El plan de trabajo aprobado por el Comité Federal del PCE en su reunión del 18 de octubre nos sitúa a los comunistas ante un importante reto, la puesta en marcha del trabajo del conjunto del partido de cara a la construcción de un proceso político nuevo, un proceso constituyente que tenga como soporte la revolución democrática, la movilización entendida en el sentido más amplio: la movilización de la sociedad, de la mayoría social trabajadora en la calle, pero también en actividades que vayan conformando opinión y estado de ánimo en la ciudadanía que sufre los efectos de las políticas del bipartidismo monárquico, verdadero soporte en nuestro país de los dictados de la Troika y de la “europalemania” que siguen sumiendo la economía en la depresión y a la población en la precariedad y la pobreza, para darle la vuelta a la situación.
Carlos Marx y Federico Engels expresaron en el Manifiesto del Partido Comunista, una situación que, salvando distancias en el tiempo y condiciones técnicas, es hoy una realidad: “Por tanto, lo que cuesta hoy día al obrero se reduce poco más o menos a los medios de subsistencia indispensables para vivir y para perpetuar su linaje. Pero el precio del trabajo, como el de toda mercancía, es igual a su coste de producción por consiguiente, cuanto más fastidioso resulta el trabajo, más bajos los salarios.”
Marx y Engels avanzaron que el capitalismo busca la forma de su subsistencia mediante la degradación de las condiciones de vida de la clase trabajadora y por extensión de la mayoría social, ayer, hoy y mañana, es por eso que es necesario avanzar en un nuevo modelo económico, político y social y hacerlo con el empuje de la mayoría social y que la clase trabajadora adquiera un importante papel.
Para la consecución del reto que hemos acordado, es necesario tener claros los objetivos de forma concreta del mismo, unos objetivos cuantificables y evaluables de forma periódica para ir avanzando o actualizando las acciones. También debemos concretar los tiempos en los que nos marcamos la consecución de dichas acciones, como la realidad concreta en la que nos movemos, en la que actuamos o vamos a actuar sabiendo que las batallas nunca las ganan las vanguardias solas si no cuentan con el apoyo de la mayoría social y es aquí donde debemos hacer un mayor esfuerzo, sumar a la mayoría social a nuestras posiciones de ruptura del consenso actual, de la paz social actual hacia un proceso constituyente.
Esta nueva etapa de nuestra propuesta, de la Alternativa Social Anticapitalista y Democrática parte de dos realidades objetivas sobre las que construir nuestra estrategia a medio y largo plazo. De una parte, la constatación de que la actual Constitución de 1978 difícilmente podrá ser cambiada en lo fundamental dentro del propio marco para su reforma establecido por la propia constitución, lo que nos lleva a un proceso de ruptura social y democrática con el objetivo de una nuevo marco jurídico a través de un proceso constituyente. Para este proceso de construcción de una nueva realidad, el PCE tiene que desarrollar sus propias aportaciones al proyecto para generar una mayoría en favor de un proceso constituyente en el Estado español. De otra parte, la constatación de que en el actual marco de la Unión Europea, en el del Euro, no hay posibilidad de solución a los problemas de la gente trabajadora porque su entramado neoliberal instituido a través de los distintos tratados, así como la imprimación de un carácter antidemocrático no lo permiten.
Y es desde esta realidad donde nace la necesidad de constituir un proceso constituyente para España y para Europa, porque es a través de estos procesos donde la mayoría puede tratar de imponer sus intereses frente a los de la minoría que defiende el Capital. Nace así la necesidad de poner en marcha los mecanismos de la lucha por el poder, a la vez que la disputa por el gobierno.
Hemos concretado, para ello, cuatro ejes de lucha: el social, el republicano, el feminista y el juvenil con el objetivo de conseguir integrar a la mayoría social trabajadora en la dinámica de la rebeldía y confrontar el intento del bipartidismo de imponer la restauración borbónica al servicio de los mandatos de la troika. Estos ejes de lucha se concretan en tareas y acciones que se desarrollan en planes específicos de los que informamos en este número de Mundo Obrero.