ENRIQUE SANTIAGO
El inicio de la Refundación
La IX Asamblea Federal de IU bien podrá ser la del inicio de la refundación del proyecto de la izquierda transformadora y alternativa del Estado, en tiempos de grave crisis económica y social. Las bases para ello han sido puestas. Se han debatido y aprobado propuestas políticas ampliamente refrendadas por los delegados/as, propuestas pegadas a los problemas de la gente, que son una verdadera guía para la concreción del programa estratégico que necesita la izquierda de nuestro país, centrando nuestro eje de análisis en las contradicciones capital-trabajo y desarrollo económico-sostenibilidad del planeta. El acuerdo en torno a la necesaria refundación de IU y al lanzamiento de un nuevo proceso de convergencia política y social que parta de la actual IU también ha sido muy elevado y ratifica la voluntad de nuestra organización de seguir siendo un verdadero movimiento político y social donde convivan partidos, movimientos, corrientes, colectivos, personas individuales, etc., con vocación de ser lugar de encuentro y confluencia entre la reivindicación social y la lucha política. Respecto a la renovación de los órganos de dirección y la apuesta por la entrada en estos de nuevos dirigentes que traigan aire más fresco y estén alejados de los viejos conflictos, reconozcamos que no hemos avanzado lo suficiente y que el resultado es francamente mejorable. Sin duda reprochable fue el cierre de la Asamblea, con la persistencia de los viejos métodos de «aparato» que tanto daño nos han causado y que impidiendo priorizar lo fundamental sobre lo secundario, hicieron imposible el broche de oro y la excelente imagen externa que hubiera supuesto la elección del compañero Cayo Lara, el candidato mas votado en la Asamblea, como Coordinador General de IU.
Pero no perdamos de vista que el inicio de la refundación viene ahora, en el trabajo cotidiano, cambiando métodos y actitudes de trabajo interno y externo, avanzando claramente en la refundación y la democratización de IU, apostando por un nuevo proceso de adscripción y por la vinculación a través de un nuevo proceso de convergencia social, de todos los sectores alternativos, democráticos, revolucionarios, de izquierdas al nuevo movimiento político, social y republicano en que entre todos debemos convertir IU.
MARGA SANZ
Articular la pluralidad sin exclusiones
La Asamblea ha manifestado la voluntad de la afiliación de consolidar un proyecto soberano que esté al servicio del programa y de la movilización social, sin subordinaciones ni hipotecas. El respaldo mayoritario dado por la organización al Documento de los 100, y el hecho de que articulara el debate y la síntesis de la asamblea ha permitido definir la identidad y las líneas fundamentales de la política de IU para el periodo que se abre desde una opción anticapitalista, democrática, republicana y federal. Sacar adelante el criterio de dirección compartida y proporcional a los resultados de las diferentes listas de la Asamblea es una garantía para articular la pluralidad sin exclusiones, de recuperar confianzas y de gestionar para toda IU. Y, por último, el apoyo unánime a la refundación de IU, articulando la Convocatoria Social en torno a un programa elaborado con partidos, organizaciones y movimientos sociales y la profunda democratización interna, sitúa a IU, en un horizonte de 18 meses, ante la posibilidad -si trabajamos bien- de su relanzamiento.
El potencial político de la Asamblea es importantísimo para la reconstrucción de IU como Movimiento Político y Social, que debe asentarse en la movilización social contra la crisis capitalista y desde los presupuestos del Socialismo del Siglo XXI, como muy bien señala la Declaración de Rivas. El reto ahora es ser capaces de hacerlo, elegir una dirección con autoridad moral y política para ello, y a un coordinador con capacidad, talante integrador e insobornable, que para mi es Cayo Lara.
GLÒRIA MARCOS I MARTI
Sensación agridulce
Pido disculpas por una cierta tendencia a ser políticamente incorrecta, y a decir siempre lo que pienso; por tanto, si alguien me pregunta sobre la Asamblea de IU, tengo que confesaros que me resulta complicado ser optimista, el resultado me ha generado una sensación agridulce, ambivalente… Sí, es cierto que hemos aprobado una línea política, que como siempre se llevará a cabo, o no, según quien sea el Coordinador y, sobre todo, el equipo de dirección colegiada que se elegirá el 14D. Sí, también hemos aprobado unos estatutos que recogerán, supongo, todo lo aprobado por la Asamblea. Pero, sí, hay un pero enorme y es que hemos salido de la Asamblea sin Coordinador y esto no sólo es decepcionante en términos internos, sino que es absolutamente incomprensible para nuestros votantes, para nuestro entorno. Hemos dado una imagen de debilidad, de falta de coherencia, hábilmente utilizado por los «media» para trasmitir la imagen de falta de dirección y de agotamiento de nuestro proyecto. Ha quedado poco clara y definida la propuesta de refundación, de rejuvenecimiento, de feminización, de federalidad, lo que disminuye nuestro perfil para el futuro. Solamente podremos mejorar esta posición si el 14D se vota por amplia mayoría del CPF de IU a Cayo Lara, el candidato más votado en la Asamblea, y se forma un equipo coherente que, más allá de intereses personales y localistas, apueste por el futuro de IU
WILLY MEYER
La recuperación desde un proyecto plural y unido
Las tenues notas de la internacional que escapaban del carillón de la cajita de música que el compañero Cayo Lara manipulaba, cerraba los trabajos de la IX Asamblea de IU.
Una asamblea difícil pero que se desarrolló con responsabilidad por todas las candidaturas, quienes facilitaron desde su comienzo el acuerdo y el desacuerdo «normalizado».
Se cerraba una etapa de IU negativa tanto por su débil desarrollo organizativo como por su limitado respaldo social y electoral. Se cerraba sin heridas, desde una autocrítica profunda, y apostando colectivamente por iniciar la reconstrucción, refundación de la organización, recuperando el discurso alternativo que pretende contribuir en la construcción del Socialismo del siglo XXI, como alternativa al Capitalismo en tiempo de crisis, recesión y depresión económica.
La determinación de recuperar la centralidad de la contradicción capital-trabajo, a la que se complementa con otras contradicciones del crecimiento capitalista (insostenibilidad, guerra, desigualdad, retroceso de derechos), junto a la apuesta de garantizar órganos de dirección colectivos, colegiados y representativos, son la mejor garantía del inicio del tiempo de recuperación de IU, de su movilización a favor de los trabajadores y trabajadoras.
Ese fue el compromiso del compañero Cayo Lara, cabeza de lista de la candidatura más votada en la IX Asamblea de IU.
CARLOS ANXO PORTOMEÑE
Los que damos el callo
Tengo una cajita de música que entona las notas de «La Internacional» accionando una manivela. Puede resultar cursi, chabacano o incluso estúpido, pero cuando me acecha la melancolía la hago girar y me devuelve el ánimo. Casi todos tenemos algún recurso poco convencional para evadirnos de la triste realidad, para recuperar la ilusión, esa pasión humana que para la militancia de Izquierda Unida es hoy un recurso virtual, fantástico, casi inalcanzable.
Lo cierto es que, en los últimos años, ni la realidad social ni la militancia en IU ofrecen demasiadas alegrías. Algunas de vez en cuando, pero por cuentagotas, para no abusar. Al día a día, al vecino despedido, al país invadido, a la mujer asesinada, hay que sumar las broncas internas, los resultados negativos o la involución del proyecto.
Por primera vez en mucho tiempo el entusiasmo y la emoción contenida se desataron en aplausos espontáneos cuando el camarada Cayo intervino en las IX Asamblea. Añorábamos un discurso sincero, natural, alejado de la monotonía, del catecismo repetido, del ritmo monocorde de aquel que simplemente cumple. Natural y sencillo como señala Marcos Ana que deben ser, ejemplarmente, los revolucionarios verdaderos. Cayo llegó al cerebro pero también al corazón, sin falsa emotividad, con la humildad de una persona cordial, pero con la fuerza y la oratoria de un comunista comprometido, de un trabajador con sentimiento de clase. Aquello que es difícil evidenciar en horas lo demostró en sólo décimas de segundo. Y demostró algunas cosas más: por ejemplo, que la renovación no es un guarismo biológico fijado por el calendario, o que existen dirigentes latentes de valía contrastada, experiencia y saber estar, como demostraron también las elecciones primarias de hace un año.
En una Asamblea anodina Cayo devolvió la confianza, contagiada incluso a compañeros que avalaron otras listas. Provocó aplausos sinceros, rebosantes de esperanza, una explosión necesaria de júbilo por escuchar el discurso cercano, comprensible y directo de un simple militante más. Cayo Lara ha dejado de ser Cayo Lara y es ya la representación del cambio, la voz de los que nos dejamos la piel sin retribuciones económicas por nuestra actividad política, de los que no miramos la nómina antes de elegir bando, de los que recorremos miles de quilómetros sin la comodidad de aviones y hoteles con estrellas, de los que no necesitamos estrangularnos con corbata para parecer más respetables, de los que sabemos que hay vida política más allá de las grandes ciudades, de los que nunca exigimos un puesto en las candidaturas, de los que pegamos carteles, hacemos discursos o repartimos panfletos, sin desaliento, lamentaciones o contraprestaciones, de los que siempre decimos sí cuando la organización lo requiere, de los que en definitiva, damos el callo por IU.
Por eso, cuando la decepción, la tensión y el hastío me asaltaban, cuando más deseaba enviar todo a la mierda, Cayo hizo sonar las notas en su cajita de música. Y me ha devuelto la ilusión.
* Consejo Político Federal de IU