Tal mes como hoy, hace exactamente cuarenta años, millones de españoles se encontraban pendientes de un acontecimiento del que apenas podían saber nada a través de la prensa, la radio o la televisión de la dictadura, sometidas a la censura y las consignas del Ministerio de Desinformación que dirigía el «demócrata» Fraga Iribarne. El proceso militar contra Justo López de la Fuente provocaba la indignación y el desasosiego de muchos compatriotas, temerosos de que con este camarada la dictadura de Franco repitiese un asesinato como el cometido con Julián Grimau apenas dos años antes.
Su fuente de información y el lugar donde podían mostrar su rechazo de aquel burdo juicio era Radio España Independiente (REI), a la que en aquel invierno llegó un aluvión de cartas exigiendo la libertad de López de la Fuente, informando de iniciativas en favor de su vida, mostrando el temor por su situación y su alegría una vez que se supo que no sería ejecutado.
Punto de encuentro obligado para los antifranquistas de la época, fuente de información para millones de españoles, canal de expresión de la opinión popular y notable foco de creación de conciencia política, La Pirenaica es hoy paradójicamente una gran olvidada de la memoria histórica española y de la historiografía sobre el antifranquismo.
Sin embargo el estudio de sus fondos, conservados en el Archivo Histórico del PCE, resulta imprescindible para el historiador que quiera estudiar aspectos como la oposición, la vida cotidiana y la opinión pública bajo la dictadura franquista. Un especial interés para el estudio «desde abajo» de la sociedad española de los años sesenta, y especialmente del antifranquismo, tiene la serie del Correo de la Pirenaica. Está compuesta por 29 cajas donde se conservan, ordenadas cronológica y geográficamente, más de 15.000 cartas enviadas a REI por miles de corresponsales y oyentes.
En la actualidad unas 12.000 están catalogadas e incluidas en una base de datos que recoge su autor, procedencia, fecha, materia y descripción. Las cartas proceden de todas las regiones españolas (desde donde se enviaban clandestinamente a contactos o apartados de correos del extranjero), así como de emigrantes y exiliados españoles en otros países, sobre todo Francia.
1963-1966, años clave
La inmensa mayoría corresponde a la década de los sesenta, destacando el volumen de cartas de los años 1963-1966, de ahí el protagonismo que alcanzan acontecimientos como el asesinato de Grimau, las huelgas asturianas de 1963 o las bombas de Palomares. Entre los autores encontramos una amplísima representación de la sociedad española, destacando los obreros y campesinos, pero también aparecen amas de casa, empleados, comerciantes, profesionales, estudiantes o jubilados. Hombres y mujeres de todas las edades, muchos de ellos afiliados o simpatizantes comunistas, otros sencillamente demócratas y antifascistas.
La temática de esta correspondencia es muy variada. Muchas cartas son simplemente de saludo a la emisora, o se limitan a comentarios generales contra la dictadura y en apoyo del partido, si bien no dejan de tener valor para acercarnos a la cultura política básica de los corresponsales: por qué aspectos rechazaban el franquismo (igualado sistemáticamente a represión, miseria, corrupción y explotación de los trabajadores) y cuáles eran sus ideales (fundamentalmente libertad, democracia, justicia social y socialismo), así como la identificación con Radio España Independiente y con el PCE como estandartes de la lucha antifranquista y por estos ideales.
Las cartas nos informan también de aspectos más concretos, como la situación económica y laboral (carestía de los alimentos y la vivienda, jornales y condiciones de trabajo, problemas de urbanismo, problemas del campo, situación de los emigrantes), las actividades del movimiento obrero y antifranquista (huelgas, elecciones sindicales, reivindicaciones laborales, comisiones obreras, luchas campesinas, movimiento estudiantil, grupos antifranquistas, campañas del exilio contra la dictadura) o la situación política general (estado de la opinión pública, disputas internas del régimen).
Este componente informativo aparece en casi todas ellas ligado a la denuncia, destapando abusos y corruptelas de todo tipo (en especial los manejos de alcaldes, terratenientes, empresarios y jerifaltes del régimen), criticando la represión franquista (situación de los presos políticos, represión de huelgas o actividades opositoras, recuerdo de los crímenes de la guerra y la posguerra) y atacando al imperialismo norteamericano (destacan las protestas contra las bases yanquis en España, pero también por las intervenciones en el Vietnam, el Congo y la República Dominicana).
Por supuesto también se hacen referencias al movimiento comunista, con informaciones sobre la actividad de células y grupos del partido, peticiones de libros y revistas, opiniones sobre la política del PCE y sobre el comunismo internacional, etc.
Radiografía social
Podemos decir, por tanto, que el Correo de la Pirenaica nos proporciona no sólo un gran caudal de información sobre la sociedad española de la época. Nos ofrece una radiografía social, cultural y política del antifranquismo y del movimiento comunista. Nos permite acceder a las opiniones, los sentimientos y la cultura política de la clase obrera, del campesinado, de los españoles anónimos. Nos muestra que, bajo la fuerza represiva y el aparato propagandístico de la dictadura, se mantenía vivo el espíritu antifascista de muchos españoles, su deseo de un futuro de democracia, libertad y socialismo.
Por ello su valor para la historia social del antifranquismo resulta evidente, al acercarnos a la manera de percibir la dictadura y la lucha antifascista que mantenía una buena parte de la sociedad española, cuya supuesta apatía y despolitización resulta frecuentemente exagerada por la falta de fuentes y la fachada de conformismo impuesta por la propaganda y la represión franquista. El estudio de las emisiones de REI y del Correo de la Pirenaica resulta también importante para explicar la visión social del Partido Comunista como el partido de la lucha contra la dictadura, y unido a ello para entender la influencia alcanzada por el PCE en aquellos años.
La Pirenaica, una gran olvidada
Punto de encuentro obligado para los antifranquistas de la época, fuente de información para millones de españoles, canal de expresión de la opinión popular y notable foco de creación de conciencia política, La Pirenaica es hoy paradójicamente una gran olvidada de la memoria histórica española y de la historiografía sobre el antifranquismo.
El Correo de la Pirenaica
Está compuesto por 29 cajas donde se conservan, ordenadas cronológica y geográficamente, más de 15.000 cartas enviadas a Radio España Independiente por miles de corresponsales y oyentes. En la actualidad unas 12.000 están catalogadas e incluidas en una base de datos que recoge su autor, procedencia, fecha, materia y descripción.