Primero, analizar lo que han significado los resultados electorales en un país como Alemania que, aparentemente, está en un proceso de giro a la izquierda que dura ya varios años.
Las elecciones en los Länder de Baja Sajonia y Hesse se produjeron poco después de que Nokia cerrara su central en Bochum (ciudad de Renania del Norte- Westfalia) y de que ésta anunciara que iba a trasladar su producción a Rumanía.
Este hecho movilizó a toda la clase política alemana. El jefe del Grupo Parlamentario de la SPD, Peter Stuck, y el Ministro de Consumo, Horst Seehofer (CDU), tiraron a la basura sus teléfonos móviles Nokia durante ruedas de prensa, los sindicatos llevaron a cabo movilizaciones masivas de trabajadores e incluso algunos sectores del país pidieron el boicot contra la empresa finlandesa.
Mientras todo esto ocurría, Roland Koch (CDU), Primer Ministro de Hesse, arrancaba una campaña en su Estado basada en dos ideas fundamentales: la xenofobia y el anticomunismo. Koch es el ala más derechista dentro de la CDU. No ha dudado en criticar abiertamente en varias ocasiones a la Canciller Ángela Merkel tildándola de «socialdemócrata» y esta vez le pudimos ver durante la campaña en su estado más puro. Todos sus discursos se pueden resumir de la siguiente manera: «inmigración = delincuencia; DIE LINKE = estalinismo», dos automatismos que convierten al señor Koch en la versión alemana más próxima al PP español.
Por fortuna los votantes de Hesse mostraron una gran madurez política el día de las votaciones e infringieron un tremendo varapalo a Koch, que había ganado las últimas elecciones por mayoría absoluta. La CDU sacó un 36,8% de votos (12 puntos menos que en las últimas elecciones), la SPD un 36,7%, FDP 9,4%, Verdes 7,5% y DIE LINKE 5,1%. Esto significa que DIE LINKE decidirá el futuro del Land. Si la SPD se sigue negando a pactar con DIE LINKE gobernarán CDU y FDP, si quiere gobernar tendrá que negociar con Los Verdes y DIE LINKE. Todo está en las manos de la candidata de la SPD Andrea Ypsilanti, perteneciente al ala más a la izquierda del partido. Ypsilanti ha demostrado que una campaña basada en los valores tradicionales de la socialdemocracia es la mejor arma de la SPD contra DIE LINKE. Ypsilanti se opuso a las reformas del ex Canciller Schröder (la llamada Agenda 2010) y basó su campaña en la subida del salario mínimo. El resultado es que su partido apunto estuvo de ganar, que DIE LINKE entró en el Parlamento por los pelos y que Roland Koch ha dimitido.
Las cosas fueron un poco diferentes en Baja Sajonia. La coalición entre CDU y FDP seguirá gobernando sin problemas. Por su parte la SPD presentó a un candidato de perfil muy bajo y DIE LINKE consiguió el 7,1% de los votos.
Este resultado de DIE LINKE superó las expectativas más optimistas, pero a su vez creó problemas. El Partido Comunista Alemán (DKP), una vez que se produjo la unificación alemana, no quiso seguir la vía emprendida por la mayoría del Partido de Unificación Socialista (SED) y no formó parte de la nueva formación surgida de él, el Partido del Socialismo Democrático (PDS).
Ahora que el PDS ha pasado a formar parte de DIE LINKE las cosas no han cambiado. El DKP es un partido que no tiene nada que ver con DIE LINKE. El problema aparece cuando en lugares como en Baja Sajonia DIE LINKE se encuentra en una situación nueva. Hasta antes de estas elecciones DIE LINKE no tenía apenas militancia en ese Land y ahora tiene un 7,1% de los votos. Para poder hacer frente a esta situación, DIE LINKE aceptó de manera extraordinaria y excepcional la inclusión en sus listas de miembros del DKP. Una de esas personas fue la enfermera Christel Wegner. Hoy, día 18 de febrero de 2008 todos los militantes de DIE LINKE hemos recibido un email de la Dirección Federal del Partido desmarcándose de unas declaraciones realizadas ayer por Wegner y exigiendo su inmediata dimisión. En dichas declaraciones Wegner dice que Alemania hoy lo que necesita es refundar la «Stassi», la temible policía secreta de la RDA, para defenderse de los «elementos reaccionarios» que todavía existen en el país.
Sus declaraciones no han podido llegar en peor momento y más bien parecen producto de un boicot del DKP para perjudicar a DIE LINKE. El daño ha sido muy grave. Todos los partidos (incluida DIE LINKE) han pedido la dimisión de Wegner, pero el mayor daño lo ha recibido DIE LINKE.
Declaraciones como las de esta diputada proveniente de Alemania Occidental son las que dañan una imagen que ha sido muy difícil construir. Derribar los antiguos prejuicios y desmarcarse de un pasado tan siniestro como lo es el recuerdo de la «Stassi» ha llevado muchos años y mucho esfuerzo. Es terrible ver cómo todo ese trabajo tan largo se puede ver truncado por la estupidez de una sola persona que en situaciones normales nuca habría sido llamada por DIE LINKE para desempeñar el cargo que ostenta.