En estos momentos de crisis el capital necesita cerrar el círculo de conseguir aumentar sus beneficios, lograr el control de la economía y reducir la capacidad de organización de la clase trabajadora en medio de una paz social. Necesita que la mayoría de la población asuma en silencio la refundación del capitalismo en clave de mayor beneficio empresarial.
Frente a esta situación que se nos trata de imponer, ahora más que nunca es necesaria la movilización, ahora más que nunca tenemos que llevar a la mayoría de la gente la necesidad de que se rebele contra la injusticia que supone que la crisis la estemos pagando la clase trabajadora mientras que sus causantes, la banca, las grandes empresas, estén saliendo beneficiadas.
El Gobierno asumió desde el primer momento la lógica de los poderosos y por ello todas sus medidas están encaminadas a intentar calmar a los mercados, a intentar ganar la confianza del gran capital, recortando derechos sociales y laborales y poniendo la economía del país al servicio de las políticas del Fondo Monetario y del Banco Mundial que llevaron ya han llevado a la ruina a media humanidad.
Existen por tanto condiciones para ir hacia una movilización general, hacia una Huelga General. Pero no nos engañemos, una Huelga General no se convoca por correo electrónico, ni escribiendo la más radical e incendiaria de las proclamas. Se convoca y se gana cuando hemos generado la hegemonía entre los trabajadores y trabajadoras para las ideas de lucha, se gana cuando conseguimos implicar a millones de personas en la movilización.
Por ello debemos preguntarnos en cada agrupación, en cada comité provincial, cuántos actos públicos hemos celebrado en el último mes en defensa de nuestra Alternativa Social Anticapitalista para salir de la crisis, con cuántos comités de empresas en crisis hemos planteado acciones de lucha, a cuántos trabajadores/as en paro hemos movilizado, cómo hemos planificado la implicación de la juventud en la crisis. Porque ésta es la clave: situar al partido en la acción política y hacerlo desde la firmeza de nuestras propuestas y desde la capacidad de centrar la lucha frente al gobierno y el capital.
En estos momentos tenemos que asumir la responsabilidad de evitar que se imponga la paz social que permita al capitalismo realizar su refundación sobre los escombros de millones de puestos de trabajo eliminados, derechos sociales suprimidos y parlamentos ninguneados, gobernando al dictado de los mercados. Tenemos la responsabilidad de impulsar una gran movilización social y política, pero repito, esta gran movilización no se convocara mediante correo electrónico. Será posible con trabajo de calle, con organización, es decir haciendo realidad lo que aprobamos en el XVIII Congreso de un Partido activo, organizado, implicado en el conflicto social, capaz de avanzar en la máxima unidad de la clase obrera y no un partido cerrado, sectario, buscando enemigos internos por todos los rincones.