El Referéndum francés sobre la ‘llamada’ Constitución Europea abre la puerta a Otra Europa. Los franceses han superado el miedo y las amenazas de todas las plagas que caerían sobre ellos y le han dicho NO a la Europa Liberal. Con una movilización social y electoral, la segunda de las mayores ocurrida en el país vecino, y el 54,87 de los franceses que acudieron a las urnas, mostraron su rechazo a una Europa hecha de espaldas a los ciudadanos y que se quiere gestionar sin ellos en el futuro.
El resultado abre bastantes interrogantes futuros, no sólo en Francia y sobre su Gobierno conservador, exponente de las políticas que se institucionalizan en el Tratado sino también en la izquierda francesa, el centro izquierda francés y europeo y sobre todo por este modo liberal de construir Europa.
Los gobernantes europeos deben tomar nota; los ciudadanos no aceptan que se decida por ellos y menos la construcción de un modelo social francés y europeo, fruto del consenso tras las épocas de guerras y enfrentamientos en el marco europeo.
De los nueve países que han ratificado la Constitución, siete lo han hecho en sus parlamentos sin dar opción a los ciudadanos e informarse y debatir sobre el Tratado y dos, entre ellos España, donde la falta de tiempo y de información se hizo patente durante el proceso. Como decíamos en la campaña en nuestro país: para aprobar una Constitución hace falta un proceso constituyente es decir participación total de los ciudadanos, déficit que adolece este proceso.
En Francia se han hecho más patentes los vanos intentos de mezclar los distintos componentes ideológicos de No al Tratado, así como la definición de reacciones del resultado francés por estar en contra los avances y el miedo a la invasión de mano de obra del Este y que el eje de ese debate se sitúa en que este texto consagra las desigualdades y no las soluciona, institucionaliza los retrocesos sociales (ejemplo, la ampliación de jornada), enfrentamientos entre los trabajadores y consagra la explotación de éstos a través de la confrontación y eso NO, la izquierda ha dicho que SÍ a la igualdad, a la justicia y NO al dumping social.
El resultado del referéndum es una corroboración de lo acertado de la posición del PCE, en cuanto sitúa el tema del Tratado como el elemento central que separa la izquierda transformadora y alternativa del neoliberalismo y la izquierda (o centro+izquierda) liberal gestora y competidora dentro del neoliberalismo.
Si es un fracaso para Chirac , Raffarin, Hollande… lo es también para Zapatero por su implicación en la campaña con la derecha conservadora y que fracasa en proporcionar ilusión y bienestar a los ciudadanos, y abre una reflexión en el socialismo europeo, un proceso interesante que debemos seguir. Ello también debe tener sus repercusiones en España.
El Tratado es el reflejo del discurso único en Europa y en España, es el reflejo de donde se sitúan los gobiernos y los partidos. Esta es la ocasión para aquellos que decían “No es la única Constitución, pero es la única posible “, que tomen nota de lo dicho por los franceses y posiblemente se diga a su vez en otros países, y así se pueda retomar la negociación con la participación de los ciudadanos para hacer que OTRA EUROPA SEA POSIBLE, más social, más justa y más igualitaria.
Pero si el centro-izquierda debe tomar nota, no es menos cierto que la izquierda también; el importante papel jugado por los movimientos y partidos de izquierda: ATACC, antiglobalización, PCF, LLR etc. Conjuntamente con los socialistas que han planteado con firmeza sus posiciones frente a los dictados liberales de la dirección puede producir cambios.
Lo que se pone en juego es “la izquierda que está por el socialismo o la que se sitúa en el liberalismo”, en este marco es desde donde los partidos comunistas deben plantearse una iniciativa sobre el debate de la Constitución Europea y la renegociación desde los parámetros que hemos ido planteando y que son reflejo de una amplía preocupación social.
Los medios de comunicación han jugado un papel primordial a favor del SI. En Francia se ha producido un debate externo e interno, publicando varios libros contra el Tratado y a favor de otra Europa posible, estando entre los más vendidos, En la campaña del NO se ha utilizado la velocidad de la red (Internet), con la tradicional octavilla en los centros de trabajo, además de una importante movilización de militantes y ciudadanos es otro de los factores, a veces no reconocidos, de este resultado.
La Francia de la revolución, igualdad, la legalidad y la fraternidad, puede haber dado un paso en una “revolución social contra el neoliberalismo”. Esta tarea es de todos; que no quede en este paso solamente.