Enlazando con lo anterior, en julio de 2004 se suscribió la declaración política entre Gobierno, Sindicatos y Patronal como inicio del diálogo social. En la redacción final de este documento, que no tuvimos la oportunidad de discutir ni aprobar en la Comisión Ejecutiva Confederal de CC OO, se nota claramente que la patronal logró imponer muchas de sus condiciones, como situar la competitividad y productividad de las empresas por encima de otras consideraciones más sociales, al igual que se salió con la suya al obligar a retirar al gobierno la cláusula de revisión salarial para el Salario Mínimo Interprofesional, compromiso que había adquirido con los sindicatos.
Pero es en este año cuando se están comenzando realmente a tratar los temas más importantes, unos CEOE-Sindicatos: Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva (AINC); y otros con las tres partes, como es lo referente al Mercado de Trabajo, Atención a las Dependencias y Pensiones.
Negociación Colectiva
Empezaré por el AINC, aprobado por solo el 59% del Consejo Confederal de CC OO: es un error que se vuelva a renovar con prácticamente el mismo contenido este acuerdo, que se viene prorrogando desde hace tres años originado en principio por la amenaza del gobierno del PP de legislar y modificar el Estatuto de los Trabajadores en estos aspectos, pero que no tiene sentido en la situación actual. Y esto por varios motivos:
– La riqueza que se crea está mal repartida si nos atenemos a algunos indicadores como los salarios o la política fiscal, experimentando una clara regresividad con los gobiernos del PP. En cuanto a lo primero, los datos de 2004 hablan por sí solos: incremento de un 2,9% frente a una inflación real del 3,5%, En 2004 se han moderado las subidas salariales con relación a 2003, con lo que el poder de compra se sigue deteriorando de año en año. Así, y según datos fiables, en el 2004 solo el 40% de los trabajadores recuperará plenamente el poder adquisitivo perdido por la desviación de la inflación. Además se mantienen las discriminaciones salariales hacia la mujer.
– Todo esto sucede con un crecimiento de la economía de 2,7 puntos del PIB, el mayor aumento en los últimos veinte años de los beneficios empresariales (18,6 % y los de la banca de un 36,3%.) según el Banco de España, Pero lo más preocupante es que la participación de los salarios en la Renta Nacional ha seguido perdiendo peso; en concreto, de 2001 a 2004 han pasado del 50 al 49,5%. lo que supone una transferencia de recursos de los trabajadores a los empresarios de 3.513 millones de euros, es decir 580.000 millones de las antiguas pesetas. El crecimiento económico de los últimos años se ha basado casi en exclusiva en esto, por lo que además de las injustas y negativas consecuencias para los trabajadores y trabajadoras, resulta poco competitivo a corto y medio plazo.
Salarios e IPC
Es por ello que el Sector Crítico de CC OO, al igual que en años anteriores, nos hemos posicionado en contra de seguir firmando Acuerdos con este contenido, al sustentarse exclusivamente en moderación salarial, sin contrapartidas para los trabajadores, por parte de los empresarios cumplibles y evaluables en cuanto a condiciones de trabajo, empleo y mayor poder sindical.
Apostamos por la defensa del poder adquisitivo de los salarios a través de incrementos que tengan como referencia el IPC real, el crecimiento de la economía, el aumento de la productividad, la participación en los beneficios empresariales y la generalización de la cláusula de revisión salarial. No podemos firmar convenios que impliquen discriminaciones salariales ya sean por motivos de género, edad o tipo de contratos.
Con relación a la negociación sobre el Mercado de Trabajo, seguimos a la cabeza en cuanto a temporalidad se refiere y muy alejados del resto de los países de la UE, sin que las sucesivas reformas llevadas a cabo, algunas de ellas pactadas, hayan logrado avances significativos en este aspecto. El intentar combatir esta situación sólo desde la negociación colectiva se ha demostrado igualmente ineficaz.
El Gobierno solicitó hace unos meses un informe a una serie de expertos, hecho público recientemente, para que sirviese de base a esta negociación. Este documento aunque no recoge propuestas acabadas, sí que apunta en algunas de sus conclusiones aspectos muy preocupantes, tales como una mayor desregulación y facilidades para el despido, menores costes laborales para las empresas, a costa de pérdida de derechos de los trabajadores, que en otra ocasión entraré con más detalle. Esta filosofía ha sido recogida por el Gobierno en el documento denominado «para el diálogo social sobre el mercado de trabajo», entregado el 15 de marzo pasado.
El sindicato debe tener una gran firmeza en la negociación y claridad en sus propuestas para conseguir que los cambios que se introduzcan supongan avances en los derechos y condiciones de vida de los trabajadores.
Temporalidad y ETT
Es necesaria una reforma profunda para conseguir reducir la temporalidad y avanzar en la estabilidad y seguridad en el trabajo, pero no en la línea que tanto el documento como los empresarios apuntan. La consecución de este objetivo exige incidir en tres planos que actúan interrelacionados en nuestro mercado de trabajo:
1.- Reforma de las modalidades de contratación temporal: reforma de la normativa de las ETT, restringiendo y no favoreciendo su actuación, como se pretende, así como regulación rigurosa de las empresas de servicios para evitar que precaricen más el empleo y ataquen los derechos laborales.
2.- Reforma de la regulación de las contratas y subcontratas (descentralización productiva).
3.- Mayor tutela de los despidos.
En cuanto al resto de los temas, habrá tiempo de abordarlos en los próximos meses, dado que van a tener una gran repercusión para las condiciones de vida y trabajo de muchas personas y es por ello que la participación y toma de posición de todos y todas son fundamentales.