J. L. Centella: Lo primero que quería comentar es que el próximo junio tenemos elecciones europeas y se celebran en un contexto de crisis como el actual, lo cual debería ser un revulsivo para la movilización de la gente de izquierdas y la clase trabajadora, así como para nuestra propia militancia.
Willy Meyer:
Efectivamente las elecciones europeas del 7 de Junio son el momento para convertir el malestar y la contestación al capitalismo en una fuerza organizada para cambiar las cosas.
Esta convocatoria electoral es una oportunidad para movilizar a la Izquierda transformadora, para crear y fortalecer nuestra propia organización y para calentar motores cara a las futuras convocatorias electorales. Debemos hacer que las elecciones europeas sean una oportunidad para salir a la calle aunando a nuestr@s amig@s y simpatizantes, junto a un renovado esfuerzo militante que sirva para ilusionar e ilusionarnos, demostrando que Izquierda Unida es necesaria y que somos capaces de invertir la tendencia de los últimos años.

J.L.C: El Parlamento Europeo se ve como algo muy lejano para el ciudadano corriente, como algo inútil y artificial. Peor se pone la cosa en algunos ámbitos políticos en los que se habla de cementerio de elefantes o retiro de oro para políticos prejubilados. ¿Qué supone el Parlamento Europeo para Izquierda Unida?¿Qué representa un candidato como tú en el Parlamento Europeo?
WMP:
Es verdad que existe un cierto desconocimiento de lo que se decide en la Unión Europea y que los ciudadanos perciben a Europa como algo tan lejano. Pero tenemos que entender y explicar que el hecho de que esto sea así no es baladí, es buscado. El Consejo, es decir, los jefes de Estado y de Gobierno y sus ministros, aprueban muchas veces, con nocturnidad y alevosía, medidas que no se atreverían a adoptar en sus propios países. Y cuando luego estas medidas llegan a los Estados miembros parece que ya no hay nada que hacer porque viene decidido desde Bruselas. Por otro lado, es fundamental que el ciudadano conozca de la importancia de lo que se decide en la Unión, puesto que afecta al día a día de nuestras vidas. Desde cosas menores como el etiquetaje de los alimentos a cosas de calado como la ordenación del tiempo de trabajo, todo ello viene decidido por las instituciones de la UE. Por este motivo es de necesidad que la voz de la izquierda se oiga en Europa.
La gente de izquierdas tanto en el Parlamento, como en cualquier otra institución tenemos un trabajo duro que llevar a cabo pero muy importante para la ciudadanía. Actualmente somos 41 diputados del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea que defendemos situar el interés del ciudadano en el centro de las políticas europeas. Y créeme, eso no es siempre fácil, puesto que nos enfrentamos con una Unión Europea de derechas, conservadora en valores y liberal en lo económico. Una Unión Europea que ha lanzado ofensivas a los derechos de los trabajadores como la directiva de las 65 horas. Ofensivas contra los derechos de las personas migradas como es la Directiva de retorno, u ofensivas contra los servicios esenciales, como han sido las directivas que han abierto la puerta a la privatización de servicios públicos como el transporte o los servicios postales. En todos y cada uno de los casos IU a través del grupo parlamentario, el GUE-NGL, hemos presentado nuestras propuestas que van en la línea de mantener y ampliar los derechos y libertades de la ciudadanía y el mantenimiento de los público como patrimonio de todos y todas. El modelo de Europa que han creado los dirigentes europeos hasta ahora ha sido fallido al llevarnos a una situación de crisis económica, financiera y alimentaria. La solución para la gente de izquierdas, para los trabajadores y trabajadoras pasa por nacionalizar de nuevo los sectores clave de la economía: transportes, energía,agua,comunicación, correos o el sector financiero para poder posteriormente invertir los beneficios en progreso social.

J.L.C: En un debate en el que se trata de ocultar la crisis más dura que ha vivido el sistema capitalista desde el final de la II Guerra Mundial, y lo que se trata de poner en primer término son los escándalos de corrupción con el objetivo de expulsar a los ciudadanos de la política activa, es necesario un revulsivo que movilice a quienes quieren plantar cara a este sistema que está generando paro, inseguridad, marginalidad, volviendo a los orígenes. Por una parte la cuestión es ver cómo hacer creíble aquello de programa, programa, programa, y por otra parte cómo generar ilusión en el conjunto de la izquierda para que seamos capaces de ver que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.
WMP:
Sí, por supuesto. Estas elecciones tienen que ser una oportunidad de aglutinar alrededor de nuestra lucha a toda esta gente de izquierdas, trabajadores y trabajadoras que son los que están sufriendo en primera personas las consecuencias del fracaso del modelo neoliberal.
En esta campaña se va a plantear un falso debate entre los conservadores del PP y los progres del PSOE, pero en realidad los dos comparten un programa común encubierto en el núcleo central del problema: No intervenir al mercado. Un mismo programa con las mismas recetas que nos han llevado a la crisis actual. Y en este debate de sordos IU debe irrumpir con fuerzas renovadas, movilizando a toda nuestra militancia e invitando a todos aquellos que quieran acompañarnos en la lucha por la Europa social.
Porque claro, es natural que la ciudadanía europea no se movilice y desconfíe de las instituciones europeas cuando el mensaje que está recibiendo de ellas es el de hacerle trabajar más horas semanales, congelarles los salarios y las pensiones, de privatizarles los servicios públicos o negarles subvenciones a actividades productivas, para que la banca y las grandes empresas puedan mantener sus beneficios.
Por lo tanto, este es el momento para defender hasta sus últimas consecuencias el cambio de modelo hacia un modelo económico alternativo que contemple el interés social sobre el beneficio de las empresas privadas y la banca, basado en un desarrollo social y ecológicamente sostenible, en el control público y la planificación democrática de la economía, y en la intervención de l@s trabajador@s en la organización del trabajo y sus beneficios.

J.L.C: IU está realizando un proceso de unidad de la izquierda, basado en el programa y en la acción política contra la crisis, en este sentido la pasada asamblea programática y la aprobación de la candidatura fueron significativas, ¿cómo las viviste y cómo crees que deben servir al conjunto de quienes nos puedan apoyar en estas elecciones?
WMP:
Izquierda Unida ha salido de nuevo a la calle a explicar nuestras soluciones a la crisis económica, financiera y alimentaria que estamos sufriendo. En este contexto la jornada programática que celebramos a mediados de abril nos ha servido para dibujar estas soluciones a nivel europeo. Hemos aprobado un programa con un análisis detallado de las causas de la crisis y una serie de medidas para darle la vuelta a la situación actual. Me parece muy importante destacar que tanto el programa como la candidatura se aprobaron en un contexto de gran unidad.
Izquierda Unida apostamos por un nuevo modelo económico que deberá rescatar los sectores estratégicos europeos como la energía eléctrica y la derivada del petróleo, la industria naval, un sector de la industria automovilística, los transportes, la gestión del agua, los servicios postales y una parte del sector financiero.

J.L.C: Nos conocemos desde hace tiempo, y sabemos que la defensa de lo colectivo siempre nos ha unido, pero en unas elecciones tenemos que conjugar el trabajo colectivo con la aportación personal de los candidatos y candidatas, en tu caso ¿cómo valoras el trabajo realizado por nuestro grupo y el tuyo propio en estos últimos cinco años?, porque tus propuestas y peticiones en el Parlamento siempre han estado muy ligadas a los problemas concretos de los trabajadores españoles, desde la Citroen de Vigo hasta la pesca del atún rojo de Cádiz, ¿qué nos queda todavía por hacer?
WMP:
Siempre nos quedará mucho por hacer. La problemática de la ciudadanía española en cuanto al respeto de sus derechos y la no vulneración del Derecho Comunitario ha estado siempre presente en el trabajo de la delegación española de Izquierda Unida. Sonado ha sido el caso de la aprobación del informe Auken, que condena el modelo de urbanismo extensivo de España por las terribles consecuencias medioambientales y sociales, ya que este modelo basado en el ladrillo es el que ha generado que la crisis económica mundial se agravará en el caso español. Otro ejemplo de una de las luchas que hemos llevado a cabo desde Izquierda Unida en el Parlamento Europeo es la exención de la que goza la Iglesia católica sobre el impuesto municipal que grava las construcciones, obras e instalaciones (ICIO). Después de tres años de trabajo y de interpelaciones a la Comisión Europea hemos conseguido que el gobierno de España planee retirarle a la Iglesia católica ese privilegio. Estos son tan solo dos de los ejemplos del trabajo que hemos realizado en el Parlamento Europeo, pero por supuesto nos queda todavía mucho por hacer.

J.L.C: Nos une nuestra pasión por el proceso que se está desarrollando en Latinoamérica, y en considerar que el Parlamento Europeo es una de las instancias fundamentales para apoyar desde la vieja Europa a los nuevos revolucionarios que están construyendo el socialismo del S. XXI desde experiencias muy diversas pero todas ellas basadas en una amplia participación colectiva. También sería bueno que la izquierda europea seamos mas modestos y nos acerquemos a Latinoamérica pensando más en lo que podamos aprender que en lo que podemos enseñar. Como vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana, y has participado en varias elecciones como observador internacional, ¿Cómo valoras los procesos políticos que se están llevando adelante en el continente?
WMP:
En Latinoamérica se está viviendo un proceso muy interesante de justicia social. Múltiples son los ejemplos de verdaderas revoluciones democráticas: Venezuela, Ecuador, Bolivia, y más recientemente Nicaragua, Paraguay y El Salvador. Estos procesos de revoluciones democráticas, en diferentes grados, están girando la balanza política de ese continente. Los nuevos gobiernos están orientados a la gente, a anteponer los intereses de la gente antes que los intereses de los poderosos. Son gobiernos que ponen los recursos naturales de esos países al servicio de sus ciudadanos. El triunfo de la izquierda en estos países abre una esperanza en primer lugar para el pueblo latinoamericano, una esperanza de acabar con la impunidad y un punto y final a la política económica de la derecha. Una esperanza para los pobres y los más desfavorecidos del continente. En mi calidad de Vice-Presidente de la Asamblea bi-regional Europa América Latina he tenido la oportunidad de participar en diferentes procesos electorales de cambio en el continente.
Y en segundo lugar Latinoamérica es un ejemplo de integración regional. Contrariamente a la integración europea que se ha hecho de espaldas a la ciudadanía, en Latinoamérica se está haciendo situando al pueblo como elemento central de la misma. No se puede construir Europa desde el punto de vista social y de la cohesión si no se cambia de modelo económico a uno que haga posible establecer mecanismos de intervención pública de la economía. En Europa deberíamos ser más modestos y aprender de los cambios en América Latina donde están planteando precisamente esto, un modelo sobre la base de la intervención pública de la economía.

J.L.C: La clave que yo veo es ser capaces de explicar lo que yo entiendo que son los dos ejes fundamentales de nuestra campaña que nos diferencian de los otros partidos, como son la defensa de los trabajadores en tiempos difíciles y la mejora de los servicios públicos, precisamente cuando se ve a la Unión Europea como el principal valedor de quienes pretender avanzar en las privatizaciones, y el planteamiento de una política exterior y de seguridad europea independiente de Estados Unidos.
WMP:
Por supuesto, ya comentábamos anteriormente que tanto PP como PSOE comparten la centralidad de un programa común encubierto. Los dos plantean el mismo tipo de soluciones a los problemas a los que se enfrente Europa. Y de hecho estas recetas son las mismas que nos han llevado a la situación actual. Ya hemos hablado sobre el modelo económico, pero cierto es que esta coincidencia de programa se da también en cuanto a la política exterior y la política de seguridad de la UE. Socialistas y populares han coincidido una y otra vez en defender un modelo europeo de seguridad basado en el incremento del gasto militar. En el texto de Tratado de Lisboa los dos partidos coincidieron en la conveniencia de crear la Agencia Europea de Defensa con la idea de crear un futuro ejército europeo. El promocionar al Alto Representante de la Política Europea de Seguridad Común -cargo ocupado por Javier Solana- como Vicepresidente de la Comisión Europea de una idea de la importancia que el militarismo tiene entre los actuales líderes europeos. Múltiples son las ocasiones en la Comisión de Exteriores del PE y en la Subcomisión de Seguridad y Defensa en las que tanto los diputados populares como socialistas han coincidido en votar a favor de asimilar la Política de Seguridad Europea a la OTAN, lo que significa supeditarla a la de Estados Unidos. Nuestro grupo siempre nos hemos opuesto frontalmente a todos estos planteamientos, proponiendo siempre la desmilitarización de la seguridad, la eliminación de las armas nucleares y el desmantelamiento de las bases militares.

J.L.C: Por ultimo terminamos como empezamos, ¿qué se podría decir al conjunto de nuestra gente para que nos metamos en campaña, para que se entienda la importancia de la elecciones europeas y para que volquemos las mejores energías en las semanas que nos quedan hasta el 7 de junio?.
WMP:
Izquierda Unida no puede ni quiere competir con el derroche de medios propagandísticos que despliegan el resto de partidos. IU debe ser capaz de suplir esta carencia con la imaginación transformadora que nos es propia y tejer las redes sociales que den soporte a la campaña electoral. Esta campaña debe ser una campaña fresca, optimista y a la ofensiva, participativa y movilizadora, que nos permita diferenciarnos y romper con el bipartidismo.
Por eso, las próximas elecciones europeas no deben convertirse en un debate virtual como seguro convertirán PSOE y PP. Muy al contrario, deben ser una oportunidad para evaluar hasta qué punto la recesión económica es resultado también en la UE de una orientación política y económica equivocada, alejada cada vez más de las personas y de su participación activa en el proceso de construcción de los Estados Federados Europeos, de una Unión Europea basada en la democracia representativa y participativa que haga suya los valores de la cohesión social y territorial, la defensa de lo público, del empleo de calidad y una política fiscal progresiva que permita la justa distribución de rentas.

Bueno, desearte suerte es desearnos suerte a todos, así que espero que los próximos días sean de trabajo, pero también que el 7 de junio podamos celebrar un avance de IU que nos devuelva la ilusión.