Los militantes que acudieron como delegados al XVII Congreso del PCE eran en gran parte jóvenes, mayoritariamente trabajadores y compartían su militancia con otras organizaciones sociales. Estas son las principales conclusiones de la encuesta realizada por la FIM durante el Congreso Federal de junio de 2005. Aunque los datos se refieren sólo a los delegados de este Congreso, los resultados nos permiten inferir algunas características de la militancia más activa del PCE.
Una de las características más destacadas es la importante presencia de cuadros jóvenes: un 30% tenía menos de 35 y la edad media se sitúa de entorno a los 41 años. Sin embargo, otra de las características más destacadas es la brecha generacional existente en el Partido: Sólo un 19% de los delegados tenía entre 35 y 44 años. Del resto, el 26% tenía entre 45 y 54 años y el 24% más de 54.
En los últimos años se ha incorporado una nueva generación de militantes, representada en el último Congreso, donde el 46% de los delegados se había afiliado después de 1990. Junto a estos, también había una importante presencia de militantes más veteranos: el 35% llevaba afiliado desde 1980 y antes (uno de cada cuatro desde antes de la legalización). Sólo el 19% de los delegados se afilió durante la década de los ochenta, lo cuál está relacionado con la poca presencia de militantes de edad intermedia, pues la gran mayoría de los militantes se afilian entre los 15 y los 34 años.
La gran mayoría de los delegados que acudieron al Congreso son trabajadores, con situaciones diversas, que representan la situación de la clase trabajadora en el momento actual. El 83% eran activos laboralmente, un porcentaje realmente alto, que coincide con la proporción existente en la base electoral de IU, en torno al 80% en las elecciones de 2004, muy por encima del PP o el PSOE. La mayoría de los delegados son asalariados (el 75%), con una fuerte presencia de trabajadores precarios. Las ocupaciones son diversas: técnicos o cuadros medios (23%), obreros (22%), empleados del sector servicios (20%) y profesionales (14%). Aunque la mayoría trabaja en la empresa privada (39%), existe una fuerte presencia de trabajadores de la administración (22%) y empresas públicas (13%).
Según se desprende de los datos, los militantes que acudieron al Congreso tienen una fuerte presencia en los movimientos sociales, especialmente en el movimiento obrero. El 65% estaba afiliado a Comisiones Obreras, el 15% era delegado sindical y el 7% miembro de algún órgano de dirección de rama sindical. La militancia en diversas asociaciones era también bastante alta: el 38% de los delegados pertenecía a una asociación cultural, el 28% a asociaciones de vecinos, el 24% a asociaciones de derechos humanos o cooperación, el 14% a una asociación ecologista y el 10% a una asociación pacifista. La actividad dentro de Izquierda Unida también es destacada: El 61% era miembro de un órgano local de dirección de IU, y el 37% de un órgano autonómico.
En el Congreso se notó todavía la poca presencia de delegadas: sólo acudieron un 32% de mujeres. Aunque el porcentaje es mayor que en otros congresos de los que se disponen de datos, la proporción está todavía muy por debajo del objetivo de la paridad.
La encuesta fue contestada por 377 de los 708 delegados, lo que supone un error muestral de ± 3,5% (para un 95% de nivel de confianza y una varianza máxima). Para más información sobre los resultados de la encuesta y sobre sus características técnicas próximamente podrá consultarse el informe completo en la web de la FIM: http://www.fim.org.es