«Tenemos miedo porque siempre nos han hecho trampa». Ana María Ruiz, que integra el Comando Maisanta en el barrio del 23 de Enero, está preocupada porque piensa que la oposición tiene preparado un fraude. Ana María desconfía del Consejo Nacional Electoral (CNE), ya que la mayoría de los funcionarios son seguidores de la oposición: «sabemos que van a intentar el sabotaje de las elecciones, por lo que hemos montado un equipo para responder ante cualquier cosa, porque no vamos a permitir que se diga que son unas elecciones fraudulentas, a lo que van a jugar porque saben que están perdidos».
A las 3 de la mañana, el barrio se despierta con el toque de diana, ruido de «petardos», suena la corneta y música de Alí Primera por los altavoces, la gente sale con entusiasmo a la calle para dirigirse a los centros de votación. Nadie duerme, el 23 de Enero es una fiesta. A los pocos minutos ya hay colas en los colegios electorales. Paulo Albarracin es el primero de la cola, espera que la movilización de sus vecinos sirva para reafirmar al presidente de la República: «el referéndum va a ser ratificatorio, va ser una victoria rotunda porque una clara mayoría del pueblo está con el presidente Hugo Chávez».
En las UBEs (Unidades de Batalla Electoral) del 23 de Enero la actividad es enorme: «Tenemos la idea de que vamos a celebrar la victoria porque el presidente ha ganado todas las elecciones, pero estamos pendientes de la interferencia norteamericana porque sabemos que ellos quieren poner la mano aquí» afirma uno de los «patrulleros».
A las 6 de la mañana la mayoría de los colegios no pueden abrir al no presentarse los técnicos de las máquinas de votación o porque las mismas estaban desconfiguradas, averiadas, etc. Esto provoca enormes retrasos y se forman inmensas colas.
Comienza la votación. La gente lleva varias horas esperando en la cola, primero pasan los ancianos. Elena García tiene 98 años, ha votado para que se quede Chávez: «Él ha hecho demasiado: los médicos cubanos, buena asistencia, ambulatorios, nos sentimos muy satisfechos. Yo tengo gas directo, mi título de propiedad, pero no lo quiero por eso, lo quiero porque es un buen presidente. Después de 30 años trabajando mi pensión era de 10.000 bs, hoy en día es de 354.000 bs, eso me lo gane yo y él lo ha recuperado».
Los «patrulleros» están preocupados por las numerosas incidencias: «muchos Testigos (Interventores) del Comando Maisanta no han podido acreditarse al no llegar las credenciales, pero si llegaron correctamente para los miembros de la oposición. El presidente y vocales de las mesas son mayoritariamente miembros de la oposición y obstaculizan la votación. Además, muchas personas que en los procesos electorales anteriores habían sido asignadas a un colegio, no aparecían en el listado de electores».
Avanzada la votación, por la tarde, se respira una mayor tranquilidad y existe una mayor confianza en la victoria del No, la preocupación para muchos ahora es que no reconozcan los resultados electorales. Para Nestor González: «La minoría que gobernó 40 años este país no lo hizo a favor de la mayoría de la gente, ahora la gente tiene este proyecto como suyo y aspira a que se respete la decisión soberana de la mayoría».
Entrada la noche, en el barrio se registraban grandes colas todavía, mientras los vecinos se solidarizan facilitándoles alimentos y apoyo en su larguísima espera. Alex Mendoza no se desanima: «No a la apropiación de nuestros recursos naturales, No a la represión que quiere volver a Venezuela. La victoria de nosotros es la derrota del imperio».
A las 3:45 de la madrugada la victoria se confirma definitivamente: No 59% , Si 41%.