chéjov para representarlo. Títulos como La gaviota, El tío Vania, Las tres hermanas o el Jardín de los cerezos pertenen, con todo derecho, a lo mejor del teatro mundial por ser obras que desbordan las precisas circunstancias históricas de cada momento al estar construidas sobre dos niveles significativos: el que vemos y el que permanece oculto, es decir, en sus parlamentos hay una corriente submarina que todavía el tiempo no ha podido detener. Cualquiera de sus obras, hoy día, nos refleja nuestro mundo del espectáculo que esconde las verdades que cualquier tipo de poder impide que podamos observarlas.

El lector puede encontrar, entre otros, los siguientes libros de Antón Chéjov:

– La gaviota,. El tío Vania. Las tres hermanas. El jardín de los cerezos. Editorial Càtedra, Colección Letras Universales. Prólogo excelente de Isabel Vicente.

– Este año aparecerán los Cuentos Completos en la misma Editorial y en la misma colección

– En la Editorial Alianza, en ediciones de bolsillo, se encuentran Un drama de caza, La señorita del perrito y otros cuentos, El pabellón número 6 y otros cuentos, Mi vida, Relato de un hombre de provincia y El violín deRothschi y otros relatos.