La villa de Parla cuenta, desde el domingo 27 de junio, con una placa de cerámica dando el nombre a una calle de esa localidad de nuestro entrañable y querido Domingo Malagón, imprescindible protagonista del sistema de pasos a España desde Francia durante la totalidad del periodo franquista.
Todo comenzó hace casi dos años, cuando la corporación municipal, a partir de una moción presentada por el grupo municipal de Izquierda Unida, aprobó su proposición para denominar una de las nuevas calles de la remodelación del antiguo barrio situado a espaldas de la Casa de la Cultura; esto ocurría en 11 de noviembre de 2002 y nadie votó en contra, aunque los concejales del Partido Popular optaron por abstenerse. Era el principio del reconocimiento popular a un verdadero luchador antifranquista, vecino de Parla desde su regreso a España, tras su exilio francés, en 1976.
Familiares y amigos, camaradas viejos y nuevos, vecinos jóvenes y mayores, se dieron cita aquella mañana, calurosa y reivindicativa, para acompañar a Domingo en el momento solemne de descorrer las cortinillas para dejar, por siempre, su nombre a la cotidianidad de la vida de la gente. Con él, su compañera de toda la vida, Escolástica Jiménez, aguantando estoicamente y con contenida emoción la escena. Calurosa, cerca de los 40 grados; reivindicativa: se reconocía la labor continua y constante del PCE a favor de las libertades en nuestro país en la persona de su artífice más clandestino. ¡Viva Domingo Malagón! ¡Viva el PCE! se exclamó tras las primeras estrofas de La Internacional. Una imagen para recordarla siempre: Domingo Malagón, puño en alto, bajo la placa recién inaugurada y de la mano de su esposa entonando el arriba parias de la tierra.
Y la cercana Casa de la Cultura acogió, minutos después, los parabienes de un ramillete de camaradas: Juan Ramón Sanz, secretario del Partido de Madrid abrió el turno de intervenciones relacionando la militancia comunista de Domingo con el desarrollo de su obra plástica; el público asistente aplaudió las contundentes palabras de Armando López Salinas y de Víctor Díaz Cardiel dedicadas al homenajeado, público que contaba con el pintor Eduardo Arenillas, el antiguo redactor de Radio Pirenaica, Paco Barrio, Luis Cabo, responsable de comunicación de IU-CM, la primera teniente alcalde de la villa, Rosa Alcalá, o la veterana de la JSU, Concha Carretero, así como con los responsables de la Agrupación del PC en Parla, Carmina y Cecilio, hacedores del reconocimiento municipal y del acto en sí mismo.
“¿Era merecedor de ello?”, se preguntaba Domingo ante tanto agasajo: “si así lo consideraron, todo nuestro sincero agradecimiento. Aún así, yo lo hago extensivo por todos aquellos por los que me di a trabajar con mi forma de lucha, unida a la de ellos, y que mucho terminaron con inmensos años de prisión y otros mucho, entregando su vida”. Y no quiso dejar de mencionar, en este día tan importante para él, a dos de las grandes personalidades históricas, dirigentes del PCE, a Julián Grimau y a Jesús Monzón Reparaz. Del primero destacó que, aún conociendo todo lo que yo hacía, dónde y cómo lo hacía, porque había sido por muchos años el responsable del «servicio de pasos», antes de decir nada, entregó su vida. Todavía la democracia está en deuda con su dignidad y con su familia.
También Domingo aprovechó el tiempo para firmar catálogos de su obra pictórica, trabajo recientemente editado por la Fundación que lleva su nombre.