El Foro del Sur de Europa dedicó el primero de sus tres grandes debates a exponer los cimientos de un modelo alternativo de desarrollo social y económico, a hablar de la reestructuración de la deuda, de cómo derrocar la austeridad y de la puesta de la economía al servicio de la personas y del medio ambiente. Y se inició desmontando las falacias de las soluciones proyectadas argumentario del neoliberalismo: competitividad, el crecimiento, la desregulación del empleo y la austeridad como una salida de la crisis, etc. El panel, presentado y moderado por la vice presidenta del Partido de la Izquierda Europea (PIE), Maite Mola, recogió la voz de más de 15 organizaciones sociales y sindicales que fueron acumulando diagnósticos y alternativas en diferentes temas.

El economista Alberto Garzón, candidato de Izquierda Unida para la presidencia del gobierno español en las elecciones de noviembre, fue a la raíz del problema. Expuso el maniqueísmo que se emplea para justificar la política de austeridad de la troika: “Cuando dicen que hay dos modelos, uno el alemán, que es exitoso, y otro el del sur de Europa, que es un fracaso, no es verdad. Los dos forman parte del mismo modelo, porque para que Alemania creciera de determinada forma necesitaba que España y Grecia lo hicieran de otra”. Explicó que así fue como se procedió a la desindustrialización y precarización de los países del sur, mientras que Alemania se especializó en productos de alto valor añadido.

El joven diputado español contó que el peso de las manufacturas en Grecia es del 10% mientras que en Alemania lo es del 23%, y que las medidas de austeridad para que seamos competitivos es una falacia, porque lo que hace falta es “reequilibrar el peso de la estructura productiva entre el norte y el sur, y hacerlo con criterios laborales, medioambientales… Igual que es falso el argumento de que el problema en España eran los altos salarios y que había que abaratarlos, “lo que es un camino al desastre”, denunciando que la política de austeridad sólo ha servido para que una minoría de la población continúe enriqueciéndose.

Con un calendario sembrado de fechas electorales decisivas para la izquierda europea, comenzando por los comicios griegos de este domingo 25 de enero, Garzón argumentó que no hay que pensar sólo en las próximas elecciones, sino en las próximas generaciones. Y que lo que está en juego no es la correlación de fuerzas en los parlamentos nacionales; “lo más importantes es el orden social nuevo que se está constituyendo y que consiste en salvar el capitalismo de su crisis por la aceleración de las medidas neoliberales: la Troika con la complicidad de los gobiernos nacionales está aplicando durísimas medidas para consolidar el nuevo modelo económico de privatizaciones y precariedad, con una nueva vuelta de tuerca que empeora la situación de los pueblos”.

El líder de IU hizo hincapié en que la inestabilidad política se explica por la inestabilidad económica. Y que la Unión Europea es una unión de los bancos e intereses de las grandes trasnacionales, y que la han diseñado a su medida. Es este contexto la solución no está en cambiar a los gobernantes, sin en cambiar el sistema. “hay que ver cómo organizamos la economía, qué producimos y cómo”.

Sobre ese qué producir y cómo, estableció Laia Ortiz, diputada nacional y secretaria de Relaciones Políticas de ICV, su discurso: “Hay que abordar las urgencias, como el peso de la deuda y el rescate de las personas, pero también es urgente abordar qué modelo económico queremos construir. Cuestionó la validez de las recetas clásicas para solucionar la crisis no sólo financiera sino también climática y energética y temas como el crecimiento, por ejemplo, planteando la necesidad de dar respuestas desde la izquierda y la ecología.

Laia Ortiz habló de un “Green New Deal”, de concertación social, para poner la economía al servicio de la gente y no de las grandes corporaciones, rechazando de pleno el concepto de “Capitalismo verde”. También reivindicó la necesidad de intervenir y recuperar la soberanía sobre los bienes y servicios comunes, como el agua, la energía y los servicios a las personas.

Respecto a Europa incidió en que es fundamental una política fiscal y económica común “y en la necesidad de una Europa política que hoy no tenemos.

Enterrar la austeridad
Pero la losa que pesa sobre los pueblos del Sur de Europa es la trampa de la deuda. Fue el responsable de programa económico de Syriza, Yannis Milos, quien se encargó de dar una alternativa a ese lastre que empuja al vacío a unas sociedades hundidas en una crisis humanitaria ocasionada por los memorándums y las políticas de austeridad.

Milos fue tajante en su discurso: “La austeridad es un programa de clases para concentrar los ingresos y las riquezas en manos de unos pocos, un proyecto para cambiar Europa destruyendo el modelo social europeo”. Desmontó la propaganda de que deuda crearía empleo, crecimiento… “lo que ha creado ha sido más paro, deflación, estancamiento y deterioro de la deuda soberana”. Añadió que el empleo generado por la austeridad es el del trabajo sin derechos, con sueldos bajos, con más horas y precario, además de trabajos parciales.

El responsable del área económica de Syriza relacionó el problema común de la austeridad con la deuda: “La deuda es la trampa de la austeridad, una trampa fundamentada en crear superávit a base de recursos primarios, privando a los gobiernos de utilizar dichos recursos para crear riqueza política y social.

Hablando ya en nombre del nuevo gobierno griego expuso que no quieren dejar de pagar o entrar en bancarrota y que la solución no es otra que reivindicar una reestructuración de la deuda de igual forma que se hizo con la deuda Alemania, cuando en 1953, Grecia, entre otros países, decidieron condonar parte de esa deuda germana y reestructurar el pago del restante en una cláusula de crecimiento. En ese punto aclaró que la demanda de esa reestructuración no es una salida en solitario: “Debemos de trabajar juntos. Debemos reestructurar la deuda soberana de la eurozona”. Añadió que esa es la única solución para que los gobiernos de izquierdas y progresistas puedan tener un espacio fiscal para crear políticas sociales. “Eso es factible y cambiaría la situación de Europa.

Milos avisó el grave problema que tendrá que afrontar próximamente España: entre 2015 y 2020 vencerá el 50% de su deuda soberana, así que tendrá que pagarlo o refinanciarlo a través de los mercados, que serán los que determinarán las políticas. El resultado dependerá si cuando tenga que hacerlo se mantienen unos intereses bajos o si mandan los mercados. Por eso es determinante lo que pueda pasar en Europa en los próximos meses. Y también es determinante que el Banco Central de España cambie su función y, entre otras cosas, financiara directamente a los gobiernos.

El debate se wenriqueció con la intervención de más de una decena de representantes de movimientos sociales, sindicatos y plataformas diferentes hilos.

El cierre de la primera jornada del Foro concluyó con un mitin político de la mano de los anfitriones catalanes Joan Josep Nuet (EUiA) y Joan Herrera (ICV), seguido por Cayo Lara (IU), Terra Friedrich Budini (dirigente del PT brasileño y miembro del Foro de Sao Paulo), Monica Frassoni y Yannis Milios, quien concluyó el acto en clave griega y europea: “Las elecciones del 25 enero no sólo afectan a Grecia sino al futuro de toda Europa. Se trata de elegir entre justicia social y pobreza; entre democracia y dictadura de los mercados. Y tenemos que mostrar nuestra unidad frente a los chantajes. Nos corresponde a los griegos dar los primeros pasos para que nuestros sueños se hagan realidad. Es la hora de los pueblos. Los pueblos unidos jamás serán vencidos.