Tal y como decidió la Mesa de la IX Asamblea Federal, el documento base para el debate iba a ser el que llevaba como título Por una izquierda anticapitalista, republicana, federal y alternativa, organizada como Movimiento Político y Social. República, Estado federal y socialismo del Siglo XXI, popularmente conocido como el Documento II según el orden de publicación, pero que ya en el Consejo Político Federal era claramente mayoritario. Esta decisión de la Mesa confirmaba que el Documento elaborado por el ala izquierda realmente consecuente de IU era el que más apoyo había recibido en las Federaciones, así como el que más se había utilizado en los debates de las asambleas de base. Con ello, se hacía oficial el giro hacia la izquierda de nuestra organización, pasando página de la etapa pasada.
El trabajo que teníamos por delante en las Comisiones era conjugar, por un lado, las enmiendas que directamente venían al Documento II y que por tanto enriquecían las bases del documento, con aquellas enmiendas que, dirigidas a los otros documentos así como las resoluciones genéricas elaboradas por compañeros/as de Madrid, Navarra y las Islas Baleares, tenían que incorporarse al documento definitivo. Así que después de un debate metodológico bastante complejo por la cerrazón inicial de algunos/as compañeros/as a aceptar la decisión de la Mesa que el documento II tenía que ser la base del trabajo, iniciamos el análisis sobre los temas que nos competían en la Comisión B, esto es, la situación del capitalismo en España y la salida que desde la izquierda planteamos a la crisis económica para frenar la amenaza que representa esta para los trabajadores y trabajadoras.
También era tema de debate en nuestra Comisión la actualización de nuestra propuesta para una salida negociada en Euzkadi, así como clarificar nuestra posición sobre el federalismo de libre adhesión.
Creo que nos debemos de congratular del grado de consenso político de la Comisión B respecto al análisis de la situación del capitalismo en España, así como a la necesidad de dar respuestas factibles a la dura crisis económica, a la vez que introducir elementos de reforma no reformistas que abran la construcción del socialismo. Los/as delegados/as incidieron en la debilidad del modelo productivo español centrado casi en exclusividad en la construcción, el turismo, el comercio y la hostelería, modelo que a la vez se sustenta en una desregulación laboral que es la base del paro, de la precariedad de segmentos cada vez mayores como los jóvenes y las mujeres, y de una altísima tasa de siniestralidad laboral, todo ello acompañado por una moderación salarial que ignora las cláusulas de revisión salarial (frente un 73% de aumento de los beneficios empresariales en los últimos 7 años). Un modelo que a su vez hunde sus raíces en la depredación del medioambiente.
Modelo económico netamente capitalista, por tanto, como se demuestra en la práctica total privatización de los sectores estratégicos de la economía, así como de los servicios públicos esenciales como la educación (aumento de la educación concertada gracias a la LOE en detrimento de la pública, y los peligros derivados del Plan Bolonia para la Universidad Pública) y la sanidad. Situación que se ve remachada por la Directiva Bolkenstein.
Las enmiendas y aportaciones de los compañeros y compañeras reafirmaban la necesidad de dar una salida democrática y socialista a la crisis de este modelo, dejando claro que el fracaso no es solo de un tipo de capitalismo, sino del sistema capitalista en su conjunto, totalmente incapaz de ofrecer respuesta que no sen más de lo mismo. Así, el debate reafirmó las propuestas de IU para defender el trabajo digno y seguro, penalizando la precariedad; elevar la protección social y el gasto haciéndola universal; nacionalización de los sectores estratégicos de la economía, así como la creación de una Banca Pública, con el objetivo último de la nacionalización de la Banca; Universalidad y gratuidad de los servicios públicos; invertir en una economía sostenible, etc…
También debatimos en la Comisión las enmiendas planteadas por distintas federaciones al proceso de paz en Euzkadi, todas ellas aceptadas por la ponencia, las cuales (desde la condena sin paliativos del terrorismo etarra), ampliaban y mejoraban el texto de tal forma que IU reconoce la autodeterminación como un derecho innato a todo pueblo, el cual podrá ejercerse en cualquier marco político. Para IU la defensa de este derecho es absolutamente compatible con el llamamiento al cese definitivo de la violencia.
También se clarificó en el debate que el federalismo defendido por IU era de libre adhesión, rechazando de plano cualquier imposición por la fuerza.
En definitiva, una Comisión B que sirvió para constatar que es mucho lo que nos une a las mujeres y a los hombres de IU, y que aunque queda mucho por hacer. Hubo momentos en la Asamblea que invitan al optimismo. El aplauso cerrado con el que acabó el debate en la Comisión, fue sin duda la expresión clara de los delegados y delegadas de apostar por la necesidad de una Izquierda Unida, fuerte, plural y organizada, preparada para la lucha por el socialismo en España.