Desde la perspectiva del mercado laboral, ya pasado un año desde la entrada en la crisis económica, no parece que se comience a ver una salida; de hecho, los indicios de recuperación que se detectan un día se han evaporado al día siguiente, o a la semana siguiente, y así nos va desde antes del reconocimiento oficial de que estábamos dentro de una dura crisis, especialmente en nuestro país.
La publicación de los datos de la EPA correspondientes al primer trimestre de 2009 permite actualizar los indicadores empleados en el comentario anterior (Mundo Obrero, abril 2009) y hacerse una idea más acertada de la verdadera situación. En líneas muy generales, a partir de la evidencia recogida en las Tablas I a IV, que se solapan con y prolongan a las utilizadas en el citado comentario(1), se pueden adelantar las siguientes conclusiones.
1.- El crecimiento de la población activa (PA) que había sido del 44% entre 1994 y 2008, con una media ligeramente superior al medio millón de personas anualmente incorporadas a la actividad productiva, comienza a estancarse, solamente 47.000 incorporados en el primer trimestre del 2009.
2.- El crecimiento de la población ocupada (PO), que había seguido una pauta muy similar a la de los activos hasta 2007 y que comenzó a ser negativo ya en 2008, ha acelerado esta última tendencia. En este primer trimestre se han perdido casi 760.000 ocupados, más del doble en un trimestre que en todo el año pasado.
3.- Los asalariados han tenido una evolución similar a la de los ocupados, puesto que la tasa de salarización (TS) se ha mantenido constante desde el 2007, en el 82’5%.
4.- El total de asalariados con contrato temporal, que tuvieron un ligero descenso en 2008, apenas de 11.000 personas, ha acelerado su disminución en este trimestre, en un 42%, casi 850.000 personas, bajando la tasa de temporalidad (TT) del 31% al 26’5%. Esto se ha debido fundamentalmente a que los temporales forman el colectivo que en mayor medida sufre la oleada de despidos, pasando a engrosar las listas del paro y desmintiendo una vez más que la flexibilidad en la contratación y la facilidad de despido sirve para crear empleo; en nuestro país ha servido antes y ahora exactamente para todo lo contrario.
5.- El paro se ha disparado: literalmente, el número de parados es más del doble ahora que a finales de 2007, y la velocidad en la destrucción del empleo se ha acelerado hasta límites no sospechados, 1’3 millones de parados más en 2008 que en año anterior, 800.000 ahora que hace 3 meses. La tasa de paro (TP), que alcanza el 17’3%, supera el doble de la existente en 2007.
En las diferencias por autonomías se producen, más bien se reproducen, enormes diferencias en la TP: Canarias y Andalucía están en el entorno del 25%; alrededor del 20% Extremadura, Baleares, Murcia, Comunidad Valenciana y Castilla La Mancha; Cataluña 1 punto por debajo de la media; en el entorno del 12-13% Castilla-León, Madrid, Aragón, Cantabria, Galicia y Asturias; y en la parte más baja, 10-11%, La Rioja, Navarra y País Vasco. Las autonomías más dependientes del ladrillo, con salarios más bajos, mayor temporalidad, mayor precariedad de todo tipo(2) son las más castigadas por el paro, mostrando una brecha norte-sur que permanece en el tiempo, indicando una vez más que salvo para mantener e incrementar los beneficios de los empresarios las recetas propuestas por la CEOE (congelar o bajar los salarios, aumentar la precariedad laboral y la indefensión de los trabajadores, disminuir las cotizaciones empresariales y sus impuestos) no sirven para nada.
El desempleo es, sin lugar a dudas, el gran problema de los trabajadores en esta crisis, pero no es el único; por dar un ejemplo, la suma de temporales y parados se mantiene en los 8 millones y cuarto de personas durante la misma.
Todos los indicadores recogidos en la Tabla II muestran como la situación del mercado laboral ha ido deteriorándose para los trabajadores de forma permanente, y cómo ese deterioro se ha acelerado en el primer trimestre de este año.
6.- En lo que se refiere al trabajo a tiempo parcial, su tasa (TTP) ha ido en aumento y también ha aumentado su ritmo de crecimiento; los trabajadores con esta modalidad de trabajo se incrementaron en 57.000 de 2007 a 2008 y casi en 90.000 en el primer trimestre de 2009, y eso a pesar de los descensos de la ocupación en términos absolutos (ver punto 2).
7.- En cuanto a los subempleados su evolución es similar a los que trabajan con jornada parcial, con un incremento de 167’5 mil en 2007-08 y de 214’5 mil en el primer trimestre del actual.
8.- La inmigración estadísticamente disminuye, muy probablemente con trasvase a la economía sumergida. El porcentaje de inmigrantes dentro de los activos (TINM) bajó 2’5 puntos de 2007 a 2008, unos 415.000 menos en ese periodo, y medio punto en este trimestre, 110.000 menos; el ritmo de eliminación de inmigrantes activos en la economía regular durante los 15 meses de cómputo recogido en la Tabla I ha sido de 35 mil mensuales.
9.- El índice de precariedad a efectos comparativos aquí manejado, en donde debe recordarse que un trabajador puede ser inmigrante, subempleado, con contrato temporal de jornada parcial (es decir, se contaría cuatro veces) tuvo un ligero aumento en el año pasado, menor al 2%, y otro más significativo en este trimestre, del 5’5%.
10.- Al analizar las diferencias por género, la situación de las mujeres era, es y todo hace temer que continuará siendo, peor que la de los varones. El índice de precariedad es siempre superior en las mujeres, aunque la diferencia se ha venido cerrando. Las diferencias de actividad, peso de la inmigración y paro disminuyen, en tiempo parcial se mantienen y en temporalidad suben.
El porcentaje de ocupados en la construcción ha bajado muy ligeramente en el periodo, pero manteniéndose durante 2009, en términos absolutos en 2008 se habían perdido 147.000 empleos en ese sector y 95.000 en este último trimestre; en el caso de la industria, su peso en la población ocupada creció en 2008, a pesar de que perdió 56.000 empleos, pero en 2009 la pérdida de ocupación se ha cebado más en este sector, su relación con la construcción ha empeorado desde finales de 2007 (de 1’23 a 1’2), y han desaparecido en lo que llevamos de 2009 312.000 empleos industriales. En el periodo aquí considerado la construcción ha descendido en 242.000 ocupados y la industria en 368.000, manteniéndose, si no aumentando, el insoportable peso del «ladrillo» en el empleo.
NOTAS.
1.- Con relación al comentario anterior se ha eliminado la Tabla dedicada a mostrar diferencias en función de la edad y se han añadido en la Tabla III las tasas de feminización (TF) de los distintos grupos de trabajadores.
2.- Ver Bloque 3, «El laberinto autonómico» en D. Lacalle, «Trabajadores precarios, trabajadores sin derechos» (El Viejo Topo, Barcelona, de inminente aparición).
*Fundación de Investigaciones Marxistas