M.O.: ¿Telesur es la prueba que se puede ser alternativo y al mismo tiempo tener calidad y llegar a un amplio público?
A.P.: Lo que estamos viviendo es que hoy el discurso central de los grandes circuitos mediáticos se caracterizan por una falta de calidad y de rigor terrible. Y yo creo que nosotros, al contrario, tenemos que hacer un esfuerzo enorme para que cuanto más revolucionario sea el mensaje mayor calidad y eficacia comunicativa tenga. Nosotros no podemos aparecer con productos chapuceros. En el mundo de lo llamado alternativo hay expresiones de altísima calidad en términos de comunicación, que sin duda Telesur también las está logrando.
M.O.: Usted comentaba que grandes intelectuales de la talla de Eva Forest eran menos conocidos que actrices de segundo nivel en Hollywood, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, ¿de qué manera se puede romper con esa dinámica?
A.P.: Nosotros tenemos que lograr que las grandes figuras de nuestro continente, del campo del pensamiento, del arte, de la cultura, los jóvenes grandes talentos, tengan respaldo mediático. Para eso hay que hacer un esfuerzo de suma, de canales de televisión, agencias de noticias, páginas web, las radios comunitarias, etc.
Nosotros tenemos fuerza mediática en la medida que articulemos nuestros empeños, porque tenemos gente de mucho talento. Pero nosotros tenemos que hacer lo que hacen los norteamericanos que continuamente están resaltando esas figuras y su trabajo. Nosotros tenemos que ser ahí machacones, ser más sistemáticos; por allí hay un camino que no hemos explotado suficientemente.
M.O.: La reciente visita del canciller español Moratinos a Cuba, rompe una dinámica europea de aislamiento hacia la isla, siendo un primer paso de acercamiento, ¿en el aspecto cultural como se puede reflejar eso?
A.P.: Eso todavía no tiene consecuencias palpables que puedan difundirse. De todos modos lo consideramos un gesto positivo y pensamos que la visita fue exitosa. Se abrió un camino de diálogo interesante y efectivamente se rompió la absurda posición común de la Unión Europea, que realmente ha sido incapaz de fundar una política independiente con respecto a Cuba.
Es una vergüenza que la Unión Europea esté tan subordinada al poder del grupo de Bush y a la política hostil del gobierno estadounidense, que no tenga una posición de respeto y de coherencia hacia Cuba. Yo pienso que hay allí un camino que nosotros vemos con interés pero sin hacernos demasiadas ilusiones, ni pensar que se van a resolver todos los problemas. Lo esencial, como dijo nuestro canciller Felipe Pérez Roque, es que el tratamiento entre Cuba y España, o entre Cuba y cualquier otro país, tiene que basarse en el respeto mutuo, y nunca en ningún tipo de posición colonial o paternalismo hacia Cuba.