Estimada Elvira:

Dudo que te llegue esta carta a través de Mundo Obrero, porque lo lógico es que no lo leas. Aunque me cuentan que hubo un tiempo en que sí lo hacías, pero eso carece de importancia ahora.

¡Qué gran despilfarro utilizar la contraportada de El País para intentar caricaturizar las convicciones de una joven comunista! Con lo que cuesta el espacio en la prensa nacional, ¿a que tanto esfuerzo, si sólo somos una reliquia anecdótica?

Es posible que con este artículo tu «caché» haya subido. Los asalariados literarios (ya sabes, columnas, conferencias, presentaciones, premios…) mejoran sus oportunidades con estas cosas. Sin duda te has hecho aún más conocida y mejor valorada en ciertos círculos sobre las espaldas de una joven comunista.

Pero, en el fondo, todo eso es asunto tuyo. No voy a insistir en ello. Hablemos de Historia. Un fiscal a las órdenes de Beria podría haberse inspirado en acusaciones del mismo estilo que las que tu haces: el joven sacerdote católico que hace sus votos no puede ignorar todos los crímenes que se han hecho en nombre de Cristo durante 2.000 años; por tanto, responsable. Los redactores de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, herederos de la Revolución Francesa, no podrían desconocer el terror de Marat; por tanto, culpables. Una novelista, admiradora de los valores de la Revolución Americana, feliz en la Gran Manzana y satisfecha con el modo de vida americano, no puede ignorar la esclavitud, los crímenes del imperialismo, la pena de muerte y Guantánamo; por tanto, cómplice.

Ya ves, los tres hubieran sido irremediablemente condenados. Lo mismo que tú condenas a nuestra camarada -no la tuya-.

Tal vez la cuestión está, como dices en el final de tu artículo, en que hay personas que no desisten. Jóvenes o menos jóvenes, no nos cansamos de luchar contra la injusticia, la explotación y la desigualdad. Seguramente muchos de nosotros no llegaremos a ver ese mundo nuevo por el que trabajamos (también contra nuestros propios errores) pero ese combate será nuestro gran patrimonio, posiblemente el único. Cómo es ya entre los comunistas españoles luchar contra las dictaduras, y eso se ha heredado en su ADN ideológico por los jóvenes que no desisten.

Entiendo que no entiendas la insistencia de los jóvenes comunistas. Posiblemente Manolito Gafotas si lo entendería, si le hubieras dejado crecer en Carabanchel.

Post Data: Contrastar la información forma parte de la política editorial de El Pais, según su Libro de Estilo. Esther López no es liberada política (¿por qué eso es malo?). Tiene una beca del muy oficial Instituto de la Juventud.

J.A. García Rubio